Tres días después que culminara el 33° Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew, otra vez la violencia femicida es noticia. Sheila Ayala, la niña de 10 años que era buscada desde el domingo, apareció asesinada en el partido bonaerense de San Miguel. Su cuerpo fue hallado dentro de una bolsa de basura en una medianera lindera al predio en el que vive su padre. Indicios que caracterizan nuestra época. Un régimen de despojos, donde otro cuerpo femenino tiene un trágico destino.
El cuerpo torturado y asesinado de Sheila Ayala, es un exceso imposible de simbolizar. Hallado en una bolsa de basura es un indicio, un síntoma de la época, donde los cuerpos feminizados tienen un trágico destino. Así como ocurre en el desierto de Ciudad Juarez, en el Catatumbo colombiano, vaginas destrozadas, pezones arrancados, bolsas de polietileno. Un régimen de despojos, que pretende instaurar el terror.
No es casualidad que esta trágica noticia, ocupe la escena de todos los medios de comunicación, a tres días de concluir el ENM en Trelew donde 60 mil mujeres de todo el país, nos reunimos para debatir pensar y reivindicar nuestras luchas históricas.
Según el Registro Nacional de Femicidios elaborado por “AHORA QUE SÍ NOS VEN” (Observatorio de Violencias contra las mujeres) indica que en 2018 el 13% de las víctimas tenían entre 0 a 18 años, donde el 41% de ellas estuvo desaparecida y fue abusada sexualmente.
“La imposibilidad de poner en palabras aquello que nos deshumaniza y degrada, bajo el despliegue de las tecnologías propias de un patriarcado sexista y racista, que expone la brutal exacerbación de un régimen de “necropolítica” -en un escenario donde circulan libremente la droga y el capital- las violencias se vuelven un medio de autogeneración del “capitalismo gore” al decir de Sayek Valencia” decía la socióloga karina Bidaseca, a prósito del crimen de Lucía Pérez cometido en octubre pero hace dos años atrás.
Las violencias contra las mujeres se intensifican bajo la escalada de nuevo discurso que, algunos sectores ya definen como la “ideología de género”, apoyados en el giro a la derecha en la región. Brasil un gran espejo.
Cada femicidio presenta sus particularidades, aunque en los medios de comunicación hegemónicos se proyecte la descomposición social, mostrada como un show de la miseria, donde no se escatiman en datos morbosos y degradantes que no hacen mas que matar a la víctima reiteradas veces.
No se tratan de casos aislados, porque a estas alturas la sistematicidad de las muertes son evidencias contundentes, de una maquinaria violenta que atenta contra las mujeres y las travestis, que nos arroja en una absoluta interperie de desrpotección, donde el estado no da respuestas, ni protege. Pero el conteo de muertas y torturadas continúa en ascenso.
Ya lo hemos dicho, “cuando matan a una matan a todas”. No es slogan ni eufemismo. Esta violencia femicida se esta transformando en un lenguaje, una forma de comunicar en nuestra moderna sociedad.
Ángela Davis ya lo mencionó “El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”. A un año del primer paro Internacional de Mujeres, aún seguimos exigiendo “Ni Una Menos”.
Fuente: http://www.anred.org/?p=105516