Paro y movilización en todas las provincias y protestas en algunas ciudades del resto del mundo. Cuando querían dar por muerto al movimiento obrero argentino, mostró sus fuerzas a 45 días del nuevo gobierno.
En los primeros 45 días del Gobierno de Milei se realizaron acciones de protesta y asambleas en distintos puntos del país. Desde la primera movilización del 20 de diciembre que puso en jaque al “protocolo” de Patricia Bullrich, cacerolazos, la concentración en Tribunales convocada por las tres centrales sindicales hasta la huelga general del 24E.
Desde que Milei ganó en segunda vuelta las organizaciones sindicales, políticas y de distintos ámbitos de la sociedad están en alerta. El paro del miércoles 24 comienza a gestarse en cada medida antipopular, en cada punto de inflación, en cada propuesta antidemocrática del ejecutivo. Desde las asambleas barriales y con el eco de las redes sociales se convocó a protestas en contra del DNU.
Ya a fines de diciembre resonaba el pedido de un paro general a las centrales sindicales. Lo pedían los trabajadores y trabajadoras en asambleas barriales y en los lugares de trabajo. Es que aunque muchas veces se escuche que el movimiento obrero ha muerto, somos quienes movemos y hacemos funcionar el mundo. El paro nacional con movilización fue una muestra de la fuerza y la masividad que se puede lograr con acciones, objetivos y unidad.
La materialidad de las condiciones de vida y la conciencia colectiva explican la contundencia del paro. No fue apresurado. La inflación mensual en un 25%, la liberación de los alquileres, la disparada de precios sumado a un ataque directo a los derechos colectivos e individuales de los trabajadores marcó la agenda política que este Gobierno quiere profundizar. Con sueldos que ya venían golpeados y ahora están pulverizados, empleos informales que dejan cada vez a más trabajadores en la pobreza y planes o jubilaciones cuyo monto es vergonzante.
Frente a esta realidad, la reacción colectiva es salir a la calles para poner un freno el avance de un plan económico que beneficia a unos pocos, a la casta. El DNU y el proyecto de Ley ómnibus es un ataque a la clase obrera en su conjunto, pero todavía existe una conciencia colectiva que busca revertir este escenario mediante la organización y la lucha.
Este 24 de enero, pese al famoso protocolo antipiquetes de Bullrich, las calles estuvieron colmadas. La policía federal, policías locales, gendarmería y prefectura estuvieron presentes armando cordones, pero en el centro porteño, poco a poco la movilización copó las calles. En Puente Pueyrredón bloquearon el acceso desde Avellaneda a CABA.
Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Neuquén, Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, La Pampa son algunas de las provincias en las que hoy se realizaron movilizaciones masivas en el marco del paro nacional convocado por la CGT, CTA autónoma y CTA de los trabajadores.
Camioneros, trabajadores de la construcción, trabajadorxs de la educación, judiciales, aeronáuticos, estatales, escritores, actrices, ambientalistas, desocupados, aceiteros, trabajadores de la salud, jubilados y jubiladas, estudiantes, asambleas barriales, madres de plaza de mayo, partidos políticos, pasteleros, son algunos de los sectores que hoy se congregaron en distintas plazas y puntos neurálgicos del país.
En la Ciudad de Buenos Aires, frente al Congreso de la Nación se desarrolló el acto principal, luego de casi cinco horas de concentración en distintas columnas, además de miles de personas no organizadas. Daer cerró el acto y apuntó a los diputados y senadores peronistas. Les pidió que no sean traidores y que no apoyen la ley que iba a discutirse el 25, pero que, según trascendió, sería el 30 de enero o el 1 de febrero, aunque no hay datos oficiales. Además, nombró a distintas expresiones políticas presentes en la plaza de los dos congresos, desde la izquierda hasta el radicalismo. Esto es de destacar y nos da la pauta de que, al menos por ahora, desde la CGT consideran importante la pluralidad y unidad en las calles.
¿Por qué hubo un paro general a tan pocos días del inicio del gobierno de Javier Milei?
Mucho ha circulado sobre el DNU y la ley ómnibus, ya que no deja a ningún sector del pueblo y los trabajadores ileso, pero en el marco de la jornada de ayer es importante destacar que el gobierno de La Libertad Avanza pretende eliminar los derechos laborales que aún tiene la clase trabajadora que vive en Argentina, barrer con aquellos puntos sobre los que la dictadura genocida y gobiernos posteriores no pudieron.
Las normas que promueve y decreta del Gobierno de Milei es similar a la no tan lejana ley Banelco y al programa económico del menemismo: privatizaciones de empresas estatales, aumento del periodo de prueba, quita de indemnización por despido, flexibilización de la jornada laboral con el llamado “banco de horas”, liberación de precios de alquileres, criminalización de la protesta, pulverización de las jubilaciones, eliminación de multas por trabajo no registrado, etc.
¿Qué es lo que motiva las decenas de adhesiones internacionales a la convocatoria del movimiento obrero organizado de Argentina?
La solidaridad internacional fue llegando desde distintos lugares del mundo unas semanas antes del paro. Apoyos, solicitadas de innumerables gremios, centrales sindicales internacionales, federaciones, organizamos de DDHH, etc.
En algunas ciudades la solidaridad se sintió en las calles, con concentraciones y movilizaciones, como en Montevideo, Bruselas, Berlín, Madrid, Barcelona, París y Roma.
Estas acciones tienen su explicaciones ya que el proyecto político que propone Milei no es muy distinto al que otros Gobiernos implementaron en otras latitudes y que avanzan o avanzaron sobre las condiciones de vida y derechos de otras poblaciones.
El apoyo internacional es un elemento interesante desde el punto de vista del movimiento obrero, ya que nos recuerda que la clase trabajadora es una pese a la fragmentación que existe; que lxs trabajadorxs de Argentina compartimos intereses y preocupaciones con trabajadorxs de otros países; que el capitalismo, sus empresas y gobiernos son interdependientes y por ende, afecta a nuestra clase.
¿Y ahora cómo seguimos?
Las medidas de lucha con mayor o menor intensidad son fundamentales para la etapa actual. Las organizaciones van a ser el lugar de refugio y construcción para los tiempos venideros. En el mediano plazo nos vemos ante la necesidad de reagruparnos y plantear medidas concretas que limiten y frenen el avance del empobrecimiento de nuestras condiciones de vida, interpelando a todos los sectores para evitar el sostenimiento del plan del Gobierno. La unidad de acción es clave.
En ese marco, el cuidado colectivo resulta de vital importancia ante el esquema de criminalización de la protesta que impulsan Milei y Patricia Bullrich. Es importante hacer circular la información sobre qué tener en cuenta a la hora de salir a protestar, desde la ropa que usamos hasta cómo nos retiramos del lugar.
La participación en asambleas vecinales, debates con compañeros de trabajo y territorios para la concreción de nuevas huelgas generales son fundamentales si queremos torcer el avance liberal, pero también para trazar un plan de lucha que interpele sobre el modo de organización social en el que queramos habitar.
¡Viva la huelga general, carajo!
No a la ley ómnibus