Grandes empresas se comen Chiapas a su antojo y explotan hasta niños
Por Manuel Gonzalez
sinembargo.mx/
16/04/2025
En México, la agricultura tiene las tasas más elevadas de trabajo infantil en actividades peligrosas, y Chiapas ocupa el segundo lugar a nivel nacional en la prevalencia de las peores formas de abuso laboral, incluidas mujeres y hasta niños. Las grandes empresas se benefician, pero dejan a cambio este tipo de afectaciones.
La industria agrícola en Chiapas, clave en la explotación de azúcar, cacao y café, está plagada de abusos contra los trabajadores, tanto mexicanos como migrantes, con casos incluso de trabajo forzoso, infantil, y hasta esclavitud moderna, mientras las grandes empresas, tanto extranjeras como algunas mexicanas, se quedan con las ganancias.
Estas son las conclusiones del reporte “Una realidad amarga: abusos laborales de personas trabajadoras migrantes en la producción de azúcar, cacao y café en Chiapas”, publicado por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos (CIEDH) https://www.business-humanrights.org/es/
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El informe indica que las exportaciones de café y cacao están dominadas por un pequeño número de empresas pertenecientes a conglomerados internacionales.
En el sector del café, las exportaciones están lideradas principalmente por Exportadora de Café California, S.A. de C.V., una filial del grupo alemán Neumann Gruppe GmbH, así como por Agroindustrias Unidas de México, S.A. de C.V. y Cafés de Especialidad de Chiapas, S.A.P.I. de C.V., ambas subsidiarias de la multinacional suiza Ecom Agroindustrial Trading Corp. Limited.
En el caso del cacao, las exportaciones están casi totalmente dominadas por una sola empresa, Agroindustrias Unidas de México, S.A. de C.V., filial de la multinacional suiza Ecom.
En la industria azucarera, las exportaciones están lideradas por la empresa mexicana, Zucarmex y, en menor escala, por la empresa mexicana, Grupo Porres, S.A. de C.V.
Esto se inserta en un país que este tipo de corporaciones busca dominar a través de los alimentos.
Son empresas multinacionales de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas que venden millones de sus productos de comida chatarra a México y otros países latinoamericanos y que aprovechan estas ventajas: primero para extraer los recursos y luego para “contaminar” la alimentación mexicana vendiendo sus productos.
Son compañías ligadas por ejemplo al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), que agrupa 34 empresas líderes en alimentos, bebidas sin y con alcohol, y el tabaco.
El documento levanta una serie de denuncias en estas grandes industrias. Por ejemplo, entre los trabajadores migrantes en la industria de la caña de azúcar se “han denunciado condiciones de vida y alimentación deplorables en los campos donde laboran”. “En un ingenio azucarero, las personas trabajadoras reportaron que reciben alimentos en mal estado, viven en viviendas infestadas de cucarachas y pulgas, y duermen junto a almacenes de agroquímicos”, detalla.
El CIEDH invitó a Grupo Porres, S.A. de C.V., propietario del ingenio azucarero vinculado a estas denuncias, así como a tres asociaciones patronales — Unión Local de Productores de Caña de Azúcar, A.C., Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad Agrícola y Asociación de Cañeros Unidos del Soconusco, responsables de la gestión de la vivienda de las personas trabajadoras — a responder a estas alegaciones. No se recibió ninguna respuesta.
Por su parte, las personas trabajadoras migrantes en plantaciones de café han denunciado que “duermen en viviendas con piso de tierra, que se convierten en barro cuando llueve, trabajan sin seguridad social ni acceso a atención médica, y reciben como única alimentación frijoles”. También se han reportado “casos de uso indiscriminado y excesivo de agroquímicos, como el glifosato, lo que incrementa el riesgo de intoxicaciones y problemas de salud agudos y crónicos”.
Mujeres y niños: los más afectados
Además, la situación empeora cuando se habla de género. De acuerdo con el reporte, las mujeres ya son el 16 por ciento de la fuerza laboral en estos sectores en México. Pero son las trabajadoras las “más explotadas en el campo, enfrentando marginación y abusos laborales dentro de la agroindustria. En un entorno predominado por hombres, enfrentan discriminación y violencia de género”.
¿Por qué? Son víctimas de violencia sexual y carecen de acceso a servicios de salud adecuados, incluso durante el embarazo. Algunas han reportado cargar costales de café cereza de hasta 60 kilogramos estando embarazadas. Además, denuncian que en las plantaciones el acceso a baños limpios es escaso, lo que puede tener graves consecuencias para su salud menstrual.
Y, por último, también está el caso del trabajo infantil. “En México, la agricultura tiene las tasas más elevadas de trabajo infantil en actividades peligrosas, y Chiapas ocupa el segundo lugar a nivel nacional en la prevalencia de las peores formas de trabajo infantil. Este problema es especialmente común en las plantaciones de café, incluidas aquellas que cuentan con certificaciones”, concluye el documento.
“Personas expertas han incluso vinculado el aumento de casos de leucemia infantil con el uso desmedido de agroquímicos en la región del Soconusco, donde predomina la producción agrícola. Además, estudios indican que el glifosato tiene impactos específicos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres”, ahonda el CIEDH.
¿Cuáles son las empresas responsables?
El factor del cambio climático
Además de todas las afectaciones estudiadas, el informe además añade un componente clave para entender la situación en todo su contexto necesario: la emergencia climática que vive el mundo entero y que pega también en Chiapas y otras zonas donde la agroindustria es el principal actor.
“El impacto de la crisis climática es percibido directamente por las personas trabajadoras, que enfrentan estrés térmico extremo, mientras el sector lucha contra la pérdida de cultivos debido a la sequía y el aumento de las temperaturas. Esto afecta tanto medios de subsistencia como la producción agrícola, particularmente del café, un cultivo altamente sensible a las variaciones climáticas”, señala el reporte.
“Las empresas también contribuyen a la crisis climática a través del uso de agroquímicos y la emisión de gases de efecto invernadero. La agricultura es el segundo mayor emisor de estos gases a nivel mundial, representando el 11.7 por ciento del total, principalmente debido al uso de la tierra. El consumo de energía en el transporte y procesamiento de productos agrícolas agrava aún más estas emisiones”, añade.
Un ejemplo: un ingenio azucarero en Chiapas, propiedad del Ingenio de Huixtla, S.A. de C.V., parte de Grupo Porres, S.A. de C.V, ha sido acusado por provocar una “lluvia de cenizas” que cae diariamente durante los seis meses de la zafra. También se han reportado la contaminación del agua y del suelo, ya que supuestamente la empresa carece de una planta de tratamiento de residuos adecuada y, en su lugar, vierte sus desechos en el drenaje a cielo abierto. Prácticas similares han sido denunciadas en el río Grijalva. Ninguna de las empresas señaladas respondió sobre estos casos específicos.
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