“Hay mucha gente molesta por lo que estamos haciendo. Pero aquí está en juego la salud de toda nuestra comunidad”, dijeron.
ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
17/04/2020
Desde hace un mes, la villa veraniega de Tafí del Valle permanece aislada. Es a causa del bloqueo que instrumenta en el acceso a la zona la comunidad indígena de El Mollar con el fin de evitar la propagación del coronavirus.
Lo hace con la colaboración del municipio de Tafí del Valle y de la comuna de El Mollar. Ninguna persona que no tenga residencia en esas comunidades puede ingresar a los valles.
Sólo se autoriza a quienes están exceptuados del decreto presidencial de aislamiento obligatorio preventivo y despliegan tareas de abastecimiento de alimentos, sanitarias, de seguridad y otras.
“Estamos ante una lucha firme contra esa pandemia. Hay mucha gente molesta por lo que estamos haciendo. Pero aquí está en juego la salud de toda nuestra comunidad. En plena vigencia de la cuarentena hubo gente de Europa y Oriente que quisieron ingresar, pero lo hicimos volver. También lo viven intentando quienes son de capital o Yerba Buena y tienen casas aquí”, informó Margarita Mamaní, de la comunidad originaria de El Mollar.
La dirigente contó que se dieron casos de personas que, arriesgando sus vidas, emprendieron travesías a pie por los cerros para eludir el corte instalado en el kilómetro 46 de la ruta 307, a escasa distancia del puente Mendilaharzu.
En el bloqueo los originarios hacen vigilancia en una carpa cedida por el municipio de Tafí del Valle. Ahí desplegaron un enorme cartel que dice: “Ama tu familia. Ama a Tafí. Ama a la Argentina. Quédate en casa”. En ese sitio el control se refuerza con efectivos de la Policía que verifican las documentaciones de quienes tienen permiso de circulación. “No vamos permitir que nadie nos traiga la enfermedad”, advirtió Mamaní.
“Esta es una medida necesaria y nosotros la estamos apoyando porque nos queremos librar del Coronavirus y también del dengue. Por eso además estamos instrumentando varias acciones, entre ellas el uso obligatorio del barbijo o tapaboca y las fumigaciones permanentes”, dijo -por su parte- Beatriz Centeno, secretaria de Gobierno de Tafí del Valle. “Son momentos cruciales y no obstante a que no reportamos casos de Covid-19 y dengue, no bajamos los brazos” aseguró.
Para la funcionaria el otro frente de batalla está en las consecuencias que comenzó a dejar la crisis epidemiológica. “Nuestra economía está sumergida en una situación de emergencia sin precedentes y nos obliga a la vez a estudiar proyectos para contener a comerciantes y artesanos asfixiados por la falta de ingresos” apuntó.
“El municipio está ahogado económica y financieramente y es muy poco con lo que puede ayudar a los que sufren la parálisis de estos días. Por eso se gestiona ayuda a nivel provincial”, advirtió Centeno.