¿De qué hablamos cuando hablamos de Justicia? ¿Qué es en verdad? ¿Qué hace el Poder Judicial? ¿Hace lo que dice? ¿Hace lo que debe hacer? ¿De qué hablamos cuando hablamos de respetar leyes? ¿Hay abuso de autoridad? ¿Quién define eso? ¿El propio poder se auto-regula? ¿Falsa bandera? Suena raro. Todo suena con ruido.
Pareciera que si todo es relativo, un relato, una percepción, un análisis, esto tiene perfume a amedrentamiento, a persecución, a violencia, a acusaciones infundadas, a tratar de instalar el miedo, a cansar, a mortificar. En definitiva, atacar y destruir. Imponer. Un Estado perseguidor y violento. Nada nuevo desde que esta nación es lo que es.
Este domingo pasó esto en Paicil Antriao, Villa La Angostura. Casi un modus operandi. Un manual de procedimientos. Resulta que alguien va -no se sabe quién-, hace “algo” -lo que sea-, y la culpa y el apunto es siempre el mismo: el pueblo nación mapuche. Cansa ya. Se nota mucho.
Hace unos días hubo incendios en máquinas de Vialidad Nacional. Y a la “justicia” no se le ocurrió otra cosa que ir a allanar una lof. Eligieron -literalmente- ir a cualquier ruka, buscando “elementos incendiarios” (léase un encendedor, por ejemplo, o tal vez dos ramitas friccionándose), armas (cualquier cosa puede serlo) y un supuesto vehículo que tienen identificado.
Entonces, ¿Qué hace la policía enviada por la “Justicia”? Se llevan bidones de nafta, usados generalmente -por ejemplo- para motosierras (más que común en medio del bosque y la montaña, donde no hay otra forma de calentar comida y almas que con leña). Eso. TOTAL NORMALIDAD, ¿no?
¿Por qué hacen esto? ¿Por qué se arman causas? ¿Por qué buscan militarizar la zona? ¿Por qué buscan y revuelven hasta encontrar “motivos”?
Empecemos otra vez: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Justicia? ¿Qué es en verdad? ¿Qué hace el Poder Judicial? ¿Hace lo que dice? ¿Hace lo que debe hacer?