Las principales marcas de calzado deportivo -Adidas, Nike, Reebok- dejaron de fabricar en el país y ahora importan todos sus productos del exterior.
Las políticas implementadas por el gobierno macrista impactan en toda la industria. Uno de los sectores más afectados por el combo de tarifazos, caída del salario y del consumo interno y apertura indiscriminada de las importaciones es el del calzado.
En declaraciones al periódico económico Bae Negocios, el presidente de la Cámara del Calzado de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sellaro, detalló la situación: “Adidas y Nike dejaron de fabricar en el país, Reebok importa todo y a Puma sólo le quedan 400 trabajadores. En 2002 producíamos 36 millones de pares de calzado. Cuando terminó la convertibilidad y empezamos a ser competitivos, se generaron 5 millones de puestos de trabajo y en el 2015, tuvimos un récord histórico, llegamos a producir 125 millones de pares”.
En diciembre de 2015 asumió Mauricio Macri y entre otras medidas, quitó el cupo para las importaciones: “en 2016 ingresaron al país 27.400.000 pares. En 2017, 34.800.000 y en 2018, 32.900.000 pares. En tres años, entraron al país casi 100 millones de pares. En el Gobierno anterior entraban un promedio de 20 millones, ahora se quintuplicó el ingreso”.
La medida, sumada al aumento desenfrenado de los costos -todos, menos el salario real según su concepción empresaria de “costo” que no para de caer- generó una destrucción acelerada de los puestos de trabajo.
“Paquetá cerró su planta y despidió a 1200 trabajadores; Dass en el Dorado, que trabaja para Nike despidió 700; Calzados Alpargatas cerró y despidió a 500 operarios en Catamarca; Unisol, que es Puma, despidió a 800 trabajadores en La Rioja y hay más, un taller de aparado en Concaram, San Luis, despidió 200 más”, señaló el directivo de la cámara patronal. “Coronel Suárez era un polo productivo del Calzado. En 2012, festejamos que Vulcabras tomó a su empleado número 4000. Hoy tiene sólo 800. Dass, la planta de la familia Verdiquio trabajaba para Nike con 600 operarios y ya despidió a la mitad. Grimoldi está mal. Marcas históricas y emblemáticas cerraron”, dijo Sellaro.
“A las empresas internacionales sólo les interesa su negocio, no les interesa las fuentes de trabajo que se pierden. Priorizaron importar para no tener que pagar cargas sociales”, agregó Sellaro y defendió a las pymes: “Hoy las que dan la pelea son las empresas más chicas. A las más grandes les es fácil ir a convocatoria, las pymes no hacemos esas cosas”, concluyó.