El jueves 20 de junio estuvimos en San Miguel del Monte acompañando a los familiares de lxs pibxs masacrados por la policía de María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo y Fabián Perroni.
Monte es una localidad pequeña, fue fundada en 1864 sobre la antigua “Guardia de Monte”, fortín de defensa de la frontera contra el indio de los terratenientes de la época avenidos a las órdenes del Restaurador Juan Manuel de Rosas. Su nombre se lo debe a San Miguel Arcángel, a su vez patrono de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En la puerta de la sede de la Dirección Departamental de Investigaciones de La Plata, calle 61 entre 12 y 13, hay un blindex con la imagen del santo. Al lado está la placa que recuerda que allí fue torturado, asesinado y desaparecido Andrés Alberto Nuñez en septiembre de 1990.
Esa área de Investigaciones, aunque en otro edificio, era conducida durante la dictadura militar por el jefe de las patotas que produjeron el genocidio, Miguel Etchecolatz. Sus padres se deben haber inspirado en San Miguel Arcángel para bautizarlo. Su hija se cambió el apellido Etchecolatz a Dopazo al descubrir que Miguel fue uno de los conductores del genocidio en los 33 Centros Clandestinos de Detención y Exterminio ubicados en las comisarías, brigadas y destacamentos policiales del gran Buenos Aires. En esa sede platense se destapó una olla de la recaudación ilegal de miles de pesos mensuales que sigue gestionando La Bonaerense SA y llevó a la cárcel a jefe departamental y su séquito de recaudadores.
Pese a su hermosa laguna y su histórica urbanización colonial, el pueblo de Monte será tristemente recordado por mucho tiempo por esta masacre. Igual que el de Ramallo es recordado por otra similar, producida en 1999 por el comisario Pablo Bressi, que luego Vidal eligió para comandar La mejor Maldita Policía del Mundo.
La Policía Bonaerense tiene muy en claro sus símbolos, sus héroes y su historia genocida. Está en nosotros hacer recordar siempre a los responsables de la Masacre de Monte y de todos los crímenes de Estado. Como dijeron los padres de lxs pibxs: “Caiga quien caiga”. Mucho más cuando la intendenta de Monte, Sandra Mayol, la gobernadora y su ministro de seguridad siguen en campaña electoral, como si aquí no hubiera sucedido nada, cuando son responsables políticos de la pérdida de las vidas de Danilo, Camila, Gonzalo y Aníbal y por la lesiones gravísimas que sufrió Rocío.
Para que caigan todos los que nos quitan una vida cada 21 horas en manos de su aparato represivo. Por la memoria de lxs pibxs asesinados por la represión de Estado, seguiremos luchando contra la impunidad del gatillo fácil y contra las políticas de los que lo promueven para seguir robándonos nuestro destino como pueblo.
COLECTIVO CONTRA EL GATILLO FÁCIL DE LA PLATA