En una modalidad que impuso el macrismo en el Estado y replican las empresas del sector privado, Pilkington dio un golpe bajo a sus empleados este enero, con 14 despidos durante las vacaciones. Los trabajadores iniciaron medidas de fuerza, señalaron que los despidos son persecutorios y denunciaron la complicidad del sindicato del vidrio.
Los trabajadores se convocaron en asamblea en la mañana del lunes ante la planta. Allí decidieron el no ingreso a la misma y sostener un acampe en las puertas hasta revertir los despidos por persecusión sindical. Además, llamaron a defender el convenio colectivo y exigieron a la Comisión Interna y al Sindicato “que se pongan al frente de esta lucha”.
En declaraciones al portal regional “Qué Pasa Zona Norte”, Esteban Salvatierra, ex integrante de la Comisión Interna, aseguró que los despidos son persecutorios del activismo sindical dentro de la planta, ya que la mayoría de los trabajadores afectados se han presentado en distintos momentos como candidatos a delegados.
“Era algo que veíamos que podía pasar, antes de empezar el periodo de vacaciones, la empresa hizo un movimiento de personal en el que la mayoría del activismo había sido mandado a un sector en el que no debíamos estar”, señaló Salvatierra, y contó su situación: “en este marco, con un nene que tiene que empezar la escuela, es triste y desolador lo que está pasando, tengo mucha impotencia, pero estamos dispuestos a lucharla hasta el final, porque necesitamos los puestos de trabajo y entendemos que no hay motivos para la decisión que tomó la empresa”, sostuvo.
“Lo que está sucediendo está hecho en complicidad con el sindicato del vidrio, que no sólo no aparece, sino que no nos atiende el teléfono”, agregó Salvatierra.
Pilkington es una importante multinacional grande del segmento del vidrio y en Argentina es proveedora de la industria automotriz: abarca el 76% del mercado original y de reposición de parabrisas, lunetas y vidrios laterales.