Inteligencia militar en alerta: el regreso incómodo del Coronel Correas a Córdoba

El próximo jueves 20 de noviembre, el Coronel Orencio Carlos Correas, actual Director de Inteligencia del Ejército, volverá a pisar la unidad del Cuartel Unión, en La Calera, donde fue jefe y donde carga con múltiples denuncias hechas por agentes civiles de inteligencia: dos mujeres y un hombre que reportaron maltrato, persecución y arbitrariedades mientras él conducía la jefatura.
La ceremonia por el Día de la Inteligencia se prepara en clima de tensión. No sólo por el historial del oficial, sino por un antecedente que el propio Correas no puede fingir desconocer: estuvo presente en el episodio del “botón de pánico” en la inteligencia naval, cuando una agente civil activó su alerta ante un episodio de acoso y la escena terminó en escándalo, patrulleros y fuga del denunciado por una puerta lateral.
Correas vuelve a un sitio donde dejó heridas abiertas y donde su figura todavía genera temor, rechazo y desconfianza. En La Calera lo recuerdan como un jefe autoritario, poco transparente, y con prácticas que chocaban contra cualquier estándar moderno de convivencia laboral.
Fuentes del propio personal civil anticipan que no puede descartarse una reacción pública durante la ceremonia. En un contexto donde los mecanismos de protección han comenzado a activarse, y donde nadie quiere volver al silencio corporativo, cualquier señal de protesta, denuncia o intervención podría dejar al descubierto las tensiones que se prefieren mantener ocultas.
El regreso de Correas, lejos de ser un acto protocolar, funciona como radiografía de un sistema más amplio: un aparato de inteligencia que sigue operando con lógicas cerradas, sin control civil real, y con jefes que ascienden a pesar de denuncias acumuladas.



Dejen de mentir. Un excelente oficial del Ejército Argentino