Rafael Bautista: El horizonte de un mundo otro tiene que ser la comunidad

Filósofo Rafael Bautista en Venezuela: El horizonte de un mundo otro tiene que ser la comunidad

Por José Tomedes Gutiérrez,
Prensa Mincomunas/ Resumen Latinoamericano,
22 de enero de 2025“La comunidad no es algo que se sabe, es algo que se vive”. Así lo declaró el filósofo descolonial boliviano Rafael Bautista, durante el conversatorio “La forma comunidad como estructura de la vida”, actividad que se realizó en el Ministerio de las Comunas y los Movimientos Sociales.

Para Rafael Bautista, la comunidad no puede ser comprendida a través de libros y teorías, sino que debe ser vivida y experimentada. Dijo que los conceptos teóricos existentes no definen la esencia de la comunidad, ya que la razón solo puede poner en conceptos aquello que ha sido vivido.

“La comunidad no es algo que se entiende: es algo que se vive. Es una experiencia, una vivencia. Sin esa experiencia, cualquier concepto o definición carece de valor y relevancia, porque no ha interactuado con los tres cerebros (el corazón, el cerebro y el colón) que poseemos, según la biohermenéutica”, explicó.

En tal sentido, el pensador boliviano criticó la división mente-cuerpo establecida por René Descartes, argumentando que esta separación ha conducido a una educación que se enfoca únicamente en la inteligencia racional, olvidando el papel del corazón y el cuerpo en el proceso de aprendizaje y construcción de la comunidad.

“La modernidad nunca ha superado el dualismo antropológico en el que solo se valora la mente. ¿Cómo se traduce esto en un fenómeno pedagógico? Todos los sistemas y teorías educativas se enfocan únicamente en promover la inteligencia, atendiendo solo a esta relación. Por eso, la educación, en muchos casos, resulta aburrida; no aborda la vida ni las experiencias, solo transmite información que tal vez que no se necesita ni interesa. ¿Por qué? Porque está divorciada de la propia vida y existencia”, aseguró.

La comunidad versus la sociedad

Bautista abordó la diferencia fundamental entre comunidad y sociedad, cuestionando la idea establecida de que la forma sociedad es inherentemente superior a la forma comunidad. Destacó el ejemplo del “ayllu” en la cultura aymara de Bolivia como un concepto de comunidad que ha despertado interés.

“La antropología moderna nos ha inculcado la creencia de que los pueblos indígenas son salvajes, viviendo en la naturaleza con sus taparrabos, formando comunidades y, por ello, considerados atrasados; mientras que el hombre civilizado vive en sociedad”, afirmó.

Sin embargo, el maestro descolonial describió que las sociedades postindustriales, como las europeas y norteamericanas, están demostrando un grado alarmante de “salvajismo”, a través de fenómenos como la mirada extractivista de la madre tierra, el consumo desmedido de fentanilo y el aislamiento social.

“Si observamos detenidamente adónde conduce la forma de vida moderna que han adoptado los países ricos, encontramos una contradicción. Por ejemplo, Japón, que no es ni Europa ni Estados Unidos, es una sociedad envejecida. Los jóvenes no solo ya no quieren tener hijos, sino que también evitan las relaciones intersubjetivas, optando por el solipsismo. Esto quiere decir que ya no saben relacionarse con otros seres humanos. Incluso en el ámbito sentimental, prefieren la compañía de una muñeca inflable que la de una persona”, evidenció.

Para Rafael Bautista, estos ejemplos demuestran una clara contradicción en la narrativa que sostiene la superioridad de las formas de vida modernas. Además, el tipo de sociedad moderna conduce a la inutilidad, provocada por el abuso de las tecnologías actuales.

Volver a la madre tierra

El escritor boliviano resaltó la necesidad de reconectar con la vida y con la madre tierra como las formas más sensatas —y no como apuestas románticas— para enfrentar los desafíos actuales. Insistió en que las nociones tradicionales nos han hecho creer que la vida en sociedad es superior a la vida en comunidad, citando al Leviatán de Hobbes y el concepto de que “el hombre es lobo del hombre” como la base de la vida en sociedad desde el siglo XVII.

“El concepto de sociedad que proviene del latín societas no existía antes del siglo XVII; es decir: no tiene una larga historia. Nunca antes se referían al conglomerado humano político con el nombre de sociedad. Solo a partir del siglo XVII se comienza a hablar de sociedad para definir la forma de vida en las ciudades, cuyo paradigma es ‘el hombre es un lobo para el hombre’, que luego se seculariza en la competencia”, señaló.

Rafael Bautista argumentó que la sociedad, en su configuración moderna, ha dado lugar a individuos atomizados que velan solo por sus intereses personales, sin preocuparse por el bien común. Este tipo de subjetividad, según el filósofo, hace imposible la construcción de un mundo mejor y desaparece las relaciones de solidaridad, reciprocidad y complementariedad que caracterizan a la comunidad.

La ilusión de las “ciudades inteligentes”

Durante el conversatorio, el filósofo descolonial también criticó el concepto “ciudades inteligentes”, alegando que deberíamos centrarnos en promover “ciudades ecológicas”, en lugar de soluciones tecnológicas que no abordan los problemas fundamentales de la vida.

Señaló que la tecnología no puede resolver problemas como la inseguridad urbana o el colapso de un sistema sanitario, que requieren mejores condiciones de vida.

“¿Cuál es el propósito del concepto de ciudades inteligentes? ¿Cómo se relaciona con la Agenda 2025 de las Naciones Unidas? ¿Qué conexión tiene con la Agenda Verde? Todo este conjunto de iniciativas, financiado por grandes fundaciones como la Open Society de George Soros, tiene un interés específico. ¿Cuál es ese interés? Buscan vaciar el campo de campesinos para ofrecer esas tierras, de manera especulativa, a la agroindustria y al capital inmobiliario”, expuso.

Manifestó que los incendios en California, Australia y Hawái reflejan esta lucha por el dominio de tierras para nuevos tipos de ciudad.

“Esos incendios que se están viendo hoy en California, que primero ocurrieron en Australia y después en Hawái, tienen el mismo componente. Se trata de la lucha de capitales inmobiliarios por la posibilidad de generar este nuevo tipo de ciudades. Esto, por ejemplo, es parte del justificativo de las guerras que están ocurriendo en varias partes del mundo. Una muestra, el genocidio que están produciendo en Gaza, que ahora pretenden resolver entregándolo a agencias inmobiliarias norteamericanas para que hagan de ese territorio una ‘ciudad de ensueño’, dicen. Después de haber matado a tanta gente, pretenden generar este nuevo tipo de ciudades para los ricos sobre sus cadáveres. Así es como nace la sociedad”, alegó.

La comunidad y antropología del ser humano

Bautista explicó que la estructura antropológica del ser humano es una estructura ética, en la que el bien común es un componente fundamental, que ha sido dejado de lado por toda la filosofía europea, y norteamericana; y que, sin embargo, es lo que nos define como “humanidad”.

Según Bautista, cuando una persona hace daño a otra, siente remordimiento, mientras que haciendo el bien, siente alegría y paz. “Esto indica que hay una estructura ética que envuelve al ser humano y está basada en la reciprocidad, complementariedad, solidaridad y generosidad”, subrayó.

El maestro descolonial enfatizó que, contrariamente a la creencia popular, la verdadera pobreza no es la falta de posesiones materiales, sino la falta de relaciones comunitarias.

“¿Quiénes son los pobres? ¿Los pobres que en su pobreza pueden tener relaciones comunitarias o los ricos cuyas relaciones son exclusivamente de interés? Los ricos creen que con su dinero pueden comprar hasta el cielo. Es decir: no tienen nada de modo desinteresado; todo es puro interés. Ahí los parámetros mismos de la vida están equivocados. ¿Por qué andamos mal? ¿Por qué sentimos que esta vida que llevamos no es vida? ¿Por qué nos decepcionamos a cada rato? ¿Por qué todos queremos olvidar la vida que estamos viviendo? ¡Porque no es vida! Es decir: vivir esta vida sin espiritualidad, sin la madre tierra, es como vivir huérfanos. Entonces, si vivir esta vida es vivir como huérfanos, ¿qué es lo más lógico y racional que uno debe perseguir? La reconexión. Tenemos que volver a reconectarnos con la vida, con la madre tierra, con las formas comunitarias. No es un retorno al pasado, es un retorno existencial”, aseveró.

La trascendencia de la comunidad

En la última parte de su intervención, el pensador boliviano expuso la diferencia entre lo colectivo y lo comunitario. Rafael Bautista detalló que lo colectivo es simplemente la reunión de identidades dispersas, mientras que la comunidad es un reconocimiento trascendental de estar conectados con la vida misma: “Este reconocimiento nos permite trascender nuestro propio ego e ir al encuentro del otro”.

El maestro boliviano destacó que la comunidad debe soñarse y proyectarse como un nuevo estado de ser, resaltando que los sueños tienen un valor epistemológico en nuestras culturas. Un verdadero cambio vendrá no solo de soñar, sino también de vivir esos sueños de manera consciente y activa.

“Cuando nos proponemos lo comunitario y la definición de este en cuanto a tentativa, como horizonte de vida, es cuando encontramos que lo comunitario o la comunidad no es algo inferior, sino que parece más bien ser algo superior”, sostuvo.

Citando a Ernst Bloch y César Vallejo, Bautista hizo énfasis en la importancia de la esperanza y la conexión con nuestros ancestros como parte integral de la vida en comunidad.

“¿En qué soñamos en última instancia cuando descubrimos nuestra condición humana? No soñamos con el futuro, sino con reunirnos con nuestros muertos. Siempre hay algo que quisimos decirles, algo que quisimos compartirles. Anhelamos volver a ese estado en el que podamos decirles lo que no les dijimos. Como dice Vallejo: ¿Y cuándo será que, al borde de una mañana eterna, desayunemos juntos con todos nuestros ancestros? Ahí se cumplirá la historia y la redención de todos los tiempos, y entonces podremos decir que vivimos en comunidad. Estaríamos en comunidad con los ancestros y con el todo de la vida, porque ellos no están muertos; están más vivos que nosotros. Todo es la comunidad, la estructura de la vida. En la vida, todo es complementariedad y reciprocidad. Todo tiene que ver con todo, y todo se complementa con todo”, acentuó.

Rafael Bautista enfatizó que el fortalecimiento del poder popular necesita reuniones intensivas que permitan estudiar y reflexionar sobre los procesos productivos y de consumo. “Esto debe venir acompañado de una educación popular redefinida en torno a la creación del hombre nuevo, porque, de lo contrario, vamos a caer en el anhelo productivista, donde todo va a ser para acumular y generar índices positivos de producción y exportación. Es decir: se condena a vivir para la producción. Sin revolución cultural, no hay revolución económica”, finalizó.

Ver video: https://www.instagram.com/p/DFEU2a6NMY-/

también en:
https://www.comunas.gob.ve/2025/01/22/rafael-bautista-segales-venezuela-se-ha-convertido-en-foco-de-la-resistencia-mundial/

https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/01/22/venezuela-filosofo-rafael-bautista-el-horizonte-de-un-mundo-otro-tiene-que-ser-la-comunidad/

COMUNAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES

también editado y en difusión desde
https://argentina.indymedia.org/

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