La clase siempre vuelve
Lo más útil para combatir la neoliberal fragmentación de identidades no es decretar la existencia de una clase a la que haya que subordinar luchas o demandas, sino pensar la articulación de las diferencias sin someterlas a una unidad previa.
A nadie se le escapa que las cosas no son como muchos y muchas queríamos. Que, en resumen, el cambio político se ha quedado paralizado o, si acaso, transfigurado por una nueva y aparente resurrección de la socialdemocracia. Las esperanzas puestas en una profunda transformación del régimen político nacido del 78, esas que se hicieron fuertes en el 15M y parecía que Podemos y las confluencias estaban en disposición de convertir en cambio institucional, se han quedado suspendidas en el aire.
Dicho esto, no tengo intención aquí de discriminar...