Especialistas que accedieron al plan de inteligencia que elaboró el gobierno de Javier Milei de 170 páginas confirmaron que en su texto habilita el espionaje interno, prohibido por la ley de inteligencia N° 25.520. La novedad prende las alarmas en el mundo sindical que ya fue víctima de estas prácticas durante el macrismo, con denuncias que terminaron en la Justicia, como fue el caso de la llamada “Gestapo antisindical”.
La reciente aprobación de un plan de inteligencia por parte del gobierno de Javier Milei generó una fuerte controversia, al permitir que la Secretaría de Inteligencia (SIDE) realice tareas de “inteligencia interna”, algo prohibido por la Ley de Inteligencia. El portal La Política Online afirmó que según especialistas que accedieron al documento de 170 páginas, el plan, elaborado por el jefe de la SIDE, Sergio Neiffert, “habilita a la SIDE a caminar a cualquier ciudadano” bajo la excusa de “anticiparse a hechos o circunstancias que condicionen la relación con Estados Unidos e Israel o erosionen el frente financiero, las políticas económicas o las empresas”.
Entre las preocupaciones más destacadas, el plan permitiría investigar entonces también a sindicalistas y otros actores de la sociedad que puedan ser considerados una amenaza para el gobierno, como ya se denunció durante el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, en las causas por espionaje ilegal y en la llamada “Gestapo antisindical”.
La ambigüedad en la redacción del documento es alarmante, ya que establece la necesidad de detectar “situaciones, actores o circunstancias” que afecten “el relacionamiento estratégico” con países aliados. Esto, según los expertos, deja la puerta abierta para considerar como amenaza cualquier manifestación o crítica pública, permitiendo que la SIDE actúe sobre “cualquier manifestación en las calles o en las redes”.
El documento incluye además apartados que parecen reflejar intereses personales y una falta de seriedad en el armado del documento. Un especialista que accedió al plan señaló que aparecen términos como “ultraespacio”, un concepto inexistente en la jerga de inteligencia que parece inspirado en la serie animada Pokémon, donde el “ultraespacio” es “un universo alterno y el lugar de donde proceden los ultraentes”. “Nos gobierna un grupo de otakus”, ironizó la fuente, en referencia a la influencia de la cultura japonesa en algunos miembros del entorno libertario.
El plan va más allá del control social, ya que menciona el monitoreo de “actores estratégicos, hechos o circunstancias” que puedan erosionar la confianza en las políticas económicas o el sistema financiero de la nación, lo que incluye críticas públicas o posteos en redes sociales. La ley de inteligencia vigente prohíbe expresamente este tipo de inteligencia sobre personas “por su raza, fe religiosa, acciones privadas u opinión política”, pero el documento parece desconocer tales limitaciones.