
Las elecciones en medio de la crisis y la descomposición del régimen político
El domingo 26 de octubre se realizarán las elecciones de diputados y, en algunas provincias, de senadores nacionales. Un régimen político e institucional que se cae a pedazos nos llama una vez más a “participar”. Desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs defendemos la abstención en el camino de construir alternativas reales para nuestro pueblo.
La corrupción y los vínculos explícitos con el naracotráfico de los hermanos Milei y sus secuaces terminan de desmontar la farsa de “cambio” que pretendía representar este gobierno. Mientras tanto, el empresariado sigue aplaudiendo y ruega porque este entramado se sostenga lo más posible. Apuestan a reconstruir lazos con el macrismo y los gobernadores “dialoguistas”, para que la nueva composición del Poder Legislativo permita sancionar varias leyes que el gobierno necesita y los empresarios demandan: reformas laboral, jubilatoria, impositiva.
Los organismos “internacionales” (brazos ejecutores de un capitalismo bajo comando yanqui) aprueban una y otra vez el fracaso, y juegan una ficha más en esta ruleta de súper ricos que se basa en la precariedad, carestía de la vida y el hambre de millones de nosotrxs. Se quedan cortos y es el propio Tesoro de los Estados Unidos el que sale al rescate de los inversores yanquis y de la burguesía fugadora de dólares para que puedan escaparse de la ronda antes del desastre.
La sumisión cipaya a Estados Unidos, que ya no sólo impone agenda sino que interviene directamente en el mercado local regulando el tipo de cambio, expone que la “libertad” de La Libertad Avanza no era otra cosa que la versión siglo XXI del programa de un imperialismo en crisis y disputa.
El lugar de Argentina en ese mundo, tal como lo dicen sin tapujos los representantes que los Estados Unidos envían, es el de convertirse en tierra de sacrificio para los negocios del gran capital que los yanquis conciben como “propios”. Extractivismo a gran escala y sin siquiera algún maquillaje, ésa es la receta. En el modelo de saqueo, timba financiera y sobreexplotación laboral… más de la mitad de quienes habitamos la Argentina sobramos para el capital.
En ese marco, el proyecto económico de financistas y del gran capital tiene su pata indispensable de política internacional. No obedece a creencias religiosas, ni a delirios místicos del presidente que el gobierno defienda el genocidio del pueblo palestino. “Defender a Israel es defender a Occidente” afirma el energúmeno, y en eso tiene razón, ya que el colonialismo que ejecuta la entidad sionista es parte del imperialismo occidental y de las burguesías que van de furgón de cola.
Todos ellos, sin distinción, no sólo no van a cambiar o frenar el rumbo, sino que van por más: la reforma laboral, la reforma previsional y la reforma impositiva.
Las burocracias sindicales (de los Gordos y de las progresistas CTAs) brillan por su ausencia.
El peronismo, ¿fuerza? ¿Patria?
Una vez más, el peronismo renace de las cenizas de la derrota de 2023. A través de análisis que dan cuenta de los males que padecemos, pero que no explican su propio rol en el ascenso de Milei, ni tampoco ofrecen salidas, se presentan como “la” alternativa para “ponerle un freno a Milei”. El carácter impresentable de Milei y su runfla, parece embellecer todo. Kicillof, con la gobernabilidad de la provincia asegurada por sindicatos directamente integrados al gobierno y a las listas, aparece como la alternativa. Su discurso pretende abarcar desde “progres” hasta admiradores de Rucci.
Hay, no obstante, acuerdos estratégicos, de fondo, que unen a todas las fuerzas patronales, “nacionales” y/o imperialistas. La salida tiene que ser institucional, apostando hasta el final a que incluso los tiempos del recambio administrativo sean los prestablecidos. De ahí la idea del freno. De ahí la exaltación al rol del Parlamento. Durante 2024, todo pasó por ese Congreso de espaladas al pueblo, regularmente reprimido en sus puertas. Hace unos meses se sacudió el inmovilismo cuando parecía que la caída era inminente, pero desde que Trump y Bessent salieron al rescate, vuelven a abrir canales de diálogo.
Además de la defensa de la institucionalidad, ¿qué dice “Fuerza Patria” respecto de la herencia que deja Milei? La propia Cristina antes de su detención insistía en revisar la idea de “estado presente” apuntando no a sus propias políticas de pagadora serial de la deuda empresarial y fraudulenta, sino a maestrxs, enfermerxs y médicxs. Kicillof con su “derecho al futuro” afirmó que había que reivindicar ese “estado presente” y realizó campaña con su gestión. “Embellecer la pobreza y desguace” se llama una obra que habla en progresismo.
¿Qué plantean sobre la deuda? Otra vez, que el No pago es “infantilismo”, que la discusión es sobre cómo se paga y, a lo sumo, más como eje de campaña que como programa concreto, “auditar” eventualmente qué hay que pagar.
¿Qué plantean de la sumisión a los Estados Unidos? Que hay que tener una política de “realismo periférico”, no cerrar las puertas con China, pero tampoco dejar de tener el vínculo histórico con la potencia del norte.
El extractivismo fue en los años del kirchnerismo -y sigue siendo hoy- la pata destructiva de la inserción de Argentina en el mercado mundial. La asociación con China, en lugar de -o a pesar de- Estados Unidos, no altera esa matriz, la refuerza.
¿Qué dicen de Palestina y del Estado colonial de Israel? Nada.
Entonces… ¿de qué fuerza y de qué patria nos hablan?
La izquierda institucional
Mientras tanto, la izquierda institucional agrupada en el FIT – U, llama una vez más, como viene haciendo desde 1983, a concurrir a las urnas. En la campaña publicitaria afirman que ellos no son ni chorros, ni corruptos, ni narcos. Cosas ciertas y que, en el contexto de descomposición actual, realmente no hay otra expresión política institucional que pueda afirmarlo.
Sin embargo, nada de consignas programáticas. La idea de que “hay que echar a Milei y su gobierno” que alguna de sus fuerzas ha sostenido, o que hay que volver a plantear “no al pago de la deuda externa” que forman parte de las consignas históricas de la izquierda, no aparecen en la campaña. Ni siquiera un intento de instalar la cuestión palestina en la que el FIT-U, como toda la izquierda ha sostenido un papel en las calles y en la solidaridad internacional significativo.
De hecho, muchos de los spots de campaña se dedican a explicar cómo es el voto mediante boleta única. Y la idea de “sumar diputados de izquierda”. Ninguna crítica sistémica al régimen político que se cae a pedazos y al que nos convocan.
La apuesta ni siquiera es a hacer una elección que saque, incluso en ese terreno parlamentario e institucional, a esa izquierda de su lugar testimonial. Es decir, ninguna perspectiva de poder.
Por el camino de la rebelión
Hay que echar a este gobierno de chorros y narcos, de estafadores y cipayos. Pero eso no va a ocurrir desde dentro de una institucionalidad destartalada. La ruptura que temen todas las expresiones burguesas, patronales e imperialistas, es la que surge del poder del pueblo, en las calles, con banderas que vayan más allá de maquillar este orden social.
No ha habido estallido aun, dicen muchxs, para reflotar la encerrona institucional que nos trajo hasta acá. Pero los estallidos que se vienen sucediendo en América Latina y en otros puntos del planeta dan cuenta de que el proceso no está cerrado. Y si bien no tienen la misma intensidad que en otros lugares, en nuestro país se vienen desarrollando importantes resistencias y movilizaciones en las calles. Fueron esas peleas las que lograron torcer algunas políticas frente a las lacras del parlamento en las que no sembramos ninguna expectativa.
La brutal represión contra esas resistencias -contra los pueblos originarios, jubilades, estudiantes y trabajadores en general, da cuenta de la potencialidad y la fuerza del pueblo, aún cuando todavía no se conviertan en una abierta rebelión.
No hay una izquierda guevarista, revolucionaria, constituida como fuerza. También vemos eso, no somos necixs, ni indulgentes con nosotrxs mismxs. Sin embargo, en tiempos en que nuestro enemigo está dispuesto a ir por todo, en tiempos de confusión y desconcierto entre las más amplias masas, mantenemos que el horizonte es el de la rebelión y de la revolución. Paciencia y tenacidad revolucionarias. Sostener la perspectiva que no un partido o un intelectual plantean, sino que nos muestra la larga historia de lucha de los pueblos. El cambio revolucionario es necesario y también posible.
Venceremos – Partido de trabajadorxs


