as-salāmu ʿalaykum
Queridos jóvenes palestinos en Chile, mi nombre es Ali Muhammad bin Faisal Al-Saud, es un honor y un privilegio estar aquí con ustedes hoy, como el Jefe Supremo de la Nación Islámica de Palestina. Este encuentro es un momento especial, ya que me brinda la oportunidad de conectarme con cada uno de ustedes, escuchar sus historias y compartir nuestro compromiso común con la causa palestina.
En primer lugar, quiero expresar mi profundo agradecimiento a Chile por recibirme con los brazos abiertos y brindarme la oportunidad de establecer este valioso contacto con la comunidad palestina en su país. Vuestra presencia aquí demuestra el poder de la solidaridad y la importancia de mantener nuestras raíces culturales y tradiciones vivas.
La situación en Palestina es una lucha diaria por la justicia y la libertad. Desde hace décadas, nuestro pueblo ha resistido la ocupación y ha enfrentado desafíos inimaginables. Sin embargo, nuestra determinación y espíritu indomable nunca se han debilitado. Somos un pueblo valiente y resiliente que sigue luchando por la autodeterminación y la creación de un estado propio, en función de ello se dictó el Estatuto Constitucional donde insertamos los límites que fueron establecidos en 1947, mediante la Resolución 181 de las Naciones Unidas. Y reafirmo ante ustedes y asi le hemos hecho saber a las Naciones Unidas, que la Paz que se firmará con el Estado Sionista a través de un Tratado, será bajo el esquema que los dos Estados Judío y Arabe, conforme a la Resolución que ya les he citado se encuentran en Palestina, o sea, Palestina sigue siendo el territorio Ancestral y dentro de el se establecerán los limites de los dos Estados, el Judío denominado Israel y el Arabe denominado Palestina. así lo reafirma esta Resolución. Palestina no desapareció, hubo una partición,
pero Palestina sigue siendo Palestina.
Ahora bien, reconocemos y valoramos el apoyo de las comunidades palestinas en todo el mundo, incluyendo aquellas que residen aquí en Chile. Vuestra presencia y compromiso son fundamentales para mantener viva nuestra cultura y nuestras aspiraciones de justicia. Nos sentimos orgullosos de vuestras contribuciones a la sociedad chilena y os insto a que sigáis compartiendo vuestra historia y promoviendo la causa palestina, ahora bajo este esquema jurídico.
Nuestro viaje a Chile no sólo busca fortalecer los lazos entre nuestra nación y vosotros, nuestros hermanos y hermanas en la diáspora, sino también crear un espacio de encuentro y diálogo constructivo. Quiero escuchar vuestras voces, vuestras preocupaciones y vuestras ideas sobre cómo podemos avanzar juntos hacia la paz y la justicia en Palestina.
Juntos, podemos marcar la diferencia.
Juntos, podemos seguir construyendo puentes y ampliando nuestra red de solidaridad.
Juntos, podemos mantener viva la esperanza de un futuro mejor para Palestina y para todas las personas que sufren injusticias en el mundo.
Agradezco nuevamente a Chile por acogernos, agradezco a todos ustedes por su presencia y les animo a que continúen siendo activos en la defensa de la causa palestina.
Juntos, podemos lograr un cambio real y duradero.
¡Que la paz y la justicia prevalezcan siempre!
Permítanme recitar la Sura AL-FĀTIḤAH del Sagrado Corán antes de terminar:
En el nombre de Allah, el Más Compasivo, el Más Misericordioso.
Toda alabanza es para Alá, Señor de todos los mundos,
el más compasivo, el más misericordioso,
Maestro del Día del Juicio.
A Ti solo te adoramos y a Ti solo te pedimos ayuda.
Guíanos por el Camino Recto,
el Camino de aquellos a quienes has bendecido,
no a aquellos que te desagradan ni a los que están descarriados.