El acuerdo fantasma: Gaza, entre el ruido y la sombra

Las comparativas de drones y satélites muestran cómo barrios con bulevares y mercados han quedado reducidos a escombros y calles bloqueadas por la destrucción (Heidi Levine/Para The Washington Post)

El Precio Invisible de la Paz en Gaza

La guerra en Gaza se detiene. O eso dicen. Las cifras se detienen. O eso quieren creer. Sesenta y cinco mil muertos. Cuerpos que ya no son cuerpos. Cuerpos que son cifras. Cifras que son ruido. «La Franja de Gaza», ese enclave que se ha convertido en una frase sin contorno, sin carne, sin tiempo. El alto el fuego se aproxima como una promesa que no sabe pronunciarse. Israel y Hamás han firmado algo. Un papel. Un gesto. Una pausa. ¿Es eso la paz?

Alto el fuego en Gaza. | X @UNRWAes

En El Cairo, bajo el aire espeso de la diplomacia, se trazaron veinte puntos. Veinte líneas que podrían ser el mapa de una tregua o el guion de una nueva catástrofe. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aparece como arquitecto del acuerdo. También como aspirante al Nobel de la Paz. El mismo hombre que hace meses hablaba de borrar a Hamás del planeta. Ahora habla de reconstrucción. De supervisión. De Washington como tutor de Gaza. ¿Quién escribe estas líneas? ¿Quién las lee?

La primera fase: 2.000 prisioneros palestinos por 47 rehenes. Un intercambio que se mide en horas, en porcentajes, en vidas que aún respiran. Se cree que 20 de los rehenes siguen vivos. Se cree. La creencia como moneda diplomática. Los prisioneros, algunos con cadena perpetua, serán liberados. Los camiones con ayuda humanitaria entrarán. La OMS habla de hambre. De cuerpos que se apagan sin ruido. De niños que no saben qué es el pan.

Pero el acuerdo no es un acuerdo. Es una estructura que tiembla. Una arquitectura de papel. Israel no se retira. Se reduce. Del 80% al 53%. Gaza sigue ocupada. Hamás sigue armado. La desconfianza es el único idioma que ambos entienden. Alejandro Salgó Valencia, politólogo, lo dice sin eufemismos: “Israel no promete salir. Promete quedarse menos. Hamás no promete desarmarse. Promete resistir”.

Gaza Bajo Cenizas: Miles de Muertos y Ninguna Paz Verdadera

Según observadores internacionales, es muy posible que la cifra real de muertos en Gaza supere las cifras oficiales, debido a la hambruna provocada por el bloqueo israelí y la destrucción de infraestructura básica.

Los datos más recientes revelan que más de 67.000 palestinos han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. Sin embargo, organismos internacionales como la ONU y la OMS advierten que estas cifras podrían ser aún mayores, especialmente por las muertes indirectas causadas por el colapso del sistema sanitario, la desnutrición extrema y la falta de acceso a agua potable y medicamentos.

Factores que podrían ocultar el verdadero número de víctimas:

  • Hambruna inducida: La ONU ha declarado oficialmente que Gaza atraviesa una hambruna provocada por el bloqueo israelí, calificándola como crimen de guerra. En agosto de 2025, se registraron 185 muertes por hambre, el mes más mortífero desde el inicio del asedio.
  • Colapso hospitalario: La infraestructura médica está devastada. Muchos fallecimientos no se registran oficialmente porque los hospitales no pueden operar ni emitir certificados de defunción.
  • Desplazamientos masivos: Millones de personas viven en condiciones de hacinamiento, sin servicios básicos. Las muertes por enfermedades infecciosas y falta de atención médica son difíciles de contabilizar.
  • Niños y ancianos: Al menos 18.430 niños han muerto, según datos del Ministerio de Salud de Gaza. Las muertes de ancianos y personas con enfermedades crónicas también podrían estar subestimadas.
  • Limitaciones en el conteo: Las autoridades locales tienen acceso restringido a muchas zonas bombardeadas.
  • Manipulación política: En contextos de guerra, las cifras pueden ser minimizadas o infladas según intereses estratégicos.
  • Falta de verificación internacional: El acceso de observadores independientes ha sido limitado, lo que dificulta auditar los datos.

En resumen, la cifra oficial de muertos es probablemente una subestimación, y el verdadero impacto humano de la guerra en Gaza —incluyendo las muertes silenciosas por hambre y abandono— podría ser mucho más devastador de lo que reflejan los números.

El Silencio de Gaza: Cuando la Tregua Se Vuelve Trampa

La ultraderecha israelí no quiere tregua en Gaza. Quiere exterminio. Ben-Gvir, Smotrich, Netanyahu. Nombres que suenan como tambores. Como ecos. Como advertencias. Netanyahu, que prometía borrar a Hamás, ahora negocia. ¿Por qué? Porque la guerra no puede sostenerse. Porque la guerra también tiene límites. Porque matar no es lo mismo que vencer.

Donald Trump se posiciona como supervisor de la paz en Gaza

El plan de Trump propone un gobierno transitorio en Gaza. Supervisado por Washington. Rechazado por todos. Por Hamás. Por la Autoridad Palestina. Por la historia. Tel Aviv quiere controlar la seguridad. Quiere reconstruir. Quiere vigilar. ¿Qué se reconstruye cuando todo ha sido arrasado?

No hay mención de un Estado palestino. No hay mención de soberanía. No hay mención de futuro. Solo fases. Solo porcentajes. Solo plazos. Gaza sin Hamás sería una presa fácil. Una tierra sin defensa. Una tierra lista para ser moldeada por quien tenga más armas, más hambre, más tiempo.

Salgó Valencia lo resume: “Este acuerdo es frágil. No es paz. Es pausa. Y en esa pausa puede crecer el hacinamiento, la presión, el genocidio”. Hamás no puede abandonar Palestina. Netanyahu no puede seguir matando sin fin. Ambos están atrapados en una danza que no tiene música.

Y mientras tanto, los muertos siguen siendo cifras. Las cifras siguen siendo ruido. Y el ruido sigue siendo Gaza.

Alejandro Lamaison

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