¿Usted a qué se dedica? ¿Cuáles son sus ingresos? ¿Cuántas personas viven en su casa? ¿Y cuántos perros? ¿Sus padres cómo se llaman? El ministro de Seguridad de Chubut, Federico Massoni, no deja de sorprender con sus métodos de gestión siempre al borde de la legalidad. El Sergio Berni de la Patagonia, que gusta mostrar sus músculos en público (como cuando decidió recibir la vacuna contra el COVID-19 con el torso completamente desnudo) tanto como realizar en persona operativos para perseguir asambleístas anti-mineros o golpear a adolescentes en la calle, se siente envalentonado porque su nombre aparece en las encuestas electorales. Es, sin dudas, el hombre fuerte del débil Gobierno de Mariano Arcioni. Esta vez, bajo el pretexto de perseguir a ocupantes ilegales y delincuentes con causas previas en la Comarca Andina, desplegó un escuadrón policial el miércoles 21 que desde temprano comenzó a recorrer los barrios . En esa zona, alrededor de 500 viviendas fueron arrasadas por los incendios en marzo de este año. Las declaraciones mediáticas de funcionarios de todo color fueron mucho más veloces que la ayuda efectiva del Estado, ya que muchas familias siguen sin una solución habitacional. Esta vez (otra vez), la Policía fue la cara visible del Estado.
Vecinos y vecinas denuncian la actitud intimidatoria de los efectivos, que atravesaron alambrados y tranqueras sin anunciarse para preguntar preguntas como las de arriba. ¿La excusa? Un supuesto censo que busca establecer quiénes son habitantes legítimos y quiénes no.
Juan “Chay” Rego, de Ecoaldea: “Es mentira que hubo ocupaciones después de los incendios, la gente estaba viviendo desde antes. Yo tengo en mi documento la dirección de mi casa. Hoy la Policía se metió en mi terreno sin orden de allanamiento, en actitud intimidante y con armas de grueso calibre como si estuviéramos en falta. Mi pareja le estaba dando la teta a nuestra beba y se pusieron insistentes para que salga porque ella perdió el documento. No les importó nada. A los que no estaban encuestando les pedí que se alejaran y la respuesta fue una mujer policía que me apuntó con su arma larga”.
“¿Usted por qué está acá?”, interrogaron a otro vecino que habita un módulo construido por una oenegé junto a las ruinas de su hogar. La respuesta: “Porque es mi casa”. El trofeo que se llevó la Policía de Massoni son datos personales de decenas de familias, fotos de DNI y algunas anotaciones bastante particulares, como señalar la tonada no chubutense de algún o alguna de las habitantes de los barrios arrasados que todavía no logran recuperarse.
Shura Soto, de Bosques al Sur, pone contexto: “Los damnificados estamos en cuanta lista han hecho. Los habitantes de Bosques al Sur hacía meses que ya le habíamos llevado al Municipio (de Lago Puelo) nuestro proyecto como barrio y un censo de las personas que habitábamos esas tierras (unas 140 incluyendo a los y las niñas). En Desarrollo Social de Lago Puelo tienen un listado, incluso yo tengo un certificado que me dieron ellos de damnificada”.
¿Para qué querrá Massoni, entonces, un censo pormenorizado en una zona de la Patagonia siempre codiciada por intereses empresarios y especuladores inmobiliarios? ¿Será una jugada novedosa en un año electoral?
La justificación del ministro amigo de la ley y el orden: “Mi tarea acá es identificar absolutamente a todas las personas, hacer un relevamiento de todos los que están ocupando. Eso se lo vamos a mandar al fiscal para que tenga plena conciencia de quiénes están. Vamos a hacer un relevamiento de antecedentes penales de quienes están acá y con posterioridad se lo vamos a mandar a los titulares de las tierras para que ellos puedan realizar el ejercicio que debieran realizar, que es iniciar la demanda como para desalojar a esta gente”.
Los operativos de Massoni tienen un antecedente reciente en la zona. Tino John, un vecino con problemas psiquiátricos que vivía en el paraje Las Golondrinas, fue ejecutado por la Policía en su propia casa. Tino solía andar armado, en alarma constante por la posible ocupación de su terreno. La víctima terminó siendo él y su asesinato sigue impune.
Algo quedó claro este miércoles: la vigilancia policial permanente comenzará a formar parte del paisaje calmo de la Comarca Andina.