Ayer, jueves 26 de diciembre, alrededor de las 13 horas el gobernador Rodolfo Suarez en conferencia de prensa anunció que suspendía la reglamentación de la Ley 9209 y abría un proceso de diálogo para consensuar las modificaciones introducidas a la Ley 7722 (la cual prohibía el uso de sustancias tóxicas para la minería metalífera).
Desde ese momento, circularon mensajes, llamadas y se compartieron notas en las redes. Pronto, la población comprendió que no es lo mismo suspender una ley que no tener la reglamentación de la misma. Una vez que una ley es promulgada está en vigencia, y esto sucedió el martes 24 de diciembre con la Ley 9209 del Cianuro. Es decir, que el gobernador no hizo más que engañar al pueblo, llamándolo al diálogo. A ello se agrega, según informaron abogados ambientalistas, que la no reglamentación no hace más que generar un vacío legal en el que todo lo que no está prohibido está permitido, es decir las empresas mineras podrían empezar la actividad y adquirir derechos.
El anuncio tuvo un claro objetivo: desactivar el alto nivel de movilización existente en todo el territorio provincial, que atraviesa a cada pueblo y ciudad, desde General Alvear a Lavalle. Un descontento que ha hecho que diversos actores se pronuncien en contra de la reforma de la 7722. Un caso emblemático fue el comunicado de la Comisión de Reinas Nacionales de la Vendimia (CORENAVE), que antes del anuncio de gobierno, llamó a no realizar las vendimias departamentales hasta no se derogue la ley 9209.
Los dichos del gobernador hicieron -una vez más- que el río de habitantes de estas tierras saliera a las calles: en Gral. Alvear realizaron una marcha de velas en defensa de la 7722, en San Carlos se realizará un cacerolazo en la ruta 40, en el departamento de Tunuyán, San Martín, Lavalle, Maipú y San Rafael vecinos y vecinas salieron a pedir la derogación de la Ley del Cianuro.
En la Ciudad de Mendoza se convocaron en el KM 0 al ritmo de mil tambores, más de 15 mil mendocinos y mendocinas, familias completas, adultos mayores con banderas argentinas, whipalas y carteles con consignas en defensa del agua, miles bailaron, aplaudieron y cantaron “Olé olé, olé olá, la cordillera que linda está, y si la tocan que quilombo se va a armar”. No se podía creer, la emoción estaba a flor de piel, miles haciendo historia en defensa de nuestros territorios y nuestra agua. Era la fiesta de un pueblo que está resistiendo la soberbia de su gobernador, que lucha por el agua en un año que estamos viviendo una crisis hídrica severa. Todos, todas, todes se fueron felices de la plaza, felices del encuentro y de la lucha, que recién comienza, pero por la que se dará batalla hasta el fin.
Hoy, las cosas parecen no haber cambiado mucho. Seis departamentos anunciaron que no realizarán la fiesta de la vendimia de su localidad hasta que no se derogue la ley 9.209: Maipú, Lavalle, San Carlos; la Paz, Santa Rosa y Tunuyán; a ellas se agrega la suspensión de la Fiesta Nacional del Orégano y el Agua. Quizás esto parezca irrelevante pero estas fiestas son un espacio de larga tradición en la que se conjuga el compartir en familia y amigos con una fuerte actividad turística de impacto en los pueblos y ciudades que las realizan. Es que parece que por estos días, estamos disputando perder un poco por ganar el agua, por ganar la vida.
Hoy el gobernador pretendía tener una reunión de diálogo con la Asamblea de Eugenio Bustos, departamento de San Carlos (de donde es oriundo el mandatario) y los vecinos/as sólo hicieron entrega de un petitorio y afirmaron que hasta que la Ley del Cianuro no esté derogada ellos no van a dialogar.
Los días que se aproximan para terminar el año vienen cargados de jornadas de lucha y protesta, para que el Gobernador y toda la dirigencia política entiendan que “el agua de Mendoza no se negocia”. Es que si está en el ADN de este pueblo defender el agua, hoy también la memoria colectiva, la sabiduría de nuestra tierra y las huellas ancestrales en nuestros cuerpos nos llaman a resistir para seguir construyendo oasis en un desierto.
A continuación se presenta la carta que se hizo entrega:
CONDICIONES PARA EL DIALOGO.
Pueblo de San Carlos, Asamblea 26/ diciembre
Venimos a establecer condiciones IRRENUNCIABLES para dialogar. Porque no queremos otra operación de prensa diciendo que no estamos dispuestos.
1. No hay diálogo y no salimos de la calle con la ley 9209 vigente. Devuelvan la 7722. Deroguen la 9209.
2. No hay diálogo en mesas separadas por sectores y cerradas a la comunidad. Todos y públicamente.
3. Basta de decir que solo algunos sectores o solo el Valle de Uco se opone. Eso es mentira. Deben reconocer públicamente que en la provincia entera, incluido Malargüe silenciado, hay oposición.
4. No hay inicio de diálogo si no hay un reconocimiento público de los antecedentes. La 7722 es la ley más debatida de la provincia. 16 años de debate. Basta de decir que ” vamos a iniciar un debate serio”. Es una falta de respeto absoluta a miles de mendocinos.
5. No hay diálogo en una mesa donde participen personajes que nos han engañado, insultado, denigrado, manipulado, etc. Emilio Guiñazu y Humberto Mingorance, (Sec. De Ambiente y Ord. Territorial) no pueden estar en ninguna mesa. Pedimos su renuncia.
6. No hay diálogo de apuro. Es una vergüenza y una falta de respeto que planteen está mesa con horas de improvisación. Es una burla a toda la sociedad mendocina. No es serio.
Exigimos también seguridad y paz social. No más represión.
Los hacemos responsables de cualquier problema.
Señor gobernador.
Es una vergüenza que llame a esta mesa por seguridad o preocupación porque sus hijos no pueden salir a la calle tranquilos, cuando tiene a miles de mendocinos en la calle, con sus hijos.
Sin nuestra ley 7722
No hay diálogo.