Denuncian precariedad en las escuelas rosarinas

Las regionales locales de Amsafe, ATE y CTAA, denunciaron en conferencia de prensa fallas graves de infraestructura en diversas escuelas de Rosario. Tras la tragedia de Moreno que se cobró la vida de dos docentes, los gremios alertaron a trabajadores y trabajadoras sobre la existencia de protocolos para suspender las actividades en caso de que alguna situación ponga en riesgo la integridad de las personas. Y exigieron al Ministerio de Educación que escuche reclamos, agilice respuestas y desarrolle tareas de prevención.

Luego de la explosión por una fuga de gas en la que murieron Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, docentes de la escuela Nº 49 de Moreno, Buenos Aires, la comunidad educativa de distintas partes del país quedó conmovida y se pusieron en el centro de la escena las formas en las que se trabaja día a día.

Almirón y Nardini

“A partir de lo sucedido en Moreno, los compañeros y compañeras docentes, asistentes y personal directivo, alertaron sobre situaciones que viven en las escuelas, algunas de larga data, otras más recientes. Como se naturaliza, no se dan las soluciones necesarias, se denuncian las fallas y el reclamo entra en un canal burocrático. Queremos llevar tranquilidad a los compañeros y compañeras, de que pueden hacer los reclamos correspondientes, suspender las clases de ser necesario, están amparados gremial y legalmente ante cualquier situación en que esté en riesgo la integridad física de la comunidad educativa”, destacó en conferencia de prensa este viernes Lorena Almirón, Secretaria Adjunta de ATE Rosario.

Según indicaron, el objetivo de los gremios es organizar la demanda. “Vamos a realizar una movilización con las escuelas en problemas para la semana que viene y abrazos solidarios, en días a definir. La idea es llevar los reclamos que tienen  desde hace años. Los compañeros y compañeras dijeron ‘basta’ al dimensionar las consecuencias que pueden tener el hecho de que todo ‘se ate con alambre’ y de que la falta de infraestructura escolar permanezca en el tiempo”, explicó Paula Nardini, referente de Amsafe Rosario.

Como herramientas para las y los laburantes de las escuelas de la provincia, Nardini subrayó la existencia de amparo gremial y legal, expresado en los doce puntos acordados por CTERA en 2005, considerados condiciones mínimas para el funcionamiento de los establecimientos educativos y el Convenio 155 de la OIT. “Cuando esté en riesgo la integridad de cualquier trabajador, niño o niña se pueden suspender parcial o totalmente las clases”, destacó la docente.

Rubén y Sandra, víctimas de la explosión por desidia del Estado

Carencias

Falta de agua potable, instalaciones de luz y gas sin aprobación, fugas de gas, salidas de emergencia que no existen, escuelas en construcción sin medidas de seguridad. Los sindicatos relevaron al menos una quincena de establecimientos con alguno o varios de estos problemas. Por ejemolo, la Escuela Nº 1279 están sin gas. Hace dos años pasó lo mismo y los niños estuvieron un mes comiendo sándwiches en pleno invierno. Ahora llevan 5 días ingiriendo pan y fiambre, pero aun así no es lo más grave. Hubo dificultad de advertir la fuga de gas en el caño maestro de la cocina del comedor, porque las ventanas estaban rotas: el olor se diluía.  “Cuando arreglaron las ventanas, lo sintieron. Las autoridades se movilizaron rápidamente. En ese caso ya está interviniendo el Ministerio de Educación, pero hablamos de 600 alumnos a los que se le hace el mate cocido con pavas eléctricas”, denunció Almirón.

En la 1263 hace rato no tiene gas y al ser salones grandes y altos, se mueren de frío. Algo que tampoco pueden subsanar con calentadores eléctricos pues tampoco funciona la luz. “Vamos a reclamar por una o cien escuelas, porque basta un lugar donde haya deficiencias para que se dé una tragedia como la de Moreno y no vamos a permitirlo”, expresó la dirigente estatal.

Lo sucedido con Sandra y Rubén activó la alarma en las diversas comunidades educativas del país. “Empezaron a aparecer un montón situaciones naturalizadas en las escuelas. Es un problema que se da en gran parte de ellas, porque no hay planes de mantenimiento integral. Eso sensibilizó a la comunidad docente, que vio que la existencia de estas condiciones de trabajo puede tener consecuencias trágicas”, analizó Nardini.

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