Invasión de México (1519 – 1520)

LA INVASIÓN DE MÉXICO

08 DE NOVIEMBRE DE 1519 – 1521

Quinta entrega:

Por Asunción Ontiveros Yulquila

Testimonios del siglo XX. En enero de 1955, mis padres, Bernabé Ontiveros y Matilde Yulquila, que residen en la ciudad kolla de Abra Pampa, Cochinoca, Jujuy, Argentina, deciden que ingrese a la Escuela Nacional N° 21, para “aprender a leer y escribir”. Desde 1949 hasta fines de 1954 conviví con mis abuelos maternos, en la comunidad kolla llamada Negra Muerta (Humahuaca, Jujuy). Hasta 1955 no conocía la imagen de un cura o fraile, tampoco la imagen de una iglesia. De acuerdo al imaginario del sistema clerical vigente, era un “infiel” y “una criatura sin alma”.

Pero mi nombre Asunción, era un indicio que “nací cristiano”. Nací el 15 de agosto de 1949, día de la Asunción de la virgen María. En marzo de 1955 ignoraba esta relación de colonización. En el primer día de clases me preguntaron si sabía rezar. Respondí negativamente. Las autoridades de la Escuela deciden que concurra al proceso de catequización (evangelización compulsiva). No soporté al cura alemán ni a la tortura psicológica, pedagogía de la evangelización. Nos acusaban que nosotros (niños kolla) “éramos los culpables de la muerte de Jesús”, cuya efigie se mostraba en el atrio de la iglesia, semidesnudo y con heridas sangrantes en la cabeza y en el pecho.

En junio de 1955 estaba traumado psicológicamente. No quería concurrir al proceso de catequización. Soñaba que era despedido de la Tierra, que no podía agarrarme de una nube y caía al vacío. Despertaba fuera de la cama y llorando. Mi padre decide fijarme en la cama con una soga, desde los pies hasta el pecho, para que no me levantase durmiendo y llorando. En junio, mi abuela Ambrosia Titu visita Abra Pampa porque mi madre estaba por parir a mi hermano Federico. En la primera noche de su visita observa que me sujetan en la cama con una soga, y provoca un escándalo mayúsculo. Decide denunciar ante la comisaría local.

Mis padres hablan con las autoridades de la Escuela. Se decide que no concurra al proceso de evangelización (tortura y cosificación). Se recupera mi salud mental y psicológica (Parte de este relato está en “Textos de Eduardo Galeano sobre el “descubrimiento” (1992). En marzo de 1964, en la Escuela Técnica de Maimará, Jujuy, Argentina, mis compañeros mi pusieron el seudónimo “judío” porque no rezaba en el periodo de los exámenes escritos y orales. Leía y escribía.

Escribo estos testimonios porque desde 1492 hasta el presente el pontificado de Roma es un imperio hegemónico expansivo, letal y manifiesto, para los pueblos indios u originarios que tenemos imaginarios y culturas diferentes al pontificado. El Sol, la Luna, la Tierra (Pacha), Venus, Marte, las Estrellas y el Movimiento son los fenómenos fundamentales de Vida de la civilización Dakota, Maya, Azteca o Mexica, la civilización del Tawantinsuyu, Mapuche, etc. Para estas, nuestras civilizaciones, el Sol es el centro del Universo.

Por el  contrario, para el pontificado de Roma, la Tierra es el centro del “universo”, es plana y sin movimiento, la sangre no circula en nuestro organismo corporal, el corazón “piensa como Dios”, el cerebro es “tentación del demonio”. Los frailes son considerados los “sabios” del imaginario que se irradia desde el pontificado de Roma, que administra la “creación de Dios”. Es absurdo que hasta actualmente, el Vaticano intente convencer que es el representante de “Dios”, el “creador de la tierra, del cielo y del hombre”.

Hasta fines del siglo XIX, en todo nuestro Continente, el sistema de la iglesia católica se dedica a reproducir las mentiras o mitos legitimantes del llamado “mundo occidental y cristiano”. Curas, monjas, colegios para hijos de los “indios nobles”, construcción de iglesias por doquier, universidades pontificias, misas, efigies de santos y de vírgenes, apariciones de imágenes, indios “evangelizados y mártires”, venta de títulos de nobleza, son las formas simbólicas para ilustrar las narrativas (propaganda de guerra) relacionadas con los llamados “descubrimiento” y “conquista”. México es un caso único en nuestro planeta. La ciudad de Tenochtitlán fue y continúa siendo destruida hasta los cimientos, se mata la Laguna con escombros del México Profundo. Pero, cada vez que actúan los arqueólogos en la base de los cimientos de la actual Catedral de la ciudad de México se tropieza con algo maravilloso del México Profundo, que requiere explicaciones  desde la epistemología para la descolonización.

PAGOS DEL RESCATE PARA LA LIBERTAD DE MOCTEZUMA

“Pasado este auto  ofrecimiento que estos señores hicieron al real servicio de vuestra majestad, hablé un día al dicho Mutezuma, y le dije que vuestra alteza tenía necesidad de oro para ciertas obras que mandaba hacer, y que le rogaba que enviase algunas personas de los suyos, y que yo enviaría asimismo algunos españoles por las tierras y casas de aquellos señores que allí se habían ofrecido, […], y que él asimismo me diese de lo que tenía porque lo quería enviar, como el oro y como las otras cosas que había enviado a vuestra majestad con los pasajeros. […]. Y así se hizo que todos aquellos señores a que él envió dieron muy cumplidamente lo que se les pidió, así en joyas como en tejuelos y hojas de oro y plata”.

Y otras cosas de las que ellos tenían, que fundido todo lo que era para fundir cupo a vuestra majestad del quinto, treinta y dos mil y cuatrocientos y tantos pesos de oro, sin todas las joyas de oro y plata, y plumajes y piedras y otras muchas cosas de valor que para vuestra sacra majestad yo asigné y aparté, que podrían valer cien mil ducados y más suma; las cuales demás de su valor eran tales y tan maravillosas que consideradas por su novedad y su extrañeza no tenían precio ni es de creer  que alguno de todos los príncipes del mundo de quien se tiene noticia las pudiese tener tales y de tal calidad. […]. Cupieron asimismo a vuestra alteza el quinto de la plata que se hubo, ciento y tanto marcos, los cuales hice labrar a los naturales, de platos grandes y pequeños y escudillas y tasas y cucharas, y lo labraron tan perfecto como se lo podíamos dar a entender” (Cortés, 1520: 75 y 76).

Sin duda, la Confederación cumple con exceso  el pago del rescate. Moctuzuma debe ser liberado. Cortés y sus acólitos deben consolidar la invasión. Para tal objetivo, los invasores requieren frailes, soldados españoles, armas biológicas, caballos, pólvora, cañones y perros. La población de México es mayor que la del reino de Castilla y de Aragón. En La Española (Santo Domingo y Haiti) y en Cuba la población india u originaria estaba siendo exterminada por efectos del virus de la viruela. El tráfico de esclavos de África está en pleno auge y es avalado por el pontificado de Roma. Cortés está en intercomunicación con la Secretaría de Indias, administrada por el poder clerical inquisitorial. Carlos I de España ya estaba en funciones, y sus consejeros (anfibios del poder real del pontificado de Roma) negociaban para que sea coronado como emperador el Sacro Imperio Romano Germánico (Carlos V). El inquisidor general de la Real y Suprema Inquisición es el cardenal Adriano de Utrecht, sucesor del carnicero franciscano Francisco Jiménez de Cisneros (1436 – 1517).

La expedición de Cortés, desde que parte de Cuba, 1518, tiene consolidada la intercomunicación entre la isla Fernandina (Cuba) – la isla La Española (Santo Domingo y Haiti) – Sevilla, Castilla – pontificado de Roma. En 1518 el cardenal Adriano de Utrech es el inquisidor general y regente de los reinos de Castilla y de Aragón. Cortés está acompañado de un par de anfibios frailes que son los “sabios” de la administración de la obra “creada por Dios”. El 22 de abril de 1519, funda la “ciudad Villa Rica de la Vera Cruz” para cumplir la función de cabeza de playa para la invasión de México. Se constituye una red de postas de correo para la intercomunicación: La isla Fernandina (Cuba), Villa Rica de la Vera Cruz (Veracruz) – Tlaxcala – Tenochtitlán instalando españoles, esclavos africanos e indios “amigos” de Cuba. Después del secuestro de Moctezuma, el sistema de intercomunicación de Tenochtitlán con la costra del Golfo de México pasa a ser funcional a los objetivos de los invasores.

Cortés es el carcelero de Moctezuma, quien gobierna extorsionado por ser dependiente del pago del rescate para su libertad. La Confederación Azteca obedece a rajatabla las indicaciones. Las “cabalgadas”, secuestros y diversos actos de rapiña son los medios para que el oro y la plata converja a Tenochtitlán. Cortés, en la narrativa de su segunda carta de relación que es objeto del presente análisis, muestra alegría y felicidad por la riqueza y la abundancia de México. Describe a Moctezuma como un potentado emperador que gusta de tener animales, desde aves hasta reptiles y desde pumas, leones hasta venados. En estos intervalos de alegría, por la riqueza del rescate que acaricia, expresa contundentemente: […] y en todo el tiempo que yo estuve en la dicha ciudad, nunca se vio matar ni sacrificar criatura alguna” (1520: 80).

La segunda carta de relación de Cortes fue publicada en Sevilla, España, el 8 de noviembre de 1522. La misma fue escrutada y recamada (modificada) por los inquisidores del Consejo de la General y Suprema Inquisición, con sede en el Arzobispado de Sevilla. Jacobo Cronberger es el propietario de la imprenta al servicio exclusivo de la Inquisición.

La palabra recamar textos y gráficos es utilizada por Carlos Marx (1848),  para describir y denunciar al accionar criminal del plagio y la tergiversación que realizaban los frailes, para direccionar las narrativas a favor de los intereses imperiales del pontificado de Roma. Marx al estudiar griego y latín, para traducir los clásicos de la Antigua Grecia para sus estudios de filosofía, fue descubriendo las operaciones “milagrosas” de los “sabios frailes” adscritos a Roma.

Por lo tanto, la segunda carta de relación de Cortés, que despachó a la Secretaría de Indias, para ser elevada a Carlos I, pasó por las manos del llamado Cronista Mayor de la Secretaría de Indias. Antes de la impresión por Jacobo Cronberger, la carta fue modificada y recamada por los frailes. Luego la carta arriba a Carlos I de España, interesado en conocer la riqueza de las invasiones de su reino. Riquezas que permiten, en 1521, que Carlos I sea coronado como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. También, para que el cardenal Adriano de Utrecht (1459 – 1523) sea “elegido” (se compraba votos) como pontífice, Adriano VI (1522 – 1523). Adriano de Utrecht fue maestro de Carlos V (I de España).

Continuará.

BIBLIOGRAFÍA

Cortés, Hernán. (2002), Cartas de Relación, México, Editorial Porrúa

Roth, Cecil. (1989), La inquisición española, Barcelona, Martínez Roca S. A.

Marx, Carlos y Engels, Federico. (1848), Manifiesto del Partido Comunista, htt://www.marxista.org/espanol/m-e/…/48-manif.htm (2010).

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