La decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Carolina Mera, destacó que el recorte no solo afecta a los programas de investigación y la infraestructura sino que también tiene impacto en el atraso de los salarios, el fracaso en las negociaciones y en volver a usar a “los trabajadores como válvula de escape”.
Buenos Aires, 30 de agosto (#SomosTelam).-
La decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carolina Mera, destacó la importancia de la jornada en la que docentes y alumnos “vuelven a salir a la calle en defensa de la educación pública” y advirtió que con las “políticas de recorte y ajuste a las universidades” se “interrumpe la inversión del Estado en la formación de jóvenes científicos”.
En diálogo con Somos Télam, la socióloga, primera mujer elegida para el máximo cargo de Sociales de la UBA, lamentó la situación de las universidades públicas: “El recorte no es sólo por el desfinanciamiento de programas de investigación, de infraestructura, de intercambio académico, sino que se ve también en el impacto que tiene el atraso de los salarios con el no llamado a paritarias, el fracaso en las negociaciones y en volver a usar a los trabajadores como válvula de escape”.
Para Mera, este panorama económico, que atenta con la educación pública pero también “contra el sistema de ciencia y tecnología”, se acentúo en los últimos dos años y medio, cuando comenzaron “los cierres de programas y la suspensión de asistencias técnicas con distintas áreas del Estado que significan un montón de prácticas que unen la producción científica y académica en la gestión pública”.
Cuestionó, además, “ciertas campañas de desprestigio de funcionarios del gobierno con tremendas y graves declaraciones, desde la idea de ‘caer’ en la educación pública, hasta eso de que los pobres no van a la universidad o preguntarse para qué sirven las universidades”.
“Todo eso fue generando un escenario y hoy se confluye en esta gran movilización masiva y nacional por la defensa de las universidades”, explicó Mera.
A diferencia de otras casas de estudios que no pertenecen a la UBA y que adeudan pagos de servicios y de haberes por falta de presupuesto, en el caso de la Facultad de Sociales la “problemática no es tan directa por el peso específico que tiene la UBA al estar en la ciudad de Buenos Aires, tener 300 mil estudiantes y una comunidad enorme”.
Pese a “esta suerte de reparo” que tiene la UBA, no está exenta de “la situación económica” y “está sintiendo el ajuste por el cierre de programas, baja de financiamiento y el impacto en los salarios. Hoy el dólar pasó los 40 y eso tiene resonancias en la vida de los trabajadores y se refleja en el aula o en los distintos espacios de trabajo de la educación”, evaluó.
Por otro lado, la socióloga -que antes de su asunción en el decanato estuvo al frente del Instituto de Investigación Gino Germani- lamentó que con el desfinanciamiento “volvimos a los 90” porque el cuadro se “agudizó con el cierre de ciertas convocatorias de proyectos de investigación y la disminución de los ingresos de investigadores al Conicet”.
En este sentido, la académica, docente e investigadora explicó que hubo “diez años de inversión con la formación de jóvenes a través de la universidad pública que luego podían ingresar a Conicet, hacer sus doctorados y participar de equipos internacionales, con todo lo que eso potencia”. “Ahora todo se fue para atrás, todo está en riesgo”, se quejó.
“Y eso -argumentó- es tremendo porque impacta no sólo en quienes ya somos investigadores, producimos y dirigimos equipos, sino que también corta un proceso de inversión. Ser científico no sólo es muy complejo, sino que requiere muchos años de formación. Y con una política que recorta se interrumpe todo lo que el Estado invirtió en los jóvenes”.
Para la académica, la educación, la ciencia y la tecnología constituyen “una inversión del Estado no para un joven que quiere hacer una carrera, sino al servicio de un país que se piensa en relaciones de intercambio más complejas que las de vender commodities”.
Por último, la decana de Sociales expresó su solidaridad para con las trabajadoras y los trabajadores de la agencia Télam, en conflicto por la reducción de más del 40% de su planta, y opinó que además de “un ajuste y recorte de presupuesto” responde “sobre todo a una política de desmantelamiento de áreas que, por su propia naturaleza, permitirían la circulación de discursos que denuncian lo que está pasando”.
“Lo de Télam tiene que ver con un modelo de país. Y la difusión, la circulación de información y conocimiento atentan contra la implementación de este modelo porque sólo se sostiene con un gran bloqueo mediático, con mucha censura, con el cierre de programas, de canales, con despidos. Este gobierno viene desplegando políticas de censura y de coartar la libertad de expresión”, concluyó.