Cuando los cuentos prefiguran otras realidades posibles

Hace muchos años que el movimiento feminista viene rompiendo barreras y exigiendo igualdad de derechos. En muchos ámbitos se han logrado enormes avances y en otros aún queda mucho por recorrer. Uno de esos probablemente sea la división de tareas domésticas, por eso esta historia escrita por Magela Demarco nos invita a imaginar un mundo donde los varones también se ponen el delantal.

El libro “Un papá con delantal” fue elegido para representar a la Argentina en el stand de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt 2022 (Alemania), y su escritora, Magela Demarco, nos cuenta su historia y la de su libro.

Ella es periodista y escritora y lleva publicados varios libros en Argentina, España, Colombia y Perú. “Un papá con delantal” está editado en España de la mano de la editorial Bellaterra -y ya va por la segunda reedición-, en Perú y en Colombia, y hace muy poquito también en Argentina, a través de Bianca Ediciones. La historia gira alrededor de la igualdad de género, más específicamente, la igualdad en la distribución de las tareas domésticas entre varones y mujeres.

La contratapa del libro nos cuenta que “En casa, en lugar de una señora que nos ayuda con los quehaceres del hogar, tenemos un hombre que usa delantal. Se llama Amador, lo contrató mamá y sabe hacer de todo. Pasa el trapo rapidísimo, como si bailara, limpia los muebles y deja los azulejos brillantes. Compra comida ecológica y a buen precio, lava y plancha como nadie, y conoce un montón de trucos. Desde que llegó ha revolucionado toda la casa… y también a los que vivimos en ella. Sobre todo a papá y a Santi, mi hermano. ‘Amador, sos mi ídolo, vos sí que llevás el delantal bien puesto’, le digo yo. Mamá le dice: ‘¿Por qué no te conocí antes?’. Y papá y Santi, ¿qué dicen?”

En una entrevista para RedEco, le preguntamos qué motivó la escritura, y nos contó que: “Siempre que escribo lo hago desde las cosas que me movilizan, me resuenan, me enojan, me angustian, cosas que no logro comprender, que me parecen injustas, estados de situaciones que intento modificar y sobre mis experiencias personales… En el caso de “Un papá con delantal” tiene que ver con mis propias vivencias. Ver que los hombres que estaban a mi alrededor no se ocupaban en lo más mínimo de las tareas del hogar, ver que siempre éramos las mujeres. Una de las tantas razones por las que me separé de alguna pareja fue esa”. 

La responsabilidad de las tareas establecidas a la mujer no concluía en aquellas propias o internas al hogar. Magela amplia esta asignación de tareas dadas a la mujer/madre más allá de las paredes del hogar: “Pero esto lo podemos hacer extensivo a la gran mayoría de actividades y quehaceres que siempre quedan a cargo nuestro. Las viejas y mal llamadas “reuniones de padres del colegio” –que por suerte ahora se llaman “de madres y padres”– las que íbamos éramos las madres. Así que, en todo caso, deberían haberse llamado desde el comienzo “reunión de madres” para ser fieles a la verdad. En los chats del colegio las que están son las madres, comprando las cosas que pidieron en la escuela para el otro día: las madres; preparándoles las viandas para el cole: las madres; dejándoles la ropa lista para el otro día: las madres; limpiando la casa: las madres. Así puedo seguir hasta llenar varias hojas. ¿Hay hombres que hacen esas cosas?” Claro, pero no son la generalidad sino más bien casos puntuales. Y no es justo y no tiene por qué ser así. Esto nos sobrecarga a las mujeres y nos agota. Y esto es algo cultural, por la sociedad androcéntrica y patriarcal en la que fuimos criadas y criados y criades. Y que se va modificando, pero muy lentamente. Y este libro, desde el humor, intenta alumbrar con nuevas miradas estas cuestiones. “Empezar a mostrar es empezar a poder ver”. No es mía la frase, está en el libro Cómo criar hij@s no machistas, pero me gusta mucho, porque creo que es un paso hacia adelante, para poder comenzar a concientizar las cosas que estuvieron y siguen estando naturalizadas y que, sin embargo, no tienen nada de natural ni de equitativo”. 

Asimismo, la escritora subraya que esta división cultural sobre aquello que era obligación de las mujeres/madres, impidió, a su vez, que el hombre/padre desarrollará un vínculo mas afectivo con su hijo o hija. Asi lo explica Magela: “Porque además creo que, el patriarcado que tanto dañó y daña a las mujeres tampoco benefició a los hombres. ¿Por qué los hijos y las hijas suelen tenerle más confianza a la mamá que al papá? ¿Por qué es siempre o casi siempre a las mamás a las que acuden para contarles lo que les pasa o algo que les preocupa? Probablemente, porque la mamá comparte mucho más tiempo con elles, porque está más presente en su cotidianeidad, en sus actividades. Tal vez, si los papás ocuparan esos espacios que son tan lindos de ocupar, como, por ejemplo, hacer dormir a tu hija o a tu hijo mientras les leés un cuento, no se darían estas diferencias de confianza. Y ni hablar de esas cuestiones culturales patriarcales en donde no se les permitió a los hombres expresar su vulnerabilidad, su tristeza, poder llorar. Las mujeres podemos expresar nuestra sensibilidad con mucha mayor facilidad. En otros aspectos, como el económico y la ocupación de puestos de poder, en cambio, sí fueron beneficiados.”

Además, le preguntamos sobre el proceso de escritura, que siempre es delicado pero más aún en temas que remueven tantas sensibilidades en la cultura contemporánea. Nos contó que lo escribió hace varios años. “Lo que hice en la última edición fue incorporar pequeños cambios. Tanto el texto como la guía de actividades, a la que se puede acceder enfocando con el celular el código QR que está en la contratapa, fueron supervisados por la licenciada en Educación Ivana Rugini, siendo así una muy buena herramienta para trabajar en los talleres de ESI que dan en los colegios. Igualmente, considero que los contenidos de Educación Sexual Integral se deben dar de forma transversal en todas las materias todo el año (Y para las madres y padres que están en contra de la ESI porque fantasean que en esas clases se habla de “sexo”, acá van los cinco ejes de la ESI: Reconocer la perspectiva de género, Respetar la diversidad, Valorar la afectividad, Ejercer nuestros derechos y Cuidar el cuerpo y la salud. Así en lugar de hablar a través de prejuicios y fantasías empiezan a manejar información real y concreta)

Todas las ilustraciones las fue definiendo Andrea Bianco salvo en el personaje de Amador, que me pasó varios bocetos del personaje y yo terminé eligiendo el que finalmente quedó.”

Al preguntarle sobre la reacción de los lectores y lectoras al conocer la historia, nos contó que “Es un cuento que dispara muchas preguntas, muchas reflexiones e invita a repensar muchas situaciones. Cuando voy a dar los talleres a los colegios les suelo preguntar a l@s chic@s: en sus casas, ¿quién hace las compras? ¿Quién lava los platos? ¿Quién cambia las bombitas de luz? ¿Quién saca a hacer sus necesidades al perro? ¿Quién friega los pisos? ¿Quién cuelga los cuadros? ¿Quién lava la ropa?, etc., etc. Y, en general, las respuestas son obvias, en su mayoría las hacen las mujeres. A partir de eso hablamos sobre igualdad, sobre profesiones, oficios y hasta colores, que los colores no tienen dueño.”

Al ser seleccionado para participar de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, tanto escritores como editores y editoras tienen muchas expectativas. Además, estas historias abren una puerta a nuevos relatos para que las infancias puedan representarse el mundo desde otra forma de reconocimiento de los roles materno y paterno y las actividades del hogar y movilizan, paralelamente, el universo tan cristalizado de las y los adultos. Como resume la frase que cita durante la entrevista la escritora: Empezar a mostrar es empezar a poder ver. 


Fuente: https://redeco.com.ar/nacional/infancia/36826

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