En el informe que se discutió en la 109° asamblea anual de la OIT se pone el acento en el perjuicio de la crisis agravada por la covid 19 sobre los/as trabajadores/as, pero también sobre las pymes, en tanto difusoras de fuentes de empleo[1]. Por eso no sorprende la consonancia de los datos locales[2], más aún con la nueva ola de contagios y restricciones a la circulación y al funcionamiento económico.
Pese a la recuperación económica local, que podrá oscilar entre el 6 y 7% para este año, se mantienen las dificultades para recuperar empleo e ingreso. Dice la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL): “En efecto, el porcentaje de empleos suspendidos pasó del 8,8% en mayo de 2020 a 1,8% desde enero de este año a abril, lo que representa una caída de 7 puntos porcentuales. No obstante, la incidencia de las suspensiones en el empleo registrado privado sigue siendo elevada en relación a la serie histórica. Desde la perspectiva de las empresas, en abril de 2021, alrededor del 9% de las empresas aplicaron suspensiones, duplicando también los valores históricos.” Se destaca que el mayor impacto está en las empresas con hasta 49 trabajadores/as.
La OIT señala que “se calcula que en 2020 se perdió el 8,8 por ciento del total de horas de trabajo, el equivalente a las horas trabajadas en un año por 255 millones de trabajadores a tiempo completo.” El desempleo alcanza a unos 220 millones y se agrava el problema de la irregularidad en la contratación, sin acceso a seguridad social. Para el 2019 la informalidad laboral alcanzaba a 2.000 millones de personas, 60,1% del total de la fuerza de trabajo mundial, quienes sufrieron en mayor medida los efectos de la agravación de la crisis con la presencia de la pandemia. Se concluye en un agravamiento de la situación y empobrecimiento, lo que explica la creciente desigualdad social.
Las principales afectadas señalan en el informe son las mujeres, las/os jóvenes y las/os migrantes. Se sostiene que las regiones más afectadas son “América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central”. El Director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, destaca que la pandemia acontece en una dinámica previa “…de crecimiento lento con poco empleo, alta informalidad y una fuerte desigualdad, condiciones preexistentes que limitaron la resistencia y la capacidad de respuesta ante una crisis sin precedentes con efectos devastadores”.[3]
El diagnóstico regional no es distinto en esencia al que podemos asignar a la Argentina. En América Latina y el Caribe el desempleo en 2019 llegó al 8% y en 2020 escaló al 10,3%, aun con crecimiento económico esperado para el 2021, el desempleo llega al 11,1%, lo que supone “que hay unos 34 millones de personas buscando un puesto de trabajo sin conseguirlo.” Agregan que “El crecimiento económico sin generación de empleo puede aumentar el descontento social y afectar la estabilidad política”, algo que preocupa más allá de lo laboral y económico estrictamente. Sostiene el informe que “América Latina y el Caribe experimentó la caída más fuerte en la cantidad de horas trabajadas durante 2020, cuando se habrían perdido el equivalente a más de 30 millones de empleos tanto por las salidas de la fuerza de trabajo, ya sea a la desocupación o la inactividad, como por la reducción de horas trabajadas.” Se dice que pese a la recuperación económica esperada para este año, el saldo es una pérdida de 5 millones de puestos de trabajo entre 2020 y 2021.
La apuesta en Argentina, en la región y en el mundo pasa por acelerar la vacunación de la población, lo que supone varias discusiones sobre la producción y circulación de las mismas.
[1] OIT. “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencia 2021”, en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/documents/publication/wcms_794492.pdf
[2] Ministerio de Trabajo. Encuesta de indicadores Laborales (EIL) de junio 2021 (con datos a abril 2021), en: http://www.trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/eil/eil_2104_informe.pdf
[3] OIT. “Alta desocupación y pobreza laboral son legado de la crisis en América Latina y el Caribe”, en: https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_798727/lang–es/index.htm
Julio Gambina es Doctor en Ciencias Sociales de la UBA. Profesor Titular de Economía Política de la UNR. Integra la Junta Directiva de la Sociedad Latinoamericana y caribeña de Economía Política y Pensamiento Crítico, SEPLA.