Alrededor de 180 trabajadoras y trabajadores aprendieron a cultivar en equilibrio con el entorno. Los talleres forman parte de las capacitaciones que brinda el FOL en el marco del programa Hacemos Futuro.
En el marco del programa Hacemos Futuro, el Frente de Organizaciones en Lucha llevó adelante la capacitación de alrededor de 180 trabajadoras y trabajadores en la temática de huertas agroecológicas. Los talleres se realizaron en distintos barrios de la ciudad de La Plata, que de a poco comienzan a ver transformaciones muy importantes para el medio ambiente.
“La capacitación para mí fue excelente porque lo que aprendimos ahí nos sirvió para el trabajo pero también para la casa, para la vida” cuenta Romina, una de las integrantes de la huerta que se realiza en el barrio Altos de San Lorenzo. “La parte que más me gustó fue entender que la época de plantación y la naturaleza están muy relacionadas con los ciclos de la luna; y también aprender las cosas que podemos hacer con los recursos naturales, como por ejemplo cremas, productos de limpieza, jabón, etc.” agregó.
Las capacitaciones constaron de 16 encuentros cada una, en las que se abordaron diversos contenidos. Tal como contó Ramiro, uno de los talleristas, en los primeros módulos se habló sobre el origen de la agricultura y la necesidad de apostar a la agroecología. En el segundo bloque aprendieron como trabajar la tierra para sanearla y hacerla fértil. Luego continuaron aprendiendo sobre los ciclos naturales de las plantas y las semillas, para culminar estudiando los distintos usos medicinales y cosméticos de las mismas.
“La agroecología es una manera de producir en equilibrio con el ambiente, respetándolo y aprovechando lo que hay en él. También implica pensar la forma de trabajo y la lucha contra la explotación laboral, pensar las huertas como un espacio de encuentro” explicó Ramiro.
La importancia de realizar este tipo de trabajo radica en que la intervención del ser humano en la naturaleza es cada vez más destructiva. La contaminación extrema, las inundaciones, la dificultad para acceder al agua potable y los problemas de salud que se desprenden de todos estos factores, son cuestiones cotidianas en los barrios, ciudades y también en los pueblos alejados.
Por lo que el desarrollo de estas formas de producción colabora en sanear y recuperar la tierra, y a reducir la contaminación reciclando la materia orgánica. “Puede ser una forma posible de producción para la sociedad. Nuestro objetivo es que cada compañera pueda hacer una huerta en su casa y producir algo para intercambiarlo en una feria por ejemplo. De esa manera se generan barrios autosustentables con menos basura, relaciones de intercambio diferentes, y más comida” argumentó Ramiro.
A su vez, estos espacios sirven como referencia para todo el barrio y fomentan el intercambio y el conocimiento entre los y las vecinas. “Ha habido cambios, ahora casi todas las compañeras tienen huertas en sus casas. Por otro lado, comenzamos juntando la materia orgánica de las y los vecinos y les comentábamos para qué era, entonces después cuando les mostrábamos el fruto que sacábamos de eso les gustó y empezaron a hacer compost” relató Romina.
La mayoría de la producción de estas huertas se destina a los comedores barriales, por lo tanto son un factor importante para mejorar la alimentación de cientos de familias, que de otra manera sólo ingieren carbohidratos y comida enlatada.