Antes de entrar en estas aclaraciones me parece pertinente aclarar que están escritas en un país donde lo peor que puede sucedernos es que Macri o el PRO renueven su mandato, porque como bien anticipó, si los reeligen irán en la misma dirección pero mas rápido, es decir, avanzaran a convertirnos en una colonia al estilo de Colombia dependiente directamente de la Santa Alianza que protagonizan Estados Unidos e Israel. Que el FMI este manejando la economía y que, como surge del caso D’Alessio, agencias yanquis de inteligencia articulen a jueces, organismos de inteligencias argentinos, altos funcionarios de seguridad e influyentes medios de prensa, son un anticipo de lo que se viene. Hasta por una cuestión de autoestima de los pueblos, de poder sacarse de encima al verdugo inmediato, es necesario que se vaya Macri.
También aclaro que están escritas desde una izquierda que no esta pasando su mejor momento. Basta repasar las opciones electorales, advertir que no se ha podido formular ningún proyecto de poder con un alguna incidencia política y carnadura histórica y que, como dice nuestro compañero Miguel Mazzeo, esta inmersa en una crisis de sentido, por lo que todo da lo mismo. Alguien podrá pensar que quienes estamos inmersos en esa crisis no tendríamos ni siquiera derecho a escribir. Pero francamente creo que al menos no tendríamos que renunciar a la memoria, porque entonces si, nuestra derrota sería completa.
Cámpora al gobierno, Perón al Poder fue una consigna de la izquierda peronista, pero cuando se fue Cámpora y regresó Perón las posibilidades revolucionarias sufrieron un enorme retroceso al perder sus apoyos en el gobierno y el Estado.
Con el gobierno de Cámpora la llamada tendencia revolucionaria del peronismo ( JP -Montoneros), tenia hombres en el gabinete nacional como Esteban Righi, un puñado de diputados y buenas enlaces con los gobernadores de Buenos Aires (Bidegain), Córdoba (Obregon Cano-Atilio Lopez), Salta (Ragone), Mendoza ( Martínez Vaca), La Rioja ( Menem), Santa Cruz ( Cepernic) y alguno mas que no recuerdo. Había ubicado como Jefe de la Policía Bonaerense al militante de la resistencia, Julio Troxler Con Cámpora en el gobierno se pudieron tomar algunas medidas de avanzada como fue la liberación de todos los presos políticos.
Al regresar Perón al gobierno con la compañía de Isabelita, los apoyos de la izquierda peronista fueron barridos con excepción de unos pocos que, como Menem, pegaron el salto al bando de los ganadores.
Con Perón en el gobierno creció la influencia del Ministro José López Rega, de los sectores patronales del peronismo representado por Gelbard y de la burocracia sindical liderada por José Rucci.
El Pacto Social que consistía en congelar precios y salarios, firmado por Gelbard y Rucci, fue uno de los instrumento de la nueva alianza de poder que desplazaba a la tendencia Revolucionaria del Gobierno.
Los trabajadores resistieron al Pacto Social al punto de que protagonizaron entre los años 74-75 el alza de luchas sindicales mas alto de nuestra historia, que se hicieron contra las patronales, el gobierno y, salvo honrosas excepciones (Gráficos, Luz y Fuerza Córdoba, Sitrac-Sitram, UTA Buenos Aires, etc) contra las direcciones sindicales.
La izquierda peronista y todo el conjunto de la izquierda se opuso al Pacto Social, con algunas experiencias muy representativas como fueron las inter-fabriles y el Congreso del FAS que en términos políticos expresó un encuentro de tendencias de izquierda peronistas y no peronistas. Sobre estos hechos basta revisar las revistas políticas de la época, por ejemplo la Revista Militancia.
Desde lo personal, todavía recuerdo con mucha emoción la Asamblea en que los trabajadores del Frigorífico Swift de Berisso decidimos rechazar el Pacto Social. Tenía un enorme valor simbólico porque los Frigoríficos y Berisso son un lugar fundacional del peronismo.
La reivindicación del Pacto Social de Gelbard y Rucci en nombre de la izquierda peronista resulta un abuso de la desmemoria por parte de actuales dirigentes políticos que vivieron por aquellos años, de la falta de lecturas históricas de los mas jóvenes y de la furia de los conversos, dispuestos a tragarse cualquier sapo y mentira con tal que no le recuerden que la semana pasada eran gorilas de izquierda.
Se ha calificado la decisión de lanzar la dupla Fernández-Fernández como una jugada maestra y creo que lo es en el sentido de ganar las próximas elecciones y desalojar a Macri del poder. Pero también creo que como ocurrió con la dupla Perón-Perón anuncia la liquidación de toda posibilidad progresista en el futuro gobierno.
Alberto Fernández no es un títere sino un político conservador con vuelo propio. Ya lo demostrará cuando consiga que Cristina le transfiera sus votos y sea presidente. El apoyo de los gobernadores garantiza ganar las elecciones, pero también el ingreso de una mayoría de legisladores del peronismo mas conservador (el que pactó con Macri, el que se opuso a la ley del aborto) al Congreso. Quizás resulte un poco polémico, pero creo que la fórmula Fernández-Fernández mas que anunciar el regreso de Cristina, es una despedida.
La historia parece repetirse como farsa: siempre nos va bien en el «Luche y se Van». Pero nunca en el «Luche y Vuelve», porque lo que vuelve se parece muy poco a los que lucharon para que se vayan los tiranos.
Guillermo Cieza.
La Plata, 20 de mayo de 2019.
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