La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) presentó un escrito ante las diputadas y diputados de la Nación, con motivo de las recientes expresiones vertidas por el diputado Fernando Iglesias del bloque Juntos por el Cambio, que constituyeron un claro mensaje de agresión y violencia de género que encuadra en la legislación vigente, en particular la Ley 26.485, que procuran prevenir, sancionar y erradicar la violencia que sufren las mujeres. Las declaraciones de Iglesias fueron referidas a personas integrantes de la comunidad actoral, que visitaron al Presidente de la Nación, en la Residencia Presidencial de Olivos, para formularle peticiones y presentar reclamos del sector que componen.
Desde la APDH consideramos que las declaraciones de odio generan la reproducción de estereotipos machistas y misóginos, acentuando la violencia simbólica, la misma que provoca el incremento de otras múltiples violencias, naturalizando la discriminación hacia las mujeres y son parte de la base ideológica que culmina, como expresión más brutal, en los femicidios, cuyas cifras alarman y nos siguen enlutando.
La violencia mediática crece a un ritmo vertiginoso y es parte del poderoso mecanismo de reproducción de las múltiples formas de violencia que padece la sociedad, y al visibilizarse a través de pantallas y redes digitales, se amplifica en escala y se acelera su difusión, lo que impacta directamente en el aumento de los índices de violencia de género cuya expresión más brutal son los femicidios.
Entre el 1 de enero y el 31 de julio del presente año, según los datos presentados por la Asociación Civil Casa del Encuentro, se produjeron 155 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niños – entendiendo los vinculados como los asesinatos de quienes intentaron impedir el crimen, hijos e hijas u otros parientes o vecinos presentes en el lugar – y 9 transfemicidios, y como consecuencia de dichos crímenes, 175 hijos e hijas quedaron sin sus madres.
Desde la APDH hacemos un llamado a la cordura y a erradicar del lenguaje las palabras ofensivas, cargadas de odio y de discriminación, fundamentalmente dirigidas hacia las mujeres y las disidencias, y encontramos inadmisible la actitud que abierta e impunemente expone el diputado Fernando Iglesias, desde una abusiva e irritante comodidad, sustentada en sus fueros, cuando claramente se lo puede visualizar ostentando una posición dominante de poder, injurioso y denigratorio, actitudes que van en total detrimento de quien asumió la calidad de funcionario público y Diputado de la nación. También solicitamos a la Honorable Cámara de Diputados que se tomen las medidas legales y reglamentarias necesarias para que estas prácticas no queden impunes.