
La nueva normalidad es el tironeo de la frazada corta
Esta tarde, cuando Wall Street cante default, ningún financista va a tirarse por la ventana de un rascacielos como en las películas de los años 30. No solo porque el Covid-19 vació los pisos altos de la City porteña y de Manhattan sino ante todo por la sorpresa que dio Blackrock, el mayor fondo de inversión del mundo. Su decisión de aceptar una quita mayor a la que admitía apenas tres semanas atrás puso por primera vez al Gobierno a un paso de cerrar la renegociación de la deuda sin ceder en lo central: la rebaja de intereses.
Aunque evitan mostrarse las cartas y advierten que todo puede colapsar de un momento a otro, tanto los acreedores como los negociadores oficiales apuestan a un arreglo dentro de pocos días. Si finalmente ocurre, Martín Guzmán habrá alcanzado la meta...