La situación en Bouwer está completamente desbordada. En los pabellones las condiciones son adversas, pero los que más jodidos están son, el pabellón de ingreso, en el MD1. Este pabellón tiene capacidad para cincuenta personas, y en este momento hay más de ciento cincuenta. La mayoría está sin colchón, y reciben “comida” si les sobra. Y el pabellón B3 del módulo MX1 de Bouwer, hay cerca de cien personas encerradas, de día las ponen en unos box, cerca de la central (la lorera) y de noche las trasladan, y las encierran todas juntas. La mayoría no tiene colchón. No salen ni al patio, y no les están dando de comer, comen lo que algún familiar alcanza a llevar. Salen diez minutos a hablar por teléfono, no todos los días. Y el colmo es que les hacen firmar que están en un pabellón abierto. Nadie les dice nada, no les contestan nada.
Estos seres humanos, varios quedan varados allí después de haber conseguido el traslado a Bouwer, algunos vienen de Cruz del Eje, luego de una extensa lucha para que los saquen del abismo que es esa prisión. Lo que ellos ignoran es que Bouwer está completamente superpoblada. Entonces quedan en esas condiciones denigrantes a la espera de un espacio en “mejores” condiciones.
Todo esto promociona la conflictividad entre ellos, y no sólo en las celdas y pabellones, sino también, se ha dado, en el salón de visita, cuando pasa la lista, adelante de la guardia. Todo el maltrato recibido lo descargan entre ellos. Convengamos que el servicio penitenciario se encarga de dividirlos, de sembrar discordia, y eso en un clima enardecido es como echarle nafta al fuego.
Hoy hay cerca de cinco mil personas en todo el complejo de Bouwer, trescientos ochenta son mujeres, y el resto dividido en los diferentes módulos.
En Córdoba hay diez mil personas encerradas. Es la provincia con más habitantes privados de su libertad del país.
La provincia de Santa Fe tiene casi la misma población, sin embargo Córdoba tiene miles de seres encarcelados más que Santa Fe.
La política de seguridad del gobierno es tener cautivos a los más pobres, a los excluidos de sus políticas sociales. Cerca del sesenta por ciento tienen prisión preventiva, son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Las mujeres con prisión preventiva superan el ochenta por ciento, también aquí recaen las leyes patriarcales.
En Córdoba es regla no utilizar alguna medida alternativa, puede existir la excepción de la regla. Sin dudas influye la opinión pública, que presiona.
Solo el cinco por ciento puede acceder al área de educación. Muchas personas salen sin saber leer ni escribir, luego de haber cumplido una condena de cinco, diez, veinte años.
Desarmaron un galpón industria, para hacerlo pabellón. No les es importante que las personas aprendan un oficio, parece que no quieren perder los clientes. Trabajo no hay, ni de fajineros, no todos tiene el privilegio de ser explotados.
Aquí las cárceles son como un agujero negro, no se sabe con certeza cuántas personas privadas de su libertad hay, cuál es el presupuesto que reciben los administradores en total.¿Cuál es la capacidad de cada penal, respetan las Reglas Mandela (Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos)?
Creo que no solo el servicio penitenciario ignora las Reglas Mandela, sino también el poder judicial.
Buscar responsables es como jugar al Antón pirulero, nadie es responsable.
Fuente: https://agenciaparalalibertad.org/article/cordoba-capital-nacional-del-encierro/