Cuando la ola de frío ha terminado, y las tarifas eléctricas mayoristas parecen suavizarse, llega el verdadero temor para muchos hogares: es el momento de pagar la factura de la luz de enero. Y eso repercutirá en los presupuestos familiares de algo menos de la mitad de los españoles, es decir, los hogares del PVPC, o mercado regulado, donde las tarifas fluctúan cada hora según las subastas mayoristas.
“La única forma de reducir la factura energética es minimizar el consumo”, dice Domingo Villero, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales (Caciti) o idae.es: Dado que los impuestos y peajes suponen alrededor del 67% de la tarifa eléctrica, el consumidor tiene capacidad para actuar con sus decisiones.
Consideremos el siguiente escenario: una vivienda de 50 metros cuadrados tiene 12 luminarias, cada una con una bombilla convencional de 60 vatios. Si el kW por hora del usuario vale 0,12 euros. Según los cálculos de Caciti, si todas las bombillas están encendidas durante 8 horas al día, el coste mensual para esta familia sería de 20,74 euros. Si todas fueran LED, el coste mensual se reduciría a 2,42 euros, ya que la electricidad necesaria para proporcionar la misma cantidad de luz que una bombilla estándar es de sólo 7 W. ¿Cuál es el resultado final? Una reducción de costes del 90%.
Las bombillas LED también ahorran dinero en mantenimiento porque duran nueve años de media, frente a los 1,4 años de las bombillas incandescentes. Así, en una casa de 50 metros cuadrados, las bombillas LED costarían 144 euros cada nueve años, mientras que las tradicionales costarían 225; en una casa de 80 metros cuadrados con 17 puntos de luz, el mantenimiento costaría 204 euros en el primer caso y 319 en el segundo; en un apartamento de 120 metros cuadrados con 22 puntos de luz, las bombillas LED costarían 264 euros, mientras que las tradicionales costarían 413 euros cada nueve años.
Si se suma el ahorro en consumo y mantenimiento y se restan los costes de la inversión en LED (ver gráfico), elegir esta opción supone un ahorro de 228 euros al año en un piso de 50 metros cuadrados, de 324 euros en uno de 80 metros cuadrados y de 419 euros en una casa de 120 metros cuadrados. Dicho de otro modo, como señala Caciti, las bombillas LED se amortizan en poco más de siete meses y medio.
Disponer de todas las luces de tipo tradicional en el mismo mes de enero de 2017 supone costar 58 euros más que si la opción elegida fuera utilizar solo LEDs (esta diferencia, en enero de 2016, era de 40 euros). Este contraste es especialmente ilustrativo, aunque Selectra advierte que no es realmente típico, ya que las bombillas incandescentes son cada vez más escasas desde que se paralizó su venta en 2012. (la prohibición total de la distribución de iluminación halógena está prevista para el próximo año).
Según datos de Red Eléctrica de España recogidos por el comparador de tarifas iComo, mantener estas 23 bombillas encendidas durante 8 horas al día habría costado el mes pasado 44 céntimos de euro más al día de lo que hubiera costado hace 12 meses (incluyendo el impuesto sobre la electricidad y el IVA). En cambio, si todas hubieran sido de LED, el aumento de precio habría sido de sólo 7 céntimos, con lo que se habría ahorrado más del 80%. Así, a pesar del crecimiento exponencial de los precios de la energía, un hogar típico español que utilice exclusivamente luces LED apenas notaría un cambio en la factura de enero de 2017, que sería solo aproximadamente 2 euros más cara que en enero de 2016.