La justicia ordenó a IOMA que “garantice de forma inmediata la cobertura integral y efectiva del tratamiento hormonal de de modificación corporal y demás prestaciones requeridas conforme a la Ley 26.743, siempre que exista prescripción médica y previa presentación de las órdenes respectivas”.
Lucio tiene unos 30 años y es un hombre trans. Por prescripción de su endocrinóloga, fue a realizarse análisis bioquímicos con una orden donde se consignaba que estaban vinculados a iniciar su cambio de identidad. La mutual los rechazó y le sugirió que en todo caso debía intentar su aprobación por la vía del reintegro.
Ahora el Juzgado en lo contencioso administrativo 1 de la ciudad falló a favor de Lucio y determinó que IOMA, o cualquier obra social, debe garantizar este tipo de tratamientos de acuerdo con lo estipulado por la ley 26.743 que garantiza el acceso a “intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales”.
“La sentencia salió hace poco y Lucio quiere que se difunda esa información porque puede servir en otros casos”, dice María Eugenia Fernández, una de las abogadas que lo asesoró y presentó una acción rápida ante la justicia con la intención de demostrar que el rechazo de IOMA no sólo era del análisis, que podría ser hasta de rutina, sino que lo que se negaba era el tratamiento que él quisiera llevar adelante.
En la demanda se apoyaron en la ley de identidad de género y en tratados de derechos humanos. Fernández cuenta que IOMA “empezó a contestar cualquier cosa, respuestas mecánicas, y pedía que los trámites fueran por vía de excepción. O sea, con un reintegro que no sabés si te van a aprobar, ni cuándo y hasta acá hablábamos de algo muy básico como un análisis de sangre”.
La vía judicial también presentó sus obstáculos: “Él todavía no tiene el cambio de DNI y al presentar la demanda le querían poner el nombre que figura aún en el documento, finalmente se logró que se ponga Lucio pero fue una decisión de una hora”, relata Fernández cuando repasa que, aun habiendo dictado más tarde un fallo conforme a la ley en el que se reconoce la progresividad de derechos y que es favorable para las personas trans, a la justicia también le costó actuar en consecuencia. “El fallo puede estar divino pero siempre hay que lucharla desde algún lado”, dijo la abogada.