El Covid 19 no fue una mala noticia para todo el mundo. Los 12 multimillonarios más relevantes de Wall Street incrementaron su riqueza un 40 % desde que comenzó la pandemia global. Mientras, las y los trabajadores ven sucumbir sus ingresos en paritarias deficientes o sumas en negro.
“El juego consiste en pasar el dinero del bolsillo de tu cliente, a tu bolsillo y ya”, decían en la película ‘El Lobo de Wall Street’. El mensaje fue ampliamente captado por personas como los fundadores de Amazon, Microsoft y Facebook -Jeff Bezos, Bill Gates y Mark Zuckerberg respectivamente-. Ellos, alcanzaron por primera vez en la historia una riqueza combinada de 13 cifras, es decir, más de un billón de dólares de patrimonio.
Los guarismos se replican a nivel nacional, en casos como los del dueño de Mercado Libre, Marcos Galperín, que elevó su fortuna de 2000 a 4500 millones de dólares entre marzo y julio (según Forbes). La suma implica 286 veces lo invertido por el gobierno de Omar Perotti en ampliación de infraestructura en toda la provincia durante la pandemia (convirtiendo a dólares los 700 millones de pesos, al cambio oficial al día que se escribe esta nota).
Para cerrar el panorama del lado de los ganadores, durante el segundo trimestre del 2020 el 10 por ciento de la población más rica pasó a percibir 19 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre. Hace un año la diferencia era de 16.
Por el lado de los perdedores, en plena pandemia ‘las y los esenciales’, resultaron ser los sectores más castigados. No sólo por el nivel de precariedad extremo en actividades como plataformas digitales, sino también en el sector público. En éste, desde marzo, las negociaciones salariales se pusieron en el refrigerador. Y, parece, que el Gobernador se tragó la llave.
“Las paritarias estatales son de ajuste. Hay una política extorsiva de las clases dominantes que, para defender los márgenes de ganancias, atentan contra el trabajo como factor productivo. La pandemia vino a ser el gran argumento para aplicar de facto una reforma laboral que pudimos en su momento resistir en las calles”, consideró el Secretario General de la Central de Trabajadorxs de la Argentina Autónoma Regional Rosario, Gustavo Terés.
“En esto hay ganadores y perdedores: hay políticas que favorecen al bloque de derecha. Ya sea aplicando la represión sólo hacia los más afectados (como el caso del personal sanitario en Buenos Aires), como protegiendo a intereses corporativos como Vicentin o las empresas de las plataformas digitales”, analizó. Es preciso mencionar que, pese a no poder legalmente ingresar en concurso de acreedores sin balance aprobado por la asamblea, la empresa oriunda de Avellaneda, Santa Fe, logró tener en vilo al país entregando su balance (aún no aprobado) nueve meses después de iniciado el trámite judicial. Total normalidad.
Un pasito pá’ tras
La Junta Interna de ATE Indec informó que el salario mínimo debería ser de $72.707,40. Pero una importante masa de estatales provinciales, muchos de ellos y ellas esenciales, cobra la mitad de esa suma. Y las conducciones provinciales de los sindicatos (con excepción de SIPRUS) avalaron el pago de sumas en negro, no remunerativas ni bonificables y con una incertidumbre profunda sobre otro sector vulnerabilizado: el de las y los jubilados. Ellos y ellas recibieron un bono incluso menor al del personal en actividad (2400 pesos).
“Estamos viviendo una profunda crisis: social, económica y política en nuestra Provincia, que se va acelerando con la pandemia. Salarios por debajo de la línea de pobreza, despidos, suspensiones, a lo que debemos sumar los incendios en las islas que están destrozando el medio ambiente; y la violencia en sus diversas formas. El Gobernador Perotti mantiene su agenda a favor de los empresarios y firma a la baja y en negro paritarias con la complicidad de las cúpulas sindicales. A esto hay que sumar las magras propuestas a las y los municipales y el retraso en los sueldos de los choferes de colectivo todos los meses. Estamos con un sistema de salud colapsado con cifras y dinámicas preocupantes”, enumeró la Secretaria de Organización de la Central y dirigente de ATE Rosario, Lorena Almirón.
“La provincia de Santa Fe tiene las asignaciones familiares más bajas del país, congeladas hace años con montos irrisorios, pese al nivel inflacionario. No se está mirando con atención a los trabajadores provinciales”, advirtió la Secretaria Adjunta de la CTAA Rosario, María Fernanda Boriotti. Sólo para dar una muestra, dichas asignaciones tienen los siguientes montos: $260 por hijo e hija (la Anses da en ese concepto $3.540 a quienes cobran hasta $54.865 pesos); $170 de ayuda escolar anual; $3 al mes por hije en edad escolar, que alcanza para un caramelo de menta. Sí, tres pesos.
A nivel regional, analizó que “ni (el Intendente Pablo) Javkin ni (el Gobernador Omar) Perotti están gestionando, no hay políticas de cuidados para los sectores más vulnerables”. Pese a lo complejo de la pandemia, la sensación general es que el supuesto ‘tiempo ganado’ para fortalecer el sistema sanitario en la provincia, cayó en saco roto. Una de las muchas razones es que se pensó en infraestructura, pero no en fortalecer lo existente y garantizar condiciones seguras, salubres y justas desde lo remunerativo para el personal que debe hacer útil los nuevos efectores. Por el contrario, las deudas, el monotributismo y las paritarias de miseria, son parte de la inaceptable mecánica de sostenimiento del sistema.
En otro orden, pero en sintonía, el sistema impositivo argentino es profundamente regresivo: el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y los aportes provinciales (con gran participación de Ingresos Brutos, que paga el kiosquero o un cuentapropista, pero no una multinacional como Cargill) tienen importante peso en la masa total. Y, en un sector que gana siempre como el bancario, rige la Ley de Entidades Financieras de la última dictadura genocida que, no obstante, fue ‘legitimada’ por numerosas modificaciones en democracia.
“El gobierno nacional ha cedido ante los reclamos de sectores con claro perfil golpista (en referencia a la revuelta policial). No hay políticas que realmente hayan tocado los intereses de los poderosos, falta más solidez en el planteo ante la deuda que sigue siendo ilegal ilegitima y fraudulenta, y en un avance del impuesto a las grandes fortunas de cara a una reforma impositiva más integral”, dijo Terés.
Con las calles vedadas, las mecánicas de protestas alteradas y la ‘nueva normalidad’ azotando derechos, vale preguntarse por dónde pasan los nodos centrales de acción de las organizaciones sindicales.
“Los desafíos del movimiento obrero son la defensa de la vida, el cuidado y defensa de la salud pública, la defensa del trabajo y del salario como garantizador de otros derechos. Hay que empujar la lucha de los sectores más vulnerables que pelean por tierra, vivienda, alimento, etcétera. Acá es necesario rediscutir la necesidad de una banca nacional, el control del comercio exterior, una nueva ley de entidades financieras. Ante la emergencia de la crisis mundial deben aplicarse políticas de protección a los sectores más vulnerables. Pero eso, debe ser ya”, concluyó Terés.
*Sofía Alberti, Secretaria de Comunicación de la CTAA Rosario
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