El pasado sábado 22 de junio, la Comunidad Indígena Punta Querandí realizó una vigilia ancestral de conexión con la renovación de la naturaleza de su ciclo en el hemisferio sur. Durante toda la noche se realizaron fogones en un encuentro de reflexión a la espera de los primeros rayos del sol del domingo 23 de junio en el territorio, ubicado en el límite de Tigre y Escobar, epicentro de los barrios privados responsables de la destrucción de enterratorios ancestrales y de miles de hectáreas de humedales continentales.
A partir del 2010, al calor de la resistencia en defensa de Punta Querandí, la ceremonia del solsticio de invierno –entre el 20 y el 24 de junio- comenzó a ser una las fechas más convocantes, logrando reunir año tras año a integrantes del movimiento indígena con las luchas vecinales, ambientales y territoriales de la región.
Este momento de cambio de estación, caracterizado por la noche más larga de todo el ciclo, es considerado el verdadero «año nuevo» para muchas culturas indígenas de Sudamérica y recibe distintos nombres según cada nación originaria: Inti Raymi (Quechua), Willka Kuti (Aymara), We Tripantu (Mapuche), Diuí Inambí (Querandí), entre otros.
Por su extensión, esta convocatoria es especial para reflexionar sobre lo actuado colectivamente y planificar los próximos pasos y desafíos. Este año coincide con un contexto crucial: una avanzada brutal del gobierno nacional que promueve un extractivismo depredador nunca antes visto, el cual está dispuesto a llevar a cabo mediante la represión sistemática a quienes se opongan.