Atahualpa Yupanqui se presentó un 12 de Octubre en Neuquén, un par de años anteriores a los festejos del V Centenario. Y cuando le preguntaron sobre la celebración del “Descubrimiento de América” que generó enormes reacciones del mundo indígena expresó que “no se detenía en rencores pretéritos”. Extraño para un poeta inmenso que tomó hasta su nombre artístico parado en las épocas de Pizarro y Cortes. Pero muchos en la sociedad actual piensan igual y los tiempos globalizados y frenéticos que se vive empujan ese “borrón y cuenta nueva” como base para una convivencia sin odios ni rencores. Y que lo que menos se ejercite sea la memoria.
Los mapuce NO OLVIDAMOS. Pero no nos quedamos atado al pasado. Tomamos de la historia última lo que nos permite entender mejor lo que pasa, para que proyectar nuestro futuro sea utilizando esa experiencia histórica. Y el impacto de 500 años sobre una nación que desarrolla su vida en este espacio desde milenios, nos indica que nada de lo que ocurre es nuevo ni extraño. Porque ese sistema capitalista que llegó a indoamérica hoy esta potenciado y domina el mundo. Y como ocurrió aquel 12 de octubre de 1492, el capitalismo hoy neoliberal está ávido y dispuesto a cualquier cosa, incluso matando o invadiendo pueblos o países, para apropiarse de los bienes comunes que la naturaleza brinda a la humanidad toda.
Es útil enumerar un ciclo de saqueo, de explotación y muerte que se desató desde el norte al sur de indoamérica / wajmapu. Pero hoy queremos remarcar la urgencia de parar el genocidio silencioso que promueve este sistema. Y la forma es con urgentes POLÍTICAS DE REPARACIÓN que las ganamos como derecho y es obligación del estado implementar.
Desde septiembre del año 2.007, los estados del mundo agrupados en la ONU aprobaron la Declaración Universal sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que dice en su artículo 28: “los pueblos indígenas tienen derecho a la REPARACIÓN, por medios que pueden incluir la RESTITUCIÓN o una indemnización justa, imparcial y equitativa, por la tierra, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento previo libre e informado”.
La falta de aplicación de este derecho adquirido hace 11 años, generó (entre otros hechos graves) la muerte por fusilamiento de Rafael Nawel hace 11 meses atrás y generará numerosos conflictos en el futuro inmediato. Porque el derecho territorial es la urgencia a resolver.
No alcanza con cambiar de nombre o significado una fecha o hecho histórico. Tampoco alcanza el autoflagelamiento permanente o la victimización de nuestra existencia cultural desde la sola denuncia. Menos aún que esta semana sea centro de atención de un sistema educativo que necesita talleres, exposiciones, muestras culturales, mientras se reprime culturalmente todo el año desde una educación europeizada y discriminadora. El reconocimiento de la “diversidad cultural” es folklore o nostalgia del pasado, sino se genera políticas de reparación en todos los aspectos destruidos de nuestra identidad, comenzando por la restitución territorial.
Seguridad territorial, aplicación de la Consulta Previa y Personería Jurídica de carácter público es el trípode desde donde se sostiene la reparación a un daño de 5 siglos. Y condición básica para ejercer y promover nuestra Libredeterminación como pueblo preexistente (Art. 75, inc. 17 de la Constitución).
Somos conscientes que vivimos uno de los momentos más oscuros de la historia del país, con un sometimiento y sojuzgamiento a las corporaciones y al poder financiero de los bancos transnacionales como nunca se ha visto. Y es un desafío para los pueblos indígenas. Pero no exclusivo. Es tarea para una gran alianza con el pueblo argentino explotado y expoliado, con los organismos de derechos humanos, el movimiento de género, los trabajadores y estudiantes que necesitamos convivir en justicia. Trabajemos entonces por construir ese ESTADO PLUINACIONAL que a todos nos contenga como respuesta al legado de millones de vida que costó esta invasión de siglos. PEWMAGEN!
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