MILEI, LA RADIO Y LOS JÓVENES

¿Milei, sus actitudes y su gobierno pueden leerse como emergente de una crisis social que lleva a la población a la máxima puesta en acto de la autodestructividad? Sonará a desvarío, pero sin palabras, conocimientos y una lucha solidaria organizada desde abajo el aumento de suicidios de jóvenes crecerá tanto como los votantes al “león”.  No en vano el poder económico explota y asesina al hombre y a sus palabras…

No sabemos si es acertado caracterizar a Javier Milei como neofascista, pero lo que sí es verdad es que viene a hacer de nosotros carne viva en movimiento para explotación y beneficio de la burguesía.

Por eso insistimos como periodistas en qué hacer con la radio… Pregunta nada fácil de responder. Interrogante que nos precisa reunidos, unidos, en tarea y predispuestos a pensar en grupos sobre la realidad social que nos apremia y oprime. Duele por todos lados pero más cuando miramos y escuchamos a pibes y jóvenes que deciden irse antes de tiempo porque esta organización social no les permite un proyecto de vida que los tenga como protagonistas. El suicidio de adolescentes y jóvenes ha crecido en los últimos treinta años en Argentina (1). Pareciera que hay más pulsión de muerte que esperanza colectiva… Cuando el presente está tomado por la incertidumbre, los miedos, las tristezas, el desamparo, el individualismo, la repetición, la desesperación…solo “sale el tiro del final” a modo de acto frente al sufrimiento que proviene de uno, de otros, de ese Otro Social que mercantilizado y cruel no construye soporte cultural y solidaridad ante las tendencias auto-destructivas.

En efecto, la radio/grupo reflexión debe interpretar estos emergentes e intervenir con producciones y  formatos éticos y estéticos que hagan de los sonidos y las palabras una denuncia inapelable de lo que sucede con niños, adolescentes y jóvenes bajo el gobierno del “león” neofascista y cía.

La buena radio no parte del emisor frente a un micrófono prendido y resonante, sino de la realidad concreta de la población receptora, sus necesidades, dificultades, desesperanzas, luchas y equivocaciones para  alentar el cambio en ellos y convertirlos en proletarios para sí, en sujetos de poder colectivo.

A ese método conciente y planificado Mario Kaplun lo llama “prealimentación”. La comunicación se inicia en el receptor, quiénes son ellos, y no en el emisor monopolizador y soberbio que cree saber lo que le pasa a los escuchas. Cabe explicar-asimismo- que la prealimentación es indagar las necesidades, el universo cultural y las aspiraciones –en situación- de los receptores para que nuestra producción tenga buena llegada y sea bien recibida y alimente la problematización de la vida cotidiana de quienes escuchan.

Persistimos, en esa inversión del proceso comunicacional está la clave de qué hacer con la radio: una producción radiofónica que parta de la “gente”, del pueblo trabajador, sus realidades, para que luego puedan pensarse a sí mismos (junto con nosotros) y ser protagonistas y no grupos/objetos alienados por el orden social y sus instituciones.

Si la radio no contribuye  a la desalienación social, a la ruptura del sentido común, a la apertura y desarrollo de la conciencia crítica: tal vez logre lo contrario. O sea, una “prealimentación” como un sondeo/laboratorio/encuesta para asegurar la “gobernabilidad” y la adaptación pasiva a lo establecido. Al decir de Kaplun: ya no más emisores y receptores como roles prescriptos, sino “emirecs”, sujetos que al mismo tiempo producen y reciben mensajes/discursos siendo protagonistas de una comunicación democrática y plural.

El viejo sueño de la radio como arte y pedagogía, al decir de Bertolt Brecht, es nuestro desafío. Ser eficaces en el sentido de sonidos para nuevos vínculos, organizaciones y proyectos que transformen la escucha y el decir radial en productora de -autoría palabra pensamiento- de un pueblo que se rebele frente a “leones y zorros” y sus dientes lacerantes.

Grupo radio/reflexión, grupo/radio participación, grupo radio insight político: en esos cruces se gesta el camino de la emancipación como clase trabajadora.

En los años 90 el psicólogo César Hazaki realizó experiencias y talleres de radio con adolescentes y allí pudo advertir que en el lenguaje juvenil y sus actitudes aparecían rasgos de subjetividades en riesgo. Fue así que emergían frases-preguntas como ¿todo bien?…con base –según Hazaki- de expresión de personas deprimidas que luego empezaron a escucharse en adultos.

Eran tiempos en que el cínico espectáculo mediático de Marcelo Tinelli instalaba el “Boludo” y sus “jodas” como divertimento sádico y se burlaba de los más débiles socialmente.  Sino éramos como Tinelli (jóvenes y exitosos) eras un “fracasado”.

En diciembre del 2001 vienen días de rebeldía y desde abajo nace otro lenguaje/sentir, otra práctica social y Hazaki las encuentra en palabras y frases como “Nada y todo para atrás”. El menemato y la “alianza” nos habían dejado la “Nada”: ni derechos sociales, ni laburo, ni derechos económicos ni cultura, ni patrimonio público. Los represores de la dictadura andaban caminando sueltos como si “Nada”. Entre las conversaciones se veían y escuchaban puntos suspensivos, silencios, titubeos, dientes raspándose…y el  “nada”…. con una mirada de extrañamiento. Hasta que comenzó a decirse y decirnos “todo para atrás”, un intento de elaborar el traumatismo social del neoliberalismo que nos había dañado y perjudica aún hoy. Pues tras algunos años de las bondades del sojalismo… llegan Macri y Milei, la estocada final de la ultraderecha asesina internacional. Y entonces…a rearmar el rompecabezas de nuevo, a construir “lo roto y lo rotoso”. La radio/participación tiene que aportar para semejante tarea colectiva.

Con todo, el interrogante ahora es cuáles son esas palabras-analizadores que sintetizan estos días de cultura represora y “leones” hambrientos de sangre obrera, cuasi vampiros… ¿Serán Milei y sus gritos de ¡viva la libertad!? Nos atrevemos a afirmar que acompañando a esas palabras, gritos y actitudes del pajarraco despeinado van a crecer –penosamente- los suicidios de adolescentes y jóvenes sino encontramos juntos a ellos nuestro propio proyecto colectivo social y emancipador.

No seamos “Boludos”…que el “león” es puro cuento burgués. A vencerlo.

Andrés M. Sarlengo.  19-12-2023

Notas:

  • Ricardo Silva en su artículo publicado por la Revista Topia (Agosto de 2023) es crudo y terminante: “Cada año mueren alrededor de un millón de personas en el mundo a causa del suicidio (Ellis, Rutherford, 2008), y habría alrededor de 3500 suicidios diarios en todo el planeta. En Argentina, según datos de UNICEF (2019), es la segunda causa de muerte entre chicos de 10 y 19 años. Los casos se han triplicado en los últimos treinta años, hay suicidios cada tres horas, duplicando incluso la cantidad de muertes por homicidio

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