Durante la audiencia de alegatos, tanto la Fiscalía como la querella sostuvieron que Ariel Cannizzo murió por los golpes sufridos durante un operativo ilegal que terminó con su detención. El fiscal acusó a dos de los cuatro policías imputados, el particular damnificado responsabilizó a todos; en los dos casos solicitaron prisión perpetua para los acusados. La defensa pidió la absolución. El TOC N 1 de La Plata dará a conocer la sentencia el 30 de abril.
Casi ocho años después, a pesar de las estrategias dilatorias, de una pericia oficial irregular que pretendió encubrir lo evidente, el juicio por la muerte de Ariel Cannizzo está llegando al final. El jueves 11 de abril se realizaron los alegatos, la última audiencia previa a la sentencia. Casi ocho años después, Mónica Yllescas, la mama de Ariel, que prometió seguir hasta el final espera que el Tribunal Oral Criminal N 1 de La Plata haga justicia y condene a los responsables.
El fiscal Martín Chiorazzi fue el primero en alegar. Frente a los jueces que integran el Tribunal, Chiorazzi afirmó que, durante del juicio, se pudo comprobar que Ariel Cannizzo murió por los golpes sufridos durante su detención el 21 de octubre de 2011. Según el fiscal, tanto los testigos del violento operativo como la pericia médica de parte, permitieron acreditar que los policías golpearon a Ariel, tuvieron dominio de la situación e intención de hacer daño, y que esas lesiones terminaron produciendo la muerte del joven.
Luego de los fundamentos, Chiorazzi acusó al oficial principal José Antonio Cácere y el teniente Ernesto Conti por homicidio agravado por abuso de su función en el cargo y pidió la pena de prisión perpetua y la detención inmediata de los dos. Pedido que no fue tenido en cuenta por los jueces del Tribunal.
Según el fiscal, la participación de Cácere y Conti en los hechos está acreditada por el reconocimiento que realizó el hermano de Ariel Cannizzo como así también por el testimonio de los policías. Mientras tanto, desistió de acusar al ex capitán Ricardo de la Canal y al teniente Roberto Percuoco por no tener prueba suficientes.
El 21 de octubre de 2011, policías de la comisaría 3ª de Berisso entraron a la casa de Ariel Cannizzo mientras perseguían a un adolescente de 14 años. Ariel ya había tenido problemas con los efectivos de esa misma dependencia; había estado cuatro años preso por una causa armada y, en ese momento, tenía otra causa abierta por resistencia a la autoridad. En un procedimiento irregular, sin orden de captura, los agentes se lo llevaron detenido; antes lo golpearon brutalmente y revolvieron toda la casa. Los vecinos dijeron que a Ariel lo sacaron a la rastra, casi inconsciente. Pocas horas después, en la madrugada del 22, Ariel murió en un calabozo de la comisaría 4ª de Berisso.
La familia de Ariel estuvo representada en el juicio por la Asociación Miguel Bru, la abogada Verónica Bogliano al momento de su alegato amplió la acusación contra los cuatro policías imputados y reclamó, al igual que el fiscal, la prisión perpetua. En su fundamento, valoró los testimonios de los vecinos de Ariel que reconocieron durante el juicio que los policías que participaron del operativo fueron más que los dos acusados por fiscalía.
Como el fiscal también pidió que los policías sean acusados por homicidio agravado por ser integrantes de una fuerza de seguridad, que poseían dominio funcional de los hechos, que sabían las consecuencias de sus acciones y que, además, contaban con la capacidad operativa para encubrir sus delitos.
En su alegato destacó la pericia de parte que verificó que Ariel presentaba contusión cerebral, traumatismo cerrado de tórax y abdominal, y hemorragias internas en el hígado y pulmón. Todas lesiones producidas por los golpes durante su detención.
La abogada de la familia también valoró la pericia toxicológica: ese informe destacaba que ni la cantidad de estupefacientes hallado en la sangre ni las horas que habían pasado desde el consumo podían explicar la muerte del joven. Esta pericia fue fundamental para desmontar la estrategia de la defensa que, en todo momento, buscó construir la hipótesis de la muerte por un problema de salud de origen cardíaco.
La defensa, por su parte, pidió la absolución por considerar que no hubo pruebas para acreditar la acusación contra los policías. Para ello se basó en la pericia oficial que se realizó, sin respetar el protocolo de Estambul, y que omitió el análisis de las visibles lesiones que presentaba el cuerpo de Ariel.
El abogado de los policías también se permitió cuestionar la competencia del particular damnificado para ampliar la acusación, que debe llevar el Ministerio Público Fiscal. En este punto el fiscal sostuvo que había jurisprudencia en la materia, citó un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y recordó el reciente juicio de Omar Cigarán, celebrado también en los tribunales de La Plata, donde la fiscalía desistió de acusar y se llegó a la sentencia sólo con la imputación de la querella.
Frente a estos antecedentes, el abogado sólo se limitó a opinar que “a la Corte Interamericana no tomo en cuenta porque todos sabemos que es una corte politizada”.
El martes 30 de abril el Tribunal Oral Criminal N 1, integrado por los jueces Hernán Decastelli, Cecilia Sanucci y Silvia Hoerr, dará a conocer la sentencia. Casi ochos años después, la familia de Ariel Cannizzo sigue esperando que la justicia sea justa.