La denuncia presentada por la actriz Thelma Fardín – que Actrices Argentinas acompañó – por la violación que sufrió de parte del actor Juan Darthés en el año 2009 en Nicaragua, fue el puntapié inicial de una catarata testimonios de acosos, abusos y violaciones. La denuncia de acoso sufrida por Romina Manguel en “Animales Sueltos”, el relato de violación cuando tenía 11 años de María del Cerro en el “Bailando 2018”, y la denuncia de abuso sexual de una empleada del Congreso contra el senador radical por La Pampa Juan Carlos Marino, son sólo una muestra de un fenómeno que se replicó en innumerables relatos en las redes sociales, demostrando que no se trata de un “monstruo” ni de un caso particular, sino de un amplio engranaje de violencias machistas normalizadas diariamente. El fenómeno también habla de una fortalecida red feminista de contención colectiva que acompaña esas denuncias.
Las repercusiones y réplicas de relatos y testimonios de acosos, abusos y violaciones se multiplicaron rápidamente, tanto dentro del mundo del “espectáculo” como fuera, con historias anónimas en las redes sociales. La ahora fortalecida red de contención colectiva de buena parte de la sociedad hace que muchas mujeres se sientan acompañadas y fuertes para salir a contar o denunciar sus historias. Como muestra del fenómeno basta mencionar algunos casos.
El mismo día de la denuncia de la actriz Thelma Fardín, la periodista Romina Manguel relató al aire en el programa “Animales Sueltos” cómo sufrió los que definió un acoso sistemático de un invitado del programa. “¿Porqué no denunciamos antes? Porque las víctimas denunciamos cuando podemos, no cuando queremos – señaló – Yo soy una mujer grande, tengo 45 años. Tengo dos hijas. Hay hechos que al día de hoy no me animo a contar, teniendo amigas que me acompañan que militan activamente. Hay hechos que pasaron en esta mesa. Ha venido acá un invitado que me ha acosado sistemáticamente. Preguntame si lo voy a denunciar y te digo que no. Porque una denuncia cuando puede. Y yo hoy no lo puedo hacer, porque hoy yo no tengo las herramientas. Porque este medio es sumamente machista. Porque el patriarcado no se cayó. Y porque no te creen”, remarcó.
En la emisión de ayer del “Bailando 2018”, programa conducido por Marcelo Tinelli – ex dueño de la misma productora “Ideas del Sur” que estuvo a cargo de la gira de “Patito Feo” en 2009, cuando Fandín fue violada por Darthés – la actriz y modelo María del Cerro relató entre lágrimas el abuso que sufrió cuando tenía 11 años. “Yo tuve un abuso sexual a los 11 años. Y no lo sabe nadie. Mi mamá y mi papá se están enterando en este momento. Siento que es algo que no podía dejar pasar. Fueron dos días en donde no podía parar de pensar en el tema. Si bien yo fui una chica que fue recontracuidada, me pasó, y le puede psar a todas las mujeres. Y me parece que todas las mujeres lo digan para que no vuelva a pasar nunca más”.
Conmovida, la actriz Florencia Peña – integrante del jurado del programa – le respondió: “acá estamos para vos. Nos animamos porque nos sentimos juntas, y porque sabemos que ya nadie nos va a juzgar. Por lo menos entre nosotras. Te bancamos a muerte”. Por su parte, su amiga Jimena Barón – que la conoció en la tira “Casi Angeles” – expresó: “No puedo creer enterarme así, enterarme ahora, enterarme acá. Aprovecho para destacar que pasa esto, que logran que no hablemos, que nos dé vergüenza, eso es lo que hacen los abusadores, los violadores. Hoy Juan Darthés dio el ejemplo. Nos tratan de locas y tratan de que quedemos mal nosotras”, sostuvo.
Otra historia, que se sumó recientemente, y con revuelo, fue la de Claudia Mabel Guebel, empleada de planta permanente del Senado que denunció al senador radical por La Pampa Juan Carlos Marino, y un asesor suyo, por acoso y abuso sexual. Su denuncia recayó en el Juzgado Federal N°5 y en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°6.
Claudia denunció acoso sistemático por vía de mensajes por whatsapp y también un episodio de abuso sexual: “Una vez que nos encontramos solos directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos“, recordó.
También denunció que el jefe de despacho del Senador Marino, Pedro Fiorda, abusó sexualmente de ella en un episodio: “me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Luego me dijo ‘Te voy a llamar a ver cómo seguimos’“.
El hecho repercute en el corazón del mismo Senado, cuyos integrantes se mostraron con carteles con la leyenda #MiráCómoNosPonemos. Los mismos senadores y senadoras cuya mayoría votó en contra del proyecto de Ley de Interrupcion Voluntaria del Embarazo, que protege el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su propio cuerpo.
Y estas son sólo algunas de las historias que más resonaron por el grado de exposición que los medios decidieron darle. Pero el fenómeno se amplificó y multiplicó en todas las redes sociales, donde es increíble la cantidad de historias repetidas de acosos, abusos y violaciones que aparecen, todas con detalles exactamente repetidos y puntos en común, dando cuenta de una misma matriz de violencias machistas repetidas, sistemáticas y, principalmente naturalizadas y normalizadas por el sentido común de la sociedad.
Sólo basta con buscar en las principales redes (Facebook, Twitter e Instagram) posteos o tuits con los hashtags #ActricesArgentinas, #MiráCómoNosPonemos, #NoNosCallamosMás, #YoSíTeCreo, #MeToo o #NiUnaMenos, para comprender que la violación y el femicidio, como hechos contundentes más graves, son el resultado final de un camino hecho previamente por múltiples abusos de todo tipo que se repiten en el día a día.
También demuestra que los movimientos feministas no exageran cuando exigen a los gobiernos la declaración de la emergencia nacional en materia de violencias machistas, para que haya un abordaje estatal con políticas de esta problemática, que se torna de a poco en endémica.
El fenómeno, finalmente, da cuenta también de un cambio de paradigma que las luchas del feminismo fueron instalando en la agenda pública: hay un fortalecimiento cada vez mayor de una red feminista de contención social que acompaña, sostiene y promueve esto llamado “sororidad”, que no es ni más ni menos que escuchar y ponerse en el lugar de la otra. En un mundo capitalista que nos formatea para odiar a las mujeres, a las personas negras, a las personas pobres, a las personas trabajadoras, a las personas migrantes, a la diversidad de identidades, y a pensar nuestras relaciones y vínculos en términos de subordinaciones. Ni más ni menos.
Fuente: http://www.anred.org/?p=108057