
El ocaso del sueño americano
Trump comenzó su gestión con un frenético ritmo de medidas reaccionarias para apuntalar un proyecto autoritario. Pretende estrangular las conquistas democráticas, criminalizar las protestas populares y someter a los opositores.
El magnate desembarcó en la Casa Blanca con un paquete de decretos para imponer esa agenda e intenta reorganizar el Estado con hombres de confianza. Estima que la ausencia de ese personal frustró la efectividad de su primer mandato y se dispone a neutralizar cualquier obstrucción, con una inmediata purga de funcionarios.
Comenzó esa limpieza premiando la lealtad a su liderazgo. Indultó a los procesados por el asalto al Capitolio, disipando las últimas dudas sobre su complicidad con ese intento de golpe de estado. Con ese perdón confirmó la hipocresía...