Un relevamiento del sindicato prueba cómo puestos de control de mercadería exportable están sucios, sin policía ni mantenimiento.
Un relevamiento realizado por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Río Negro demuestra el desmantelamiento de las barreras zoofitosanitarias del Servicio Nacional de Seguridad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en las localidades patagónicas de Casa de Piedra, 25 de Mayo y Catriel.
Desprovistos de personal de limpieza y artículos higiénicos, los trabajadores afrontan la compra de insumos básicos para mantener una oficina del Estado nacional en condiciones asépticas. Tampoco existe personal de mantenimiento de las instalaciones: no hay dinero ni personal para adquirir con celeridad lámparas que alumbren el control de mercadería a la noche.
“A pesar de estas nefastas condiciones, afrontamos la responsabilidad de hacer nuestra tarea de la mejor manera posible, para evitar que Argentina pierda valiosos mercados internacionales y se nos eche luego la culpa, como ocurrió recientemente con la exportación de frutas a Brasil”, expresó Matías Miqueles, delegado de ATE.
“La responsabilidad sobre esta situación tiene nombre y apellido: se llama Marcelo Roberto, Coordinador Institucional de Barreras Zoofitosanitarias Patagónicas del SENASA”, acusó Rodrigo Vicente, coordinador de ATE Río Negro en organismos nacionales.
“Roberto no ha dado respuesta alguna a los planteos que le hemos realizado en una reunión. No tiene voluntad, parece, de hacer cumplir la ley y, por el contrario, castiga a los trabajadores que sí velamos por el prestigio del organismo”, agregó el dirigente, que denunció que varios empleados fueron trasladado de un control a otro de manera inconsulta, a modo de castigo.
De Marcelo Roberto depende también la gestión necesaria ante los ministerios de Seguridad provinciales, para que sus efectivos resguarden la integridad física de los trabajadores objeto de agresión física mientras realizan la fiscalización de la mercadería en tránsito.
La denigración que sufren los empleados por parte de las autoridades de SENASA alcanza ribetes insólitos: de su bolsillo sale también el dinero para comprar la indumentaria necesaria para su tarea.
“Nosotros somos quienes hacemos las impresiones de los logos del organismo y aplicarlos a la ropa, para poder identificarnos ante los conductores. Toda plata que sale de nuestros bolsillos”, señala Raúl Escobar, delegado de ATE en Casa de Piedra.
ATE denuncia además, que los trabajadores no fueron categorizados correctamente, lo que implica años de atraso en la actualización de sus haberes.