Temuco, 144 años de ocupación y resistencia: la historia silenciada de su fundación

La ciudad de Temuco, en el corazón de Gulumapu, fundada hace 144 años, celebra su aniversario con eventos oficiales que omiten una historia marcada por el despojo, coerción y la profanación de tierras y espacios sagrados mapuche. Construida sobre territorios ancestrales, la ciudad se erigió tras masacres, el desplazamiento y reducción de comunidades y la destrucción de cementerios y humedales de gran importancia cultural y ecológica.

Este artículo rescata la memoria silenciada de Temuco, desde los hallazgos arqueológicos que revelan su pasado ancestral y milenario, hasta la resistencia de la familia Lienan, guardianes originales de estas tierras.

La fundación de Temuco: Un acto de despojo y coerción


En 1881, Temuco fue fundada sobre tierras mapuche que albergaban viviendas, espacios sagrados, humedales y cementerios. El centro de la ciudad se emplazó en los espacios de la familia Lienan, donde hoy se ubican la Plaza de Armas y el Hotel de La Frontera, según fuentes históricas, comentadas por el  científico, académico y ex director del Museo Araucano de Temuco en 1949, Hugo Gunckel, quien, en una revista del museo, relata: “Huirío Lienán, dueño de las tierras ocupadas por la Plaza de Temuco (Plaza Aníbal Pinto) y que tenía su ruca donde actualmente se levanta el moderno y elegante edificio del Hotel de la Frontera de propiedad de la Compañía de Seguros La Previsión. Huilio Lienán estuvo casado con Isabel Curamil, hija de Pancho Curamil, otro cacique famoso y enemigo de las autoridades chilenas”.

Este acto fue impuesto por el ejército, políticos, mercenarios y colonos extranjeros, quienes arrasaron con la biodiversidad (itrofelmongen), lugares ceremoniales y la espiritualidad mapuche, como un ejemplo de lo que fue la llamada “Pacificación de la Araucanía”, que encabezó Cornelio Saavedra.

Una publicación sobre “Rutas de las Memoria Mapuche”, del 2024, da cuenta de un lugar denominado “Matanza”, con relación a la masacre cometida por Ejército a defensores mapuche del territorio en las orillas del río Cautín: “Este lugar de memoria se origina en los sucesos bélicos que se desataron sobre los suelos de Temuko y que se remontan a la fundación del cuartel militar en febrero de 1981”, como parte de la ocupación “Línea del Cautín”.

Agrega: “Los Temukoche y sus aliados, luego de parlamentar y pedirles que se retiraran, comenzaron las hostilidades hacia éstos ante su negativa a dejar el lugar. Durante los meses posteriores, los ataques fueron creciendo en la misma medida que se construía el fuerte de Temuco (…) El día de la battala y ante un ataque combinado de los distintos territorios aliados a Temuko, los militares en un golpe de audacia pillan y atacan desprevenidos a una línea mapuche que acampaba en lo que es hoy Quinta Pomona. En la ocasión, cayeron en combate dos de sus principales lonko junto a sus capitanes y kona, sumando casi un centenar de bajas que quedaron como una memoria inscrita en el espacio”, zona que involucra hoy a Avenida Costanera, Quinta Pomona y Balneario Los Pinos en el río Cautín, según la publicación.

Cerro Ñielol: Un complejo sagrado en riesgo

El Cerro Ñielol, cuyo nombre en mapudungún o mapuzungún, alude a un espíritu protector (Ngen), forma parte de un complejo ceremonial milenario que incluye al Cerro Conun Huenu, considerado una ventana al mundo espiritual. Ambos cerros, conectados simbólicamente, han sufrido severos daños debido a la urbanización y proyectos de construcción.

En el libro “Los primeros habitantes de Temuco”, del antropólogo, Danko Marimán, se señala sobre el Ñielol, que: “es un volcán extinto que “forma parte de uno de los sitios más australes de la formación volcánica efusiva-extrusiva denominada Cordón Huimpil-Ñielol” y que se hace referencia en el plan de manejo monumento cerro Ñielol del 2008, citado en dicho libro.

En las faldas del Ñielol se han encontrado numerosos hallazgos arqueológicos, como osamentas y cerámicas, que datan de épocas prehispánicas de hasta mil años. Estudio de 2021 de Patrimonio, revela que, durante las décadas de 1960 y 1980, se realizaron “rescates” de cementerios y contextos funerarios en varios puntos de la ciudad. En 2018, un hallazgo en el Pabellón de la Araucanía confirmó la presencia de un sitio mixto de tipo alfarero temprano, histórico y subactual.

En 1984, en el Liceo Tecnológico (ex Industrial B-22), se descubrieron restos óseos y cerámicas del estilo Pitrén, asociados a entierros mapuche. Américo Gordon documentó sitios como Ñielol 1 y Ñielol 2, donde se encontraron sepulturas y cerámicas monocromas. “Se trata de un sitio de entierro de considerables dimensiones”, señala el informe.

Otro hallazgo significativo ocurrió en 1983 en la Quinta Santa Elvira, donde se descubrieron urnas funerarias con cerámica Valdivia, correspondiente al período alfarero tardío prehispánico. “Ambas piezas contenían huesos humanos, pero estos fueron destruidos o recolectados por personas del lugar”, detalla el estudio. Estos descubrimientos evidencian la riqueza cultural y espiritual del territorio.

Todos estos registros, dan cuenta de un gran eltún, un amplio espacio fúnebre en las faldas del cerro Ñielol, que va desde la zona del actual cementerio hasta la zona cercana a la gruta de la Virgen.

La biodiversidad perdida: El caso del árbol Temu

El árbol Temu, que da nombre a la ciudad, es una especie endémica de los humedales que alguna vez cubrieron la zona. Con propiedades medicinales y un profundo significado cultural, este árbol ha sido prácticamente erradicado debido a la urbanización y la depredación ambiental.

Los menoko (humedales) no solo albergaban biodiversidad, sino que también eran espacios ceremoniales y de conexión espiritual. Su destrucción ha representado una pérdida tanto ecológica como cultural.

La resistencia de la familia Lienan

La fundación de Temuco está marcada por la ocupación militar del Wallmapu durante la llamada “Pacificación de la Araucanía”. Detrás de las fechas oficiales y los nombres de los colonizadores, se esconde la historia de la familia mapuche Lienan, cuyos territorios fueron ocupados para la creación de la ciudad.

El fuerte de Temuco fue fundado el 24 de febrero de 1881 por orden del ministro del Interior Manuel Recabarren, con el objetivo de consolidar el dominio militar chileno en la zona. Durante el acto fundacional, Recabarren enfrentó el rechazo de lonkos locales, entre ellos Lienan y Huete Rucan, dueños de los terrenos ocupados.

“El ministro Recabarren le replicó que ese sería el último fuerte que se fundaría y que su establecimiento era conveniente para cortar el paso a las tribus arribanas, enemigas del Gobierno y de ellos mismos. El desacuerdo quedaba pendiente en virtud de la resistencia de algunos lonko, entre los cuales se encontraban Lienan y Huete Rucan, los dueños precisamente de los terrenos ocupados (…) Al terminar el parlamento, las tropas hicieron una serie de evoluciones y ejercicios y se hizo funcionar las ametralladoras en dirección al cerro Ñielol. Los mapuches miraron estupefactos la demostración, mientras se les advertía, intencionalmente, que esas eran las armas que habían vencido al Perú”, señala la publicación de: Arellano, Oscar. Cincuentenario de Temuco (1881-1931). Reseña histórica de Temuco y de la Provincia de Cautín.

Uno de los principales líderes de la familia Lienan fue Wirio Lienan, quien se opuso firmemente a la ocupación chilena. Según relata Tomás Guevara y Manuel Manquilef, en su libro Las últimas familias y costumbres araucanas, Wirio fue un defensor de la resistencia mapuche y participó en varios levantamientos contra la expansión del Estado chileno.

Wirio Lienan falleció en 1904, y su entierro fue un evento de gran relevancia para su comunidad. “Se le hizo un entierro solemne, al que asistieron todos sus parientes y amigos de raza”, relata el libro según entrevista de Guevara a Ramón Lienan. La memoria de los Lienan, al igual que la de muchas otras familias mapuche, ha sido relegada y oprimida por las versiones oficiales de la historia.

A 144 años de la fundación de Temuco, es necesario reconocer y dar espacio a estas narrativas que han sido invisibilizadas. La historia de la familia Lienan es un testimonio de la resistencia mapuche y de los costos humanos y culturales que implicó la expansión del Estado chileno sobre los territorios ancestrales.

Las celebraciones oficiales de Temuco omiten esta historia de opresión y despojo. Sin embargo, la memoria de las comunidades mapuche persiste. Como relata Ramón Lienan en sus memorias, “estas son las noticias de mi familia, que me contó mi padre en varias ocasiones”. La resistencia cultural y espiritual del pueblo mapuche sigue viva, desafiando el olvido impuesto por la historia oficial.

Por Alfredo Seguel

Referencias de lecturas:

Lofmapu Botxolwe. Memoria e historia de los primeros habitantes de Temuko / https://drive.google.com/file/d/12O433SU7BC4nGs2QVVfD9S_cfA86KWjD/view

Las últimas familias y costumbres araucanas (1913) / Manuel Segundo Manquilef y Tomás Guevara / https://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0008876.pdf

“ESTUDIO DE SIGNIFICACIÓN CULTURAL E HISTÓRICA BARRIO COILACO COMUNA DE TEMUCO” / https://www.pueblosoriginarios.gob.cl/sites/www.pueblosoriginarios.gob.cl/files/2021-09/Estudio%20Barrio%20Coilaco.pdf

Profanación y sacrilegio de espacios sagrados en Temuco: Los hallazgos arqueológicos que poco o nada se sabe / https://www.elciudadano.com/actualidad/profanacion-y-sacrilegio-de-espacios-sagrados-en-temuco-los-hallazgos-arqueologicos-que-poco-o-nada-se-sabe/08/12/

 

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