Negocios paraestatales
(APe).- -Por primera vez estoy asustado – me dice uno de los más conocidos sacerdotes rosarinos en la lucha contra el narcotráfico. -Veo chicos de doce años que ya están armados. Eso, por primera vez, me mete miedo – termina la idea. Otro sacerdote, también de la zona sur de la provincia de Santa Fe, confiesa que suele bendecir los búnker porque son la única fuente de trabajo en la ciudad atravesada por la desocupación.
Confesiones de religiosos que son testigos de las crucifixiones cotidianas que soportan las pibas y los pibes de una de las regiones más ricas de la Argentina y América del Sur.
Las armas y el narcotráfico, desde hace cincuenta años, son dos de las cinco principales arterias del corazón del capitalismo: las otras tres son petróleo, medicamentos y...