REFLEXIONES SOBRE EL DÍA DE L@S ENAMORAD@S

Se aproxima el día de los enamorados y quisiera compartir algunas consideraciones (no absolutas ni cerradas, por supuesto) al respecto. Cuando uno ejerce la docencia entre adolescentes y adultos es un tema recurrente, más si entre el profesor/a y los estudiantes se habilita la palabra propia desde un vínculo de confianza. Hasta ellos mismos –a su modo- reconocen cuando alguien no se siente bien en medio de un contexto donde la crisis social se lleva puesto toda forma de sentir que no comulga con lo dominante. El “enamoramiento” dura hasta que la “pareja/despareja” pasa al darse cuenta que hay que construir/trabajar el amor. No hay personas incompletas: el “mito de cupido” o la “Ira de Zeus” es la lógica predominante en Occidente: al fin y al cabo “el amor pasión es un amor trágico” (Enrique Carpintero). Es la cultura instalada que piensa la pareja “sostenida en la falta” y no en una relación-espacio que construyen dos personas en la potencia de ser. Cuando “son los dos iguales, el uno es para el otro”… hay que dudar si uno no “se está sometiendo al ideal del otro o ambos se someten a un ideal social que comparten”. El amor es básicamente construir desde las diferencias. No es ni narcisismo (“enamorarse de si mismo, buscar en la propia imagen el objeto de amor es una cita con la muerte”) ni las idealizaciones donde el otro desaparece como un diferente de mí, por “mi” propia idealización. Se “ama” como en aquellos vínculos primarios nos amaron (yo ideal-narcisismo primario)…y si no se trabaja/elabora/construye puede primar esa relación fusional; cuando tendríamos que ir hacia el ideal del yo (narcisismo secundario, uno ama al otro como a si mismo, u en el amor al otr@ me amo a mi mismo): proyectos/amores compartidos. Enrique Carpintero es clave: “La pareja es el encuentro con un otro no solo diferente de mí sino, fundamentalmente, de lo que quiero del otro. Pero es precisamente en esa diferencia donde va a aparecer la pasión que, como tal, está compuesta por amores y odios, por dichas y desdichas, por encuentros y desencuentros, por peleas y reconciliaciones. Cuando sólo uno de estos términos predomina, es el aburrimiento de la pareja-pareja, ya sea en la ilusión de la felicidad supuestamente conseguida o en las peleas constantes para que el otro sea a su imagen y semejanza. En la despareja-pareja los conflictos que aparecen pueden ser desatados por la pasión. Pasión por la vida en lucha contra el tedio, el aburrimiento y la desesperanza” (El erotismo y su sombra. Editorial Topia). En definitiva, el amor es construcción, trabajo cotidiano, escucha, paciencia, respeto; y su relación con los adverbios u adjetivos usados para describirlo no es tema fácil de detallar: no se ama con mayor o menos intensidad que el otro: sino “asociado a la alegría y la potencia de vida”. En el día de los enamorados las parejas que se aman –y trabajan para ello- son tan desparejas como un corazón que late sus diferencias.
Les dejo aquí un bello poema de Rafael Alberti en la voz de Soledad Bravo. Al final dice así: “Es tuya mi canción, en ella estoy. Y en ese viento que va y viene voy. Y en ese viento siempre, me verías”. Queridos estudiantes: cuando les llegue el viento del amor, recuerden estas palabras a modo de brisa a su favor. Andrés Sarlengo. https://www.youtube.com/watch?v=Woe51ZChap0

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