El incendio que se desató días atrás en la zona del Barrio el Mirador, cercano al cruce de la Ruta Nac. 40 y la Ruta 6 que une este sector rionegrino con la localidad de El Maitén (Chubut), en pocos días devoró más de 8 mil has de bosque nativo e implantado. También arrasó con los sectores de pastoreos de animales, generó pérdidas materiales difíciles de reparar y puso en peligro las viviendas de cientos de pobladores mapuche y campesinos.
Por Mirta Ñancunao, Comunidad Mapuche Las Huaytekas.
Las plantaciones de pinos, su desmanejo y las altas temperaturas en la zona fueron los factores que favorecieron este incendio que avanzó hacia la cuesta del Ternero y hacia la Comunidad Mapuche Nahuelpan.
En relación a las plantaciones de pinos en el noroeste patagónico cientos de comunidades y pobladores mapuche a través de distintos medios vienen denunciando desde hace 50 años la afectación de sus territorios con estas especies exóticas. De hecho en el Parlamento por el agua y el Río Chubut realizado en El Maitén (del 31 de enero al 2 de febrero de 2020) las comunidades y organizaciones mapuche volvieron a considerar a las plantaciones de pinos como uno de los principales factores de futuras catástrofes de incendios y de disminución de las fuentes hídricas.
Al respecto, Lino Pizzolón asegura que “las plantaciones de pinos, las sequías y el aumento de las temperaturas medias se conjugan para producir incendios más frecuentes y devastadores”. Agrega también que la documentación científica relacionada con este tema abunda y… ¡las catástrofes reales también! En el mismo sentido, Tomás Veblen y col. (2011) afirman que los incendios forestales en la Patagonia aumentarán sustancialmente durante la primera mitad del siglo XXI. Y precisan a modo de hipótesis (autocumplida), que la continua plantación de árboles no nativos inflamables aumentarán el alcance o la gravedad de los incendios extremos. Por su parte, Juan Paritsis y col. (2018) entre otros, reafirman que la expansión de las plantaciones y el calentamiento del clima se refuerzan mutuamente y advierten que el aumento de los incendios garantiza un futuro altamente vulnerable a corto plazo en el noroeste de la Patagonia. Esto teniendo en cuenta que el fuego se propaga 30 veces más rápido en las plantaciones de pinos que en las especies nativas (…) continuar con el programa de plantaciones masivas, sumado al desmanejo y la propagación invasiva de muchas de las ya existentes, equivale a preparar escenarios para las próximas catástrofes.
Los pinos reemplazan al bosque nativo, en un proceso prácticamente irreversible, dicen Paritsis y colaboradores (2018), por la magnitud con que se reproducen, por la velocidad con la que crecen y por el rebrote luego de incendios forestales (…) la recuperación de áreas invadidas por pinos es extremadamente costosa, es irresponsable continuar promoviendo las plantaciones, incluso fuera del bosque, en la zona intermedia hacia la estepa (…). El modelo forestal en curso debe ser replanteado de raíz, comenzando por la derogación de la ley nacional 25.080 de promoción de los “bosques” implantados (en realidad monocultivos) y el inmediato cese de los subsidios para plantaciones. También debe replantearse una profunda revisión de la ley de bosques nativos (26.331), dado a que la misma deja vía libre para cortar nativas y reemplazarlas por pinos. Las plantaciones que sean realmente necesarias deben estar precedidas por consulta previa e informada a la población indígena, según lo establecido en el (Convenio 169 OIT). La política forestal debe estar integrada dentro de una política territorial más vasta, que antes que nada cese de expulsar gente de la tierra y de apiñarla en centros urbanos, y que por el contrario, estimule la vuelta al campo y deje de perseguir y criminalizar comunidades que recuperan sus territorios ancestrales.
Volviendo al incendio que hoy amenaza al Paraje Cuesta del Ternero y a la Comunidad Nahuelpan considero importante lo dicho por Newen Loncoman, consejero del CODECI en una nota que mantuvo con Radio Nacional El Bolsón. Entre otras cosas, Loncoman hizo hincapié sobre el incumplimiento del Gobierno de Río Negro acerca de la fiscalización sobre el mantenimiento de las plantaciones de pinos en la zona afectada por el fuego, en particular las plantaciones pertenecientes a la EMPRESA FORESTAL RIONEGRINA (EMFORSA).
Aparentemente el consejero no está al tanto de que EMFORSA es Juez y parte del sistema de fiscalización provincial. El actual presidente de EMFORSA, Fernando Arbat, es a la vez el jefe de la subsecretaria de recursos forestales de la provincia y está a cargo del Servicio Forestal Andino. Es imposible que se fiscalice a sí mismo. Así funcionan las cosas en la provincia.
Por otro lado, cabe señalar que la Legisladora Adriana del Agua es la autora del proyecto del Ley que promueve el avance de nuevas plantaciones de pinos en la Zona Andina. En los fundamentos de dicho proyecto, Del Agua sostiene que el mismo “amplia las expectativas de alentar el desarrollo de la actividad, estimulando la producción de parcelas ociosas por un lado, y la diversificación de la producción en otras”. Cabe aclarar que este proyecto de Ley fue aprobado por la legislatura de RN en primera vuelta el pasado mes de noviembre de 2020.
El oscuro panorama de las políticas forestales en Río Negro anticipa el aumento de futuros incendios. Dado a que el desmanejo y abandono de las plantaciones de pinos está presente también en los parajes Los Repollos, El Foyel y Mallín Ahogado.