Palestina: Olivos, amor y esperanza - Indymedia Argentina Centro de Medios Independientes (( i ))

9 noviembre, 202410 noviembre, 2024 por Red Latina Sin Fronteras

Por Nour Abu Dan
La Intifada Electrónica 7 .11.2024

Cada octubre se celebra tradicionalmente la recogida de aceitunas en Gaza.

El pasado mes de octubre celebramos nuestro día anual de recogida de aceitunas en nuestro huerto de Beit Hanoun. Toda la familia, jóvenes y mayores, se reunió para recoger las aceitunas y prensarlas para obtener el aceite más puro.

La cosecha fue abundante y, justo dos días antes del 7 de octubre, almacenamos las aceitunas para el año siguiente.

Pero nuestro mundo cambió. Los sonidos de las explosiones reemplazaron el canto de los pájaros y las risas en nuestro hogar fueron silenciadas por el miedo. Huimos, dejando atrás nuestra casa, nuestro huerto y toda una vida de recuerdos.

Aunque ha pasado un año, todavía nos cuesta asimilar la enormidad de lo que hemos perdido. A veces, mi marido y yo nos sentamos juntos, riéndonos amargamente, recordando que una vez tuvimos 100 olivos. Ahora solo quedan dos, un recordatorio de nuestro pasado y de nuestro futuro incierto.

Este año, cuando se acercaba la temporada de las aceitunas, estaba en las primeras etapas del embarazo y me entraron ganas de comerlas, un deseo abrumador de probar su sabor familiar y reconfortante. Casi podía sentir la textura de las aceitunas en mi boca; su sabor salado me traía recuerdos de tiempos más sencillos.

Pero en el norte de Gaza, azotado por la hambruna, las aceitunas parecen tan distantes como la paz que anhelamos.

No sabía que mi marido, al notar mi antojo, estaba decidido silenciosamente a hacer realidad mi deseo.

Espíritu inquebrantable

Una mañana me desperté y encontré a mi marido levantado temprano, algo inusual para un hombre que había perdido su trabajo como profesor de árabe. Cuando le pregunté adónde iba, sonrió y dijo que iba a “trabajar”, quitándole importancia a un año sin ingresos.

Sin embargo, a medida que transcurría el día y su teléfono permanecía en silencio, la ansiedad me carcomía. Cuando el sol empezó a ponerse, me puse frenética.

Finalmente, mucho después de que oscureciera, regresó a casa con un saco a la espalda. En el interior de ese saco no solo había aceitunas: había esperanza. Las aceitunas procedían de los dos árboles que habían sobrevivido a la destrucción de nuestro huerto.

Pero, mientras me regocijaba al ver y oler las aceitunas, mi corazón se hundió al notar el cansancio en sus ojos y el temblor en sus manos.

Quise regañarlo por arriesgar su vida, pero antes de poder hablar, se fue a duchar, evitando mi mirada. Solo más tarde esa noche, cuando su hermano vino a visitarlo, me enteré de toda la historia.

Mientras recogían las aceitunas, un dron los había visto. Se oyeron disparos y mi marido recibió un disparo en la mano. Sin embargo, incluso después de resultar herido, se negó a irse. Su hermano le rogó que huyera, que fuera al hospital, pero mi marido se quedó escondido hasta que el dron se fue. Aunque le sangraba la mano, lo único que le importaba era traerme las aceitunas.

Mientras sostenía esas aceitunas en mis manos, comprendí que eran más que un simple alimento: eran un símbolo del espíritu inquebrantable de mi marido. Él había arriesgado todo para traerme un trocito de nuestro pasado, un poco de la vida que teníamos antes de la guerra.

A pesar del dolor, a pesar del peligro constante, nos aferramos a la esperanza de que, como nuestros olivos, también nosotros sobreviviremos. Nuestro amor por esta tierra, por los demás y por las cosas sencillas, como el sabor de una aceituna, nos da fuerza.

Aquí en Gaza la esperanza no es una idea abstracta: está tan profundamente arraigada en nuestros corazones como los olivos en la tierra. Y mientras nos aferremos a esa esperanza, creemos que llegará un mañana mejor, por muy lejano que parezca.

Nour Abu Dan es un escritor en Gaza.
fuente: https://electronicintifada.net/content/olives-love-and-hope/49856