Ante la iniciativa de un grupo de mujeres que pretende modificar las consignas del 8M para retornar al biologicismo y volverlas transexcluyentes, compartimos el texto de la activista travesti y diplomada en Género y Politica Violeta Alegre, publicado originalmente en la Agencia Presentes.
Fotos: Archivo Presentes/Ariel Gutraich e Isa Solas
Ayer me compartieron una imagen publicada en Instagram: un grupo de mujeres pide organización de nuevas consignas para el 8M.
Qué argumentan: biologicismo
La convocatoria viene de RadFem (el nombre surge de un juego de palabras con Feminismo Radical) ¿Cómo argumentan? Este sector considera que el único sujeto político del feminismo es la “Mujer”. De esta manera, desempolva una discusión que vuelve a hegemonizar las identidades de género situándolas en el binarismo varón/mujer. Es decir, definiendo por la genitalidad.
Esta propuesta de separación de los hombres (= machos) del movimiento está motivada por la idea de unxs cuerpxs que portan pene versus unxs cuerpxs que portan vagina; y a esto lo llamamos “biologicismo”. ¿Y quiénes son esos hombres (= machos)? Pues, todos los cuerpos que portan pene. Es decir, se sigue sosteniendo que la genitalidad determina la identidad de género.
No escuchamos de estas mismas voces feministas que cuestionen su heterosexualidad como único sistema sexo/vincular/afectivo, sostenido por la hegemonía. Quieren el corrimiento del “macho” de sus espacios, pero no de sus hogares ni de sus camas.
Les abruma el lenguaje inclusivo. Dicen que invisibiliza a la “Mujer”. Y ante cualquier ampliación inclusiva como “feminidades”, se sienten atacadas tratando de misógino a cualquier identidad disidente como si fuera el macho dominante.
A las travestis nos corren por derecha e izquierda
A nosotras, las travestis, nos corren por derecha con discursos “bolsonaristas”. Pero cuando se les cansa la mano, también usan la izquierda, ya que organizaciones de la izquierda feminista también sostienen estos discursos.
Nuestro exterminio nunca ha sido con mensajes concretos como “Vayan y mátenlas por ser quienes son”. Pero los mensajes simbólicos de odio son los que han estado a la orden del día en los travesticidios de nuestras hermanas. Dice Adam Dieng, asesor especial sobre la prevención del genocidio de las Naciones Unidas: “El genocidio es un proceso. El Holocausto no empezó con las cámaras de gas. Comenzó con discursos de odio“.
“No queremos ser más esta humanidad”
Tenemos que soportar que diariamente nos nombren en las crónicas policiales como “un travesti”. O que en los medios de comunicación nos señalen diciéndonos “a vos te falta esto para ser mujer (haciendo referencia a una vagina)” , “si te casás, te vestís de blanco, adoptás/tenés hijos, ¡córtatelo! ¿O acaso lo usás?”. O que el sistema médico experimente con nuestras corporalidades presionándonos con el “decidite, si querés seguir teniendo erecciones o querés una vagina”.
Nos desvalorizan, nos estigmatizan y nos desprecian por no responder a una identidad heteronormativa pero nosotres seguimos respondiendo: “no queremos ser más esta humanidad”.
Podríamos escribir una lista enorme de estos discursos de odio, de producción de muertes que se terminan ejecutando por acción u omisión. Los hemos identificado desde hace tiempo en este mundo, tal y como está propuesto. Pero ¿qué pasa cuando surgen desde adentro? ¿Desde sujetas que se reivindican feministas?
Este discurso transodiante es doblemente peligroso hoy: en un contexto latinoamericano de retrocesos de derechos. De persecución política a las lesbianas -no olvidemos a Marielle Franco (concejala feminista afro y lesbiana, asesinada )-. A los gays -recordemos que recientemente tuvo que renunciar el diputado Jean Wyllys tras haber sido amenazado de muerte-.
A las travestis -como el episodio de odio y violencia física que vivió nuestra compañera Lara en el Parque Lezama-, y la golpiza y detención el viernes 25 de enero de Alma Fernández y las detenciones arbitrarias a diario de varias compañeras-, y tantos ataques y violencias que se han incrementado y atentan contra la vida de las personas disidentes a este sistema heteropatriarcal.
Ante este tipo de manifestación TransOdiante, solicitamos a la comisión organizadora del 8M que se pronuncie y que tome medidas. Para asegurar la participación y preservar la integridad de las compañeras travestis y trans en las actividades previas y en la manifestación del 8M.
ALERTA FEMINISTA, adentro y afuera. Las travestis aprendimos del feminismo. El feminismo aprendió de las travestis y las disidencias sexo/identitarias: al calabozo no volvemos nunca más, ¡al biologicismo tampoco!
Fuente: http://agenciapresentes.org/2019/01/28/al-calabozo-no-volvemos-nunca-mas-y-al-biologicismo-tampoco/