Cuando el 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón “descubrió” América, el territorio estaba habitado por pueblos indígenas que fueron sometidos a un brutal y sangriento proceso de conquista que se cobró la vida de más de 80 millones de nativos, el mayor genocidio en la humanidad.
Desde el año 1917, por decreto del entonces Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, cada 12 de octubre se ha conmemorado bajo el nombre de “Día de la Raza”.
En el año 2007, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó un proyecto de decreto por el que se proponía cambiar la denominación de esa fecha por “Día de la Diversidad Cultural Americana”. Finalmente, mediante el Decreto presidencial N° 1584/2010, emitido por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, adquirió su actual apelativo: “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”.
Sin embargo, los pueblos originarios no aceptan que se “festeje” el “Día del Respeto a la Diversidad Cultural” porque consideran que los genocidios no se festejan, a la vez que la Constitución Nacional, leyes nacionales y convenios internacionales que protegen sus derechos continuan sin dar respuestas a sus antiguos reclamos. Esta desprotección no hace más que profundizar la exclusión social que padecen.
La lucha de los pueblos originarios es diaria y hasta la actualidad, sin un horizonte que ilumine una esperanza de cambios sociales estructurales que los beneficien.