De lo que se habla
La principal cara del Grupo Techint, Paolo Rocca, reconoció ante sus pares de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que pagaron coimas para lograr la intermediación del gobierno argentino ante Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez había nacionalizado Sidor, una compañía del holding empresario. A partir de ese momento su cara apareció por todos los medios de comunicación.
El líder de la mayor empresa industrial argentina, que según Forbes tiene una fortuna de US$ 9.700 millones de dólares, fue indudable “Techint no participó en el club de corrupción de la obra pública de ninguna manera”, aseguró con firmeza durante la reunión. porque creerle?, si su historia reciente señala que el grupo es investigado simultáneamente por los poderes judiciales de Brasil, Italia y Suiza. Por ejemplo, en Brasil, donde Techint aparece como una de las principales contratistas de empresas estatales (Petrobras, Eletronuclear) investigada por pago de sobornos. Pagos hechos a través de una extraordinaria red de empresas fantasma y localizaciones offshore.
De lo que no se habla
Al mismo momento que Paolo Rocca y el Grupo Techint llenaban las principales noticias de los medios, otra noticia pasaba inadvertida. Rubén Insaurralde de 29 años falleció en un trágico “accidente” el 10 de agosto, dentro de la planta siderúrgica Ternium Siderar Ensenada (ex Propulsora), mientras realizaba tareas de mantenimiento en una de las enrolladoras de una grúa perteneciente al sector decapado tras quedar aprisionado por el mecanismo de poleas de una grúa en momentos en que realizaba tareas de mantenimiento en el sector de movimiento de bobinas de chapa. Rubén, pertenecía a ese gran abanico de formas precarias de contratación que funcionan en todas las plantas de Ternium Siderar
Los obreros metalúrgicos declararon la huelga y denuncian que los accidentes son frecuentes en esta fábrica “te exterminan en nombre de la producción”, sostuvo uno de ellos.
Después vendrán los análisis de riesgos de la patronal y sus “técnicos” culpabilizando a la víctima. Sus intervenciones y análisis hacen de la “seguridad” una cuestión individual y se desarrollan como políticas de disciplinamiento hacia los trabajadores: los hacen responsables del uso de elementos de protección personal, de la correcta realización de las tareas, del estado de las instalaciones y equipos. La UOM local, irrumpió en la asamblea poniéndose, como es costumbre, del lado de los empresarios para que no tomen medidas sindicales y denunciando que “los obreros no respetan las reglas de seguridad”
¿Accidentes o asesinatos laborales?
La muerte de Rubén, esconde y naturaliza la verdadera cara de una situación trágica que sufren lxs trabajadorxs en el país. En Argentina se produce la muerte un trabajador cada 21 horas según los registros oficiales. Obviamente, los datos reales deben ser aún mayores, deben ser más frecuentes las muertes. La Ley de Riesgo del Trabajo, la siniestra Ley de Riesgo del Trabajo, define al accidente como un hecho súbito y violento. Nosotros siempre decimos que sí, de violento tiene mucho porque es violencia de clase.
El caso de la siderúrgica de aceros planos que conduce Paolo Roca, Ternium Siderar, es una muestra trágica de esta situación. desde que el grupo Techint se quedó con la estatal SOMISA en 1993 (privatización sujeta a episodios de corrupción) se provocaron 23 asesinatos laborales. Detrás de este fatal número de asesinatos laborales se esconde la verdadera cara de la precarización laboral. Solo siete pertenecían al personal estable de planta, los otros 16 forman parte de las diferentes formas de contratación que construyen ese universo de precarización laboral en la industria siderúrgica.
La flexibilización laboral mata
La flexibilización es una manera que utiliza el Capital de eliminar rigideces en el proceso productivo, incluida la utilización de la mano de obra. Esto último lleva generalmente a bajar los costos de este factor, lo cual se puede lograr mediante la tercerización entre otras formas (como por ej. polifuncionalidad, flexibilidad salarial, horaria, etc.)
La precarización, es definida como la situación en la que el trabajo se presenta con niveles que están por debajo de los estándares respecto de indicadores tales como estabilidad, remuneración ante misma o similar tarea, beneficios sociales y duración de la jornada. En la mayoría de los casos los tercerizados trabajan con mayor precariedad, o en la vía inversa, se utiliza la tercerización para precarizar las condiciones de trabajo, pero estos conceptos no son sinónimos.
El correlato de la tercerización es la gran dificultad para lograr la organización entre los trabajadores y trabajadoras tercerizadas. Son varios los factores que responden esta situación: la propia fragmentación que generaron los cambios en el proceso productivo, las continuas amenazas por parte de algunos sindicatos y patronales a lxs trabajadorxs que osen organizarse, la estructuración de jerarquías internas (formales e informales), la estigmatización y consecuente separación/exclusión de trabajadores que (aunque pares) son tratados como trabajadores “de segunda”, la fragilidad y el miedo que genera la propia precariedad de las condiciones de empleo.
La tercerización ha sido la principal herramienta que utilizó el grupo techint en la industria siderúrgica. De los más de diez mil trabajadores en las plantas de Ternium Siderar la mitad corresponden a trabajadorxs de empresas tercerizadas. Por otro lado, ahora que Paolo Rocca reconoció que pago coima para que el gobierno Kirchnerista le gestionara una mejor indemnización por la estatización de la siderurgia Sidor en Venezuela; es importante recordar porque el reclamo de los trabajadores siderúrgicos venezolanos que llevo al comandante Hugo Chavez a expropiar esta importante industria, porque en el poco tiempo que Techint tuvo la gestión de esta importante empresa, el 50% de los trabajadores eran subcontratados, pertenecientes a 232 contratistas. Como señaló en su momento un dirigente del sindicato metalúrgico de Guayana, José Meléndez, “querían seguir manteniendo en situación de tercerizados los 9.000 trabajadores que vienen laborando en condiciones completamente inseguras, arriesgando la vida por un salario miserable, sin salud, sin seguridad laboral, prácticamente como esclavos.”
Las consecuencias nefastas de este tipo de modalidades para los trabajadores y trabajadoras, tienen una importancia fundamental en la salud (o en su falta), en la vida (o la muerte). Sin embargo, estas relaciones no son para nada evidentes, muchas veces terminamos mirando con los anteojos de la clase dominante ya que hay todo un conjunto de prácticas e instituciones que tienden a ocultarla. Los trabajadores y trabajadoras necesitamos partir de nuestras necesidades y de nuestra experiencia para poder construir una perspectiva propia, que no sólo tenga en cuenta nuestra utilidad productiva, sino el conjunto de actividades y relaciones que desarrollamos. En este sentido, necesitamos colocar el problema de la seguridad en el trabajo en el contexto más amplio de actividades que realizamos.
En estos momentos, en que hay un recrudecimiento de la ofensiva sobre los trabajadores, con el mantenimiento de un régimen privatista de los riesgos del trabajo, donde se acentúa y profundiza la separación entre salud (entendida como bienestar general) y proceso de trabajo, expulsando definitivamente a lxs trabajadorxs y sus organizaciones de la discusión sobre las relaciones entre trabajo y salud. La recuperación de una perspectiva estratégica de independencia de clase, de acción colectiva, es fundamental para no seguir dejando nuestra vida en el trabajo.
Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/dejar-la-vida-en-el-trabajo-no-es-noticia/