
Oppenheimer, un film autoexculpatorio
Oppenheimer de Christopher Nolan redunda en la mayoría de los lugares comunes del cine de impacto de Hollywood. Desarrolla uno de los sucesos más oscuros de la vida contemporánea de Occidente al modo de una novelística de la historia de aventuras. La disquisición ética que, al día de hoy, siguen arrojando las cenizas atómicas de esos muertos civiles sobre nuestras caras, sobre la vida cotidiana actual, se transforma y se trastoca en el film a un simple debate palaciego entre un científico, un senador y la bomba. De tal modo que el destructor de mundos, modo pomposo con el cual el propio Oppenheimer se reconocía y aventaba los horrendos fantasmas en sánscrito, pasa a ser apenas un detalle en cuestión. El deslizamiento histórico de esa apelación tomada de la tradición hinduista...