La ciudad tiene la tasa de homicidios más alta del país. El 2022 terminó con 287 asesinatos, superando la marca de 2013, y en lo que va del 2023 se registraron 51 hechos de estas características. La muerte es una noticia recurrente y la preocupación de los ciudadanos y las autoridades ya es noticia nacional.
Escuchar el reporte desde Aire Libre de Rosario, Santa Fe.
Rosario atraviesa uno de los momentos más álgidos de su historia debido a la cantidad de balaceras y asesinatos. El último hecho conocido fue el ataque al supermercado de la familia de Antonella Rocuzzo – que un mensaje escrito para Lionel Messi -, pero más allá de la trascendencia que tuvo el hecho por tratarse de personas conocidas o famosas, no es una situación distinta a la que se vive cotidianamente.
La ciudad tiene la tasa de homicidios más alta del país. El 2022 terminó con 287 asesinatos, superando la marca de 2013, y en lo que va del 2023 se registraron 51 hechos de estas características. La muerte es una noticia recurrente y la preocupación de los ciudadanos y las autoridades ya es noticia nacional.
Ayer, el intendente Pablo Javkin dijo que el ataque al supermercado de los Rocuzzo debería “servir para que sea un punto límite”.
“¿Cuál va a ser la reacción frente a esto? Dejarla pasar como un punto más? Basta. No dejemos que ensucien a Rosario así, con tanta facilidad”, expresó en rueda de prensa una vez que se acercó hasta el local ubicado en la calle Lavalle al 2500.
Aire Libre, medio de comunicación de la ciudad integrante del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), habló con dos curas que conocen los barrios populares para saber qué piensan sobre la actualidad de la ciudad.
¿Se vive con miedo en Rosario?
“Puede ser que esté el miedo metido”, se adelantó el padre Claudio Castricone, de la Pastoral de Barrios Populares de Rosario. Aunque resalto que “la gente volvió a ocupar la vereda, capaz que por los calores de estos días, pero me alegra porque perder la vereda es realmente algo muy triste”.
También mostró su preocupación “porque gente ha muerto estando en la vereda sin comerla ni beberla, pero hoy se animan a la vereda”.
Por su parte, el padre Fabián Belay, de la Pastoral Social de Droga Dependencia del Arzobispado de Rosario, opinó para el narcotráfico “la pata más fuerte no está en los barrios, ahí está el descarte que son los niños, niñas, adolescentes o jóvenes”.
“Los chicos pobres que terminan siendo el eslabón más frágil que tienen para la venta, el narcomenudeo, para las balaceras y es el material descartable. Terminan siendo esclavos, no es que son soldaditos de un sistema, son los esclavos de un sistema que vive a costa de ellos”, continuó.
Para el sacerdote, la violencia “es un problema que se metió en nuestra estructura y nuestra vida como sociedad porque hay un sector de la sociedad que saca rentas de esto. Evidentemente hay un sector de la política que favorece esto y hay un sector de la fuerza de seguridad que también”.
“Lo que está pasando en Rosario no se da por algo espontáneo y desorganizado. Lamentablemente, los jóvenes de las villas de Rosario son los que terminan presos, en hospitales o en las cárceles”, concluyó.