Doctor en Ciencias Biológicas, Federico Ariel volvió al país en 2014 como parte del programa Raíces. Ahora retorna a Francia, escéptico por la baja del presupuesto, la reducción del número de becas y la falta de financiamiento a proyectos.
Buenos Aires, 30 de agosto (#SomosTelam).- Federico Ariel tiene 35 años, es doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral y un profesional premiado nacional e internacionalmente y becado durante años por una prestigiosa organización europea para trabajar en Francia. En 2014, con la inauguración del Instituto de Agrobiotecnologia del Litoral en Santa Fe, encontró la oportunidad para volver al país.
Ganó un concurso, obtuvo un laboratorio para instalar su grupo de trabajo y, a través del programa Raíces, de repatriación de científicos, ingresó al Conicet como investigador adjunto. Hoy, mientras habla con SomosTélam, se prepara a viajar otra vez a París para hacer los experimentos que ya no puede costear en Argentina. “Por ahora trabajamos, pero el tiempo se agota”, advirtió.
Ariel desembarcó en 2016, cuando el gobierno de Mauricio Macri recién comenzaba y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Lino Barañao, aún funcionaba como una suerte de garantía de continuidad. La ilusión duró poco.
“Entre todas las promesas incumplidas de este gobierno, hoy hay que recordar la de duplicar el presupuesto en Ciencia y Tecnología, hasta llegar al 1,5% del PBI. Si lo prometió en campaña es porque el pueblo argentino comprendió el impacto social de desarrollar ciencia para nosotros mismos. Nos sentimos orgullosos de lanzar nuestros satélites, de recuperar YPF, de desarrollar biotecnología nacional”, resaltó.
Lamentó luego que el Ejecutivo “no sólo incumplió sus promesas, sino que bajó el presupuesto sostenidamente, al otorgar menos becas e ingresos a la Carrera de Investigación, discontinuar la entrada a la Carrera de Personal de Apoyo, jaquear la situación de los empleados contratados y profundizar una crisis de financiamiento de los proyectos que llegó a límites insospechados”.
Una de las primeras víctimas de esta crisis de financiamiento fue el programa Raíces, la iniciativa que consiguió repatriar a más de 1.300 científicos argentinos. “El programa Raíces hoy está siendo desmantelado -sentenció Ariel-. Por un lado, el subsidio de investigación que me otorgan está congelado al valor en pesos de los montos financiados en 2015. En nuestro campo de estudio todos los insumos y equipamientos están cotizados en dólares. Nuestra capacidad de concretar los proyectos de investigación se vio muy golpeada con una devaluación acumulada del 400%. No hay forma de que los subsidios, dependientes de préstamos en dólares del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) -que son desembolsados en pesos sin ningún tipo de actualización- alcancen para trabajar como corresponde”.
A la falta de fondos para investigar, se suma la precarización salarial. “Desde mi regreso a la Argentina, nuestros sueldos se vieron depreciados. Además, la propuesta de aumento salarial del 15% de este año no incluye a los becarios, uno de los eslabones más frágiles y precarizados de todo el sistema científico nacional”, advirtió el joven científico.
Denunció, en esa línea, que los subsidios de investigación “se pagan con demoras insostenibles (algunos incluso no se han pagado), lo que obliga a detener las investigaciones o costear los gastos con dinero del propio bolsillo, lo que no sólo no corresponde, sino que no siempre puede hacerse”. “El problema es que si no lo hacemos, los proyectos se detienen y los estudiantes no pueden seguir formándose”, protestó.
Ariel destacó una y otra vez que el financiamiento estatal argentino y la educación pública universitaria fueron clave en el desarrollo de su carrera y expresó su temor de que los que vendrán no tendrán las mismas oportunidades.
El clima de alerta domina toda la comunidad científica de Argentina. Por eso, investigadores como Ariel se organizaron y formaron el Frente Federal de Ciencia y Universidad (https://ffcienciayuniversidad.wordpress.com/), un espacio que se reunirá en Puerto Madryn en octubre. “No hay forma de realizar nuestras investigaciones con subsidios licuados por la devaluación y subejecutados incluso en pesos, salarios a la baja y una falta de recursos para mantener la infraestructura de los institutos de investigación. Lisa y llanamente, no hay forma; estamos atados de pies y manos”, concluyó y agregó, apenas minutos antes de subirse a un avión con destino a París: “El ataque a la universidad pública, gratuita y laica no puede entenderse como un acto aislado. Todo lo contrario: es parte de un plan sistemático de empobrecimiento de nuestro pueblo, que genera dependencia económica y tecnológica de los grandes centro de poder en el mundo”.
Fuente: https://somostelam.com/por-ahora-trabajamos-pero-el-tiempo-se-agota-advirtio-un-investigador/