El alto al fuego vigente en el Sahara Occidental desde 1991 ha saltado por los aires el 13 de noviembre. Luego de que la monarquía marroquí lanzara un ataque militar en contra de manifestantes saharauis que bloqueaban la carretera de Guerguerat, que atraviesa cinco kilómetros de una zona de separación. Contemplada en los acuerdos de la tregua, y comunica al Sahara ocupado por Marruecos con Mauritania. Los manifestantes protestaban desde el 21 de octubre por el uso ilegal del cruce fronterizo, una violación marroquí del alto al fuego, por el que circulan además mercancías producto del saqueo de recursos del Sahara Occidental como fosfatos y productos de la pesca en la plataforma marítima. Saqueo en el que participan transnacionales españolas, estadounidenses, francesas y de otros países.
Al atacar a los manifestantes civiles, las fuerzas represivas del régimen monárquico marroquí abrieron tres nuevas brechas en el territorio militar de exclusión. El Frente Polisario, el movimiento de liberación nacional del pueblo saharaui fundado en 1973, repelió el ataque marroquí, golpeando con artillería cuatro bases y dos puntos de vigilancia, y declaró la reanudación de la guerra. “Comenzó la guerra de liberación de todo el pueblo”, anunció el Frente Polisario, mientras se activaba la movilización general en los territorios liberados y los campamentos de refugiados en Argelia. También hubo manifestaciones en El Aaiún y otras ciudades saharauis ocupadas por Marruecos, duramente reprimidas por la monarquía.
El Sahara Occidental es el último territorio reconocido por la ONU como pendiente de descolonización en el continente africano. En 2019 el régimen dictatorial marroquí insistió en que no contempla la posibilidad de un referendo que incluya la opción de la independencia, sino solo una cierta autonomía dentro del Estado marroquí.
Las autoridades saharauis han solicitado asimismo el retiro de la misión de la ONU, la MINURSO. El propósito de la presencia de la misión de la ONU era garantizar la observación de los términos de la tregua y organizar un referendo de autodeterminación, en ambos aspectos la misión ha sido un fracaso. La misión nunca tuvo entre sus mandatos la protección de los derechos humanos de los saharauis bajo ocupación marroquí, una limitación que permanentemente denunciaron las organizaciones saharauis. En realidad, la ONU ha vigilado la consumación por la vía de los hechos de un régimen colonial extremadamente opresivo por parte de la monarquía marroquí. Cuenta con el apoyo del imperialismo francés y yanqui, de regímenes ultrarreaccionarios como Israel y Arabia Saudí, así como la complicidad del Estado español, que sigue siendo formalmente la potencia administradora del territorio. Desde la traición de Felipe González y el PSOE, en la etapa postfranquista, todos los gobiernos se han acomodado al statu quo de ocupación colonial marroquí, incluyendo al actual gobierno pseudoprogresista del PSOE y Podemos.
La frontera entre el Sáhara Occidental y Mauritania ha sido una zona caliente durante décadas. Entre 2016 y 2017, Marruecos intentó asfaltar los cinco kilómetros de ruta que atraviesan Guerguerat entre el muro militar marroquí y la frontera mauritana, pero el Frente Polisario movilizó sus tropas e impidió que la obra se completara.
El 8 de noviembre se cumplieron diez años de la Masacre de Gdeim Izik, el desalojo y destrucción de un campamento de protesta en el que participaban unos 20 mil saharauis en las afueras de El Aaiún, seguido de una razzia represiva salvaje por parte de la dictadura marroquí en todo el territorio ocupado. En aquel momento, la UIT-CI se pronunció repudiando la represión marroquí y apoyando la causa de la liberación del pueblo saharaui: “La lucha por la independencia del Sahara Occidental, última colonia africana, se enmarca en un combate internacional por la expulsión de las transnacionales que están saqueando África, produciendo guerras internas y genocidios para adueñarse de sus minerales y petróleo… en un proceso de semicolonización de todo el continente”.
Hoy nuevamente los socialistas revolucionarios llamamos a las organizaciones obreras y populares, a las que se reclamen revolucionarias, democráticas o antiimperialistas, a apoyar al pueblo saharaui en su lucha por la autodeterminación y por el fin de la ocupación colonial marroquí. Así como nos solidarizamos con los bereberes y demás minorías oprimidas dentro del Estado marroquí. Exijamos a los gobiernos de todos aquellos países como Argentina y Brasil, o la mayoría de los países europeos, que aún no reconocen a la República Árabe Saharaui Democrática, que lo hagan inmediatamente, y a que interrumpan de manera todo intercambio económico que involucre los recursos saqueados ilegalmente al Sahara ocupado por parte de las transnacionales y el régimen marroquí. Con el apoyo de los pueblos del mundo, los saharauis vencerán.
¡Todo el apoyo al pueblo saharaui en su lucha por la libertad y la autodeterminación! ¡Reconocimiento a la República Árabe Saharaui Democrática!
¡Abajo la monarquía marroquí! ¡Libertad para los presos políticos saharauis y de todas las nacionalidades oprimidas en Marruecos!
¡Alto al apoyo imperialista a la dictadura marroquí! ¡Fuera el imperialismo del Norte de África!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
14 de noviembre de 2020
http://www.uit-ci.org/index.php?start=108