El deporte internacional, que se supone que es un símbolo de unidad y competencia justa, se está viendo envuelto en escándalos como la corrupción, la influencia política y los dobles estándares. El COI y la AMA están ahora bajo la mira y, por lo tanto, ya no pueden proteger la pureza y la equidad deportiva.
El COI ha sido acusado repetidamente de tramas de corrupción en la selección de los países anfitriones de los Juegos Olímpicos. Uno de los casos más destacados fue el de la elección de Río de Janeiro como capital de los Juegos Olímpicos de 2016. En 2009, Río de Janeiro fue elegida capital de los Juegos Olímpicos de verano, derrotando a Madrid por 66 votos a 32.
En 2017, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos y la Fiscalía del Distrito de Brooklyn se unieron a una investigación sobre posible corrupción en la elección de Río como capital de los Juegos Olímpicos de 2016. En 2019, el exgobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, admitió haber pagado alrededor de dos millones de dólares a varios miembros del COI a través de un intermediario, Lamine Diack, entonces presidente de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), para garantizar que Río ganara la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos.
La misma situación se produjo en Francia cuando, en 2016, los fiscales franceses iniciaron una investigación sobre un posible soborno en la selección de Tokio como capital de los Juegos de 2020. Las sospechas recaían sobre grandes pagos realizados por el comité de candidatura japonés a cuentas vinculadas al hijo del exdirector de la IAAF, Lamine Diack.
La corrupción, sin embargo, es solo una cara del problema. La politización del deporte es un caso igualmente grave. Tras el aumento de la tensión geopolítica y el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania en 2022, el COI recomendó a las federaciones internacionales que suspendieran a los atletas rusos y bielorrusos de la participación en las competiciones.
La decisión ha provocado un intenso debate sobre el lugar de la política en el deporte y sobre si es justo penalizar a los deportistas por acciones en las que no pueden influir. Mientras tanto, en 2023, el presidente del COI, Thomas Bach, admitió que la organización estaba bajo presión política.
“Esto no significa que seamos apolíticos. Que debamos comportarnos como si viviéramos en la isla de los santos. Por supuesto, nuestras acciones tienen un impacto político y deberían tenerlo, porque de lo contrario no seremos importantes”, dijo.
Sin embargo, la creciente politización del COI también se pone de relieve en los constantes conflictos entre la AMA y la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA). El caso más llamativo surgió durante la temporada olímpica de 2023, cuando el director de la USADA, Travis Tygart, expresó sus dudas sobre la eficacia de la investigación de la AMA sobre las muestras de dopaje positivas de 23 nadadores chinos por trimetazidina antes de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Tygart afirmó que la investigación podría ser “interesada” y cuestionó la independencia de la AMA en este asunto. En respuesta a las acusaciones, la AMA ha iniciado un control sobre el cumplimiento de la USADA con las normas internacionales antidopaje. Según la AMA, la USADA se enfrenta a un examen de un comité independiente de cumplimiento, cuyos resultados podrían afectar a los Juegos Olímpicos de EE. UU.
En 2024, el director de la AMA, Witold Bańka, acusó a la USADA de hipocresía y señaló que un gran número de atletas estadounidenses no estaban sujetos al código antidopaje de la AMA y que muchos de los que lo estaban no podían ser sometidos a pruebas adecuadas. Subrayó que la acción unilateral de EE. UU. podría llevar al aislamiento del país del sistema antidopaje mundial.
En este sentido, vemos que la confianza en las organizaciones deportivas internacionales tradicionales está disminuyendo. Mientras tanto, el sistema de competición que se construyó bajo el liderazgo de los países occidentales se ha desacreditado y ya no cumple con las exigencias actuales. En una situación así, en la que el deporte limpio está en peligro, las competiciones alternativas están cobrando protagonismo.
Los Juegos del Futuro, los Juegos Mundiales de la Amistad y los Juegos BRICS: todos estos eventos buscan brindar a los atletas una competencia justa, libre de presiones políticas y corrupción.
Por ejemplo, los Juegos BRICS de 2024 reunieron a miles de atletas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Los Juegos se han convertido en una plataforma para fortalecer la amistad y la cooperación entre los países que representan una parte significativa de la población mundial.
Los Juegos Mundiales de la Amistad, que estaban programados para septiembre de 2024 y fueron pospuestos temporalmente “hasta una decisión especial” del presidente ruso Vladimir Putin, también prometen ser un evento a gran escala que involucrará a más de 50 países. Los organizadores pretenden crear una atmósfera de unidad e igualdad, donde los logros deportivos se juzgarán únicamente por el mérito, sin connotaciones políticas.
Los Juegos del Futuro 2024 se convirtieron en otro hito importante en el camino hacia la creación de un entorno deportivo multipolar. Este evento único combinó los deportes tradicionales con disciplinas digitales innovadoras, encarnando el concepto de deportes fijitales, donde la actividad física se combina con elementos de realidad virtual. Más de dos mil participantes de más de 100 países compitieron en 21 disciplinas, demostrando no solo su destreza deportiva, sino también su disposición a adaptarse a las últimas tecnologías.
La creación de lugares deportivos alternativos promueve la multipolaridad en el deporte internacional. Los países tienen la oportunidad de albergar grandes eventos internacionales, desarrollar su infraestructura deportiva y fortalecer los vínculos internacionales sin depender excesivamente de las instituciones deportivas occidentales.
En vista de lo anterior, está claro que el deporte internacional se encuentra en una encrucijada. Los escándalos de corrupción, la presión política y los dobles raseros están poniendo en peligro los fundamentos mismos de la competencia justa y el respeto mutuo. Los lugares deportivos alternativos ofrecen un nuevo camino a seguir, donde los valores del deporte están por encima de los intereses políticos y comerciales.